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Cuando alguien se sienta en el barco, la luz del lago y el color de las montañas, los templos, nubes, neblina, bambúes, árboles de las orillas, asi como los leñadores, los pastores, los ancianos ebrios y las damas que pasean, estarán reunidos dentro del marco del abanico y formarán una pieza de pintura natural. Además, es un cuadro vivo y en movimiento, que cambia siempre, no solamente cuando el barco se mueve y nos da una nueva vista con cada movimiento del remo y un nuevo espectáculo con cada empujón de la pértiga, sino hasta cuando el barco está anclado, cuando se mueve el viento y se riza el agua, cambiando de forma a cada momento. Asi podemos gozar centenares y millares de hermosos cuadros de montañas y agua en un dia, por medio de esta ventana en forma de abanico…

He hecho también una ventana para mirar a las colinas, llamada ventana panorámica y conocida también como "pintura no intencional". Diré cómo llegué a hacer una. Detrás de mi estudio, el Estudio del Blanco Espumoso (que significa "beber"), hay una colina de unos diez pies de alto y siete de ancho, solamente, adornada con un escenario en miniatura, de tojos acantilados y agua azul, espesos bosques y altos bambúes, pájaros cantores y cataratas, chozas de paja y puentes de madera, completa en todas las cosas que vemos en una aldea de montaña. Fue porque al principio un modelista en arcilla hizo de mi una figura de arcilla, con expresión maravillosa y, además, como mi nombre Líweng significa "un anciano con sombrero de bambú", también me representó como pescador, con una caña y sentado en lo alto de una roca. Entonces pensamos que, como había una roca, también debía haber agua, y como había agua debía haber también una colina, y como había colina y agua también debía haber un retito en la montaña para que el anciano con sombrero de bambú se retirara a pescar en su ancianidad. Así fue cómo construímos gradualmente todo el escenario. Es evidente, pues, que la colina artificial nació de una estatua de arcilla, sin la menor idea de que sirviera para el propósito de dar una vista a la ventana. Más adelante vi que, si bien todas las cosas eran en miniatura, el universo que sugerían era grande, y parecía recordar el criterio budista de que una semilla de mostaza y los Himalaya son de igual tamaño, y por lo tanto me quedaba todo el día mirando aquello, y no podía allanarme a cerrar la ventana. Y un día, inspirado, me dije: "Esta colina puede ser convertida en un cuadro, y este cuadro en una ventana. Todo me costará apenas el dinero de un día de bebida, para el «montaje» de esta pintura". Pedí, pues, a un sirviente que cortara varios trozos de papel y los pegara arriba o abajo y a los lados ce la ventana, para que sirvieran como el marco de un cuadro verdadero. Así quedó completo el montaje, y se dejó vacante tan sólo el espacio que suele abarcar el cuadro mismo, cuyo lugar ocupaba la colina que había detrás de mi casa. Asi, cuando uno se sienta y la mira, la ventana no es ya una ventana sino una pintura, y la colina no es ya la colina que hay detrás de mi casa sino una colina de la pintura. No pude menos que reír a carcajadas, y mi esposa e hijos, al oír mi risa, vinieron a ver y también se rieron de lo que yo reía. Este es el origen de la "pintura no intencional" y la "ventana panorámica".

En cuanto a mesas y sillas y gabinetes, Li tuvo también muchas ideas novedosas. Sólo puedo mencionar aquí su invento del sillón con calefacción, para el invierno. Es un invento muy práctico y muy útil cuando no hay bastante calefacción en un cuarto. Se trata de un gran diván de madera, sobre una plataforma de madera construida junto con el mismo diván. La plataforma tiene dos o tres pies de fondo, con paneles de madera a los lados, de la altura, más o menos, de un escritorio más bien bajo. El frente del diván está provisto también de dos paneles de madera ( [34]), como puertas, y al subir uno a la plataforma cierra la puerta, que junto con los paneles de los lados forma un apoyo perfecto para una mesa transportable. Uno queda así encerrado detrás de esta mesa o escritorio. La plataforma misma está provista de un cajón que contiene cenizas calientes y carbón de leña, bien encendido ya, para que no haga humo. El diván está hecho de modo que uno pueda sentarse y trabajar en él, y tenderse también cuando está fatigado. Li sostenía que el costo de un lugar tan perfectamente templado y cómodo para trabajar no subía a más de cuatro trozos de carbón por día, dos por la mañana y dos por la tarde. Sostenía, además, que al viajar se podían sujetar dos bambúes fuertes a los lados, y utilizar el diván como un palanquín común, con la certeza de no tener los pies fríos y la ventaja adicional de mantener caliente la comida o la bebida que se quisiera llevar en el viaje. En cuanto al verano, pensó también en un banco parecido a una bañadera, con una bañadera de porcelana, construida de manera que contuviera el banco. Ésta podía ser llenada con agua fría, hasta el respaldo del banco, que se enfriaría entonces.

