Литмир - Электронная Библиотека
Содержание  
A
A

150

Se ha ido hoy, /dicen que/ definitivamente, a su tierra natal el llamado mozo de la oficina, ese mismo hombre que he estado acostumbrado a considerar como parte de esta casa humana y, por lo tanto, como parte de mí y del mundo que es mío. Se ha ido. En el pasillo, al encontrarnos casualmente para la sorpresa esperada de la despedida, le di un abrazo tímidamente devuelto, y tuve suficiente fuerza de ánimo como para no llorar, como, en mi corazón, deseaban sin mí mis ojos ardientes.

Cada cosa que ha sido nuestra, aunque sólo por los accidentes de la convivencia o de la visión, porque fue cosa nuestra se vuelve nosotros. El que se ha ido hoy, pues, a una tierra gallega [188] que ignoro, no ha sido, para mí, el mozo de la oficina: ha sido una parte vital, por visual y humana, de la substancia de mi vida. Hoy he sido disminuido. Ya no soy el mismo del todo. El mozo de la oficina se ha ido.

Todo lo que sucede donde vivimos es en nosotros donde sucede. Todo lo que cesa en lo que vemos es en nosotros donde cesa. Todo lo que ha sido, si lo vivimos cuando era, es de nosotros de donde ha sido quitado al partir. El mozo de la oficina se ha ido.

Es más pesado, más viejo, menos voluntario como me siento al pupitre alto y empiezo la continuación de la escritura de ayer. Pero la vaga tragedia de hoy interrumpe con meditaciones, que tengo que dominar a la fuerza, el proceso automático de la escritura como es debido. No tengo ánimo para trabajar sino porque puedo, con una inercia activa, ser esclavo de mí mismo. El mozo de la oficina se ha ido.

Sí, mañana, u otro día, o cuando quiera que suene para mí la campana sin sonido de la muerte o de la vida, yo seré también quien ya no está aquí, libro copiador antiguo que va a ser almacenado en el armario de debajo de la escalera. Sí, mañana o cuando lo diga el Destino, tendrá fin todo lo que fingió en mí que he sido yo. ¿Me iré a mi tierra natal? No sé a dónde me iré. Hoy, la tragedia es visible debido a la falta, sensible por no merecer que se sienta. Dios mío, Dios mío, el mozo de la oficina se ha ido.

16-12-1931.

[188] De la región portuguesa del Miño, al Norte del país.


156
{"b":"88089","o":1}