Si algún día me sucediese que, con una vida firmemente segura, pudiera escribir libremente y publicar, sé que tendré nostalgia de esta vida insegura en que apenas escribo y no publico. Tendré nostalgia, no sólo porque esa vida vulgar es pasado y vida que ya no tendré, sino porque hay en cada especie de vida una cualidad propia y un placer peculiar, y cuando se pasa a otra vida, aunque sea mejor, ese placer peculiar es menos feliz, esa cualidad propia es menos buena, dejan de existir, y hay una falta.
Si algún día me sucediese que consiguiera llevar al buen calvario la cruz de mi intención, encontraré un calvario en ese buen calvario, y tendré nostalgia de cuando era fútil, vulgar e imperfecto. Seré menos de cualquier manera.
Tengo sueño. El día ha sido pesado de trabajo absurdo en la oficina casi desierta. Dos empleados están enfermos y los otros no están aquí. Estoy solo, salvo el mozo lejano. Tengo nostalgia de la hipótesis de tener un día de nostalgia, y aun así absurda.
Casi pido a los dioses que haya que me guarden aquí, como en un cofre, defendiéndome de las amarguras y también de las felicidades de la vida.