El mundo occidental ha inventado camas rotativas, plegadizas, ajustables, y convertibles, lo mismo que sofaes y sillones de peluquería, pero no sé cómo no ha dado en la idea de las mesas y los estantes divisibles. Esto es algo que ha tenido largo desarrollo en China, y demuestra considerable ingenio. El principio de las mesas divisibles, llamadas venchi, se originó en un juego similar a los cubos con que los niños occidentales juegan a construir cosas; según este principio, una colección de bloques de madera que formen un cuadrado perfecto puede asumir las más diversas figuras simbólicas de animales, seres humanos, utensilios y muebles, en una superficie chata. Una mesa venchi de seis piezas podía ser arreglada de modo que formara una o varias mesas de diferentes tamaños, cuadradas o rectangulares o en forma de T, o con las tablas superiores en diversos ángulos, de modo que se hace un total de cuarenta maneras de arreglarlas. ( [35])

Otro tipo, llamado tiehchi, o "mesas mariposas", difiere de las venchi en que tiene piezas triangulares y líneas diagonales, y por ende las formas resultantes de las piezas juntas presentan una gran diversidad de contornos. En tanto que el primer tipo de mesa venchi respondía sobre todo al deseo de que sirvieran como mesas para comer o jugar a las cartas, en distintos tamaños, a veces con un espacio vacante en el centro para los candelabros, este segundo tipo sirve para mesa de comedor y de juego y para sostén de flores y curiosidades también, porque los pies para floreros y curiosidades requieren una gran diversidad de arreglos. Estas mesas mariposas consisten en trece piezas, y cuando se las une forman mesas cuadradas, rectangulares, en forma de diamante, con o sin diversas clases de huecos, pues la posibilidad de hacer nuevos arreglos con las distintas piezas solamente está limitada por el ingenio de la dueña de casa. ( [36])

Entre las dueñas de casa, tanto de Oriente como de Occidente, hay un gran deseo de modificar el arreglo de los interiores, y las mesas y mesitas divisibles parecen dar la posibilidad de infinitas variaciones. Las formas que resultan de tales mesas parecen extrañamente modernas, porque los muebles modernos acentúan la idea de sencillez de líneas que es también característica de los muebles chinos. El arte parece residir en la combinación de variedades de líneas con sencillez. He visto, por ejemplo, un viejo mueble chino, en pino rojo, hecho de tal manera que las patas no son perfectamente rectas, sino que presentan una ligera curva en el medio. En cuanto a variación de arreglos, el modo más sencillo sería, no encargar una mesa redonda o cuadrada, sino hacer que la mesa redonda consista en dos mitades semicirculares, y la mesa cuadrada de dos mitades triangulares, que forman un cuadrado teniendo como diagonal la base de los triángulos. Cuando no se las necesita para jugar a las cartas, estas mesas redondas o cuadradas pueden ser divididas en dos y colocadas contra la pared, con la base del triángulo o del semicírculo contra ella, y pueden ser usadas para tener floreros o libros. Con las mesas mariposas se puede tener, en lugar de una mesa triangular contra la pared, otra similar, pero con los vértices hacia afuera, como dos picos de una montaña. Es posible agrandar o achicar las mesas de juego, según las personas que haya presentes. Las mesas de té pueden semejarse a dos cuadrados que se superponen en una de las esquinas, o asumir forma de T, o de U, o de S. Podría ser muy interesante reunir a unas cuantas personas a comer en un pequeño departamento y sentarlas a una mesa en forma de U o de S.

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[34] Seria más práctico poner la puerta corrediza a un lado y no al frente.

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[35] Las primeras mesas divisibles fueron inventadas por el gran pintor Yiian llamado Ni Yünlin, gran coleccionista también de curiosidades y muebles antiguos; o, aun antes, por cierto Huan Posse de la Dinastía Sung del sur. Más tarde, otro hombre, Hsüan Kuch'ing, agregó una pieza más, con la posibilidad de setenta y siete arreglos diferentes, de los cuales dejó dibujos completos. El diseño es asaz sencillo, pues consiste en siete piezas, todas de una unidad de ancho; tres de ellas son de dos unidades de largo, dos de tres unidades y dos de cuatro unidades. La dimensión por unidad es de un pie y tres cuartos, de modo que las mesas más largas, de cuatro unidades, tienen siete pies de longitud.

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[36] Esto fue inventado por cierto Ko Shan, a fines de la Dinastía Ming, y el libro, que da sesenta y dos diagramas de sus arreglos, ha sido reimpreso en varias bibliotecas antiguas de China, sobre el arte de vivir.

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