Sin ninguno de los atributos del héroe de serial (es aporreado de continuo, no seduce a todas las mujeres, no es infalible), Marlowe consigue ser un arquetipo a través de una de empecinada fidelidad: la que lo convierte en el último hombre íntegro en un concierto de canallas. No espera nada de esa honestidad y, lo que es aún más patético, sabe que el ejercerla es una batalla perdida, pero no dejará de probar en sí mismo su secreta esperanza en la dignidad humana.
Para cuando murió, Chandler había atravesado dos intentos de suicidio y una internación en una clínica psiquiátrica. Estaba viudo, y vivía en una desvencijada casa frente al mar, con 27 gatos. A veces los subía en su viejo Oldsmobile descapotable, y se iba con ellos a contemplar el crepúsculo, en la bahía de San Francisco.
Alberto Cousté
Raymond Chandler
(EEUU, 1888-1959)
Escritor estadounidense de novela policiaca, nacido en Chicago. Es conocido ante todo por ser el creador de Philip Marlowe, un duro y honesto detective privado cuya sensatez choca en ocasiones con el entorno brutal, sórdido y envarado de California, donde trabajaba. Su obra, notable por su realismo y regionalismo, incluye las novelas El sueño eterno (1939), Adiós muñeca (1940), La ventana siniestra (1942), La dama del lago (1943), El largo adiós (1953), y guiones cinematográficos como Perdición (1944), dirigida por Billy Wilder, y Extraños en un tren (1951), de Alfred Hitchcock.
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