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"La Pepa" Almazán a Tácito de la Canal

¿De manera, mi meloncito de regalo, que tú ibas a ser Presidente con mi ayuda? ¿De manera que para ser Presidente primero ibas a ser la perfecta pantalla para despistar al mundo, o sea que tú y yo nos aliamos para llevar a la Presidencia provisional a mi marido Andino Almazán para que él a su vez te trepara a la Silla del Águila? ¿De manera que yo debí engañar a mi marido haciéndole creer que trabajaba a su favor para que él llegara a la Presidencia? ¿De manera que confié en ti y en tu cinismo para llegar a donde quería…?

– Mi moral es inferior a mi genio -me suspiraste a la oreja con tu aliento de panucho.

Déjame carcajearme de tu vanidad, pobre pendejo. Has sido el felpudo de la política mexicana. Dicen que te falló la vocación. Que debiste ser cura, no político.

– Te equivocas. Es las dos cosas.

Me lo advirtió mi marido cuando me contó que el secretario de Gobernación Valdivia te tiene cogido de las pelotas con tu chanchullo del desfalco de MEXEN y hubo de pasar por Andino para que la Secretaría de Hacienda lo mantuviera todo en regla…

Y encima, ahora, dado a la desgracia, intentas corromper a mi marido con un nuevo chanchullo financiero.

Eres cura. Eres político. Pero también eres pendejo.

O sea eres una mierda y tu único consuelo es que en este pinche país la mierda atrae a los lambiscones, que son como moscas. ¿Qué dirá de ti la posteridad, pobre Tácito?

– ¿Tácito de la Canal? Tenía mala digestión. Una tía beata. Un padre senil. La cabeza calva. Las uñas más largas que la vista. Y pesadillas programadas.

– ¿Era puto?

– No me consta.

– Pero era soltero.

– Eso no prueba nada.

– ¿Con quién se acostaba?

Ah cabrón, que te endilguen secretarias y meseras, pero que a mí nadie me mencione en relación contigo. Te lo advierto. Que nadie diga:

– Cómo no. Si se acostaba con Josefina Almazán, "La Pepa", tú sabes…

¿Quisieras que hasta allí llegara mi defensa de tu persona, pobre diablo? ¿Qué no has hecho para rebajarte a fin de ascender? ¿No te habré visto hablando por teléfono con el difunto Presidente (cuando teníamos teléfonos, cabrón), hablando de pie y haciendo sonar los talones cada vez que afirmabas un "sí señor"? ¿No te he visto conservar las cenizas de los cigarrillos que acabaron por matar al señor Presidente? ¿No te parabas encuerado frente al espejo diciendo muy ufano,

– Nada me identifica más que mis deseos. Son únicos. Son intransferibles?

Y yo aguantándome tus imbecilidades, tus vanas pretensiones, yo dándote el clásico cultivo yucateco para utilizarte a favor de mi marido, yo la fiel esposa de Andino Almazán hasta cuando me dejaba lamer el culo por ti, gusano maldito, mírate al espejo, ¿crees que alguna mujer se pueda enamorar de veras de ti, lindo hermoso?, ¿crees que alguna mujer menos controlada que yo no se orina de la risa en la cama oyéndote decir después de tus orgasmos de chisguete,

– Me devora la ambición, quiero dejar mi marca en la pared del tiempo y sólo tengo, como el león, mis garras?

¡Bomba! ¡Pero qué cursi que sos boshito! ¡Lo que he tenido que soportar! Y todo por Andino, todo para llevarlo a la Presidencia, aliarlo con su opuesto que es el general Arruza y dar el golpe. Almazán Presidente, no provisional sino por seis años gracias al pronunciamiento de Arruza, ese era el verdadero plan, no el tuyo, bizcocho miserable, con Arruza me acosté para usarte a ti de biombo, hacerte creer que la intriga era para favorecerte a ti, lo que no nos reímos Arruza y yo de ti, mi general sí que es macho, ese sí que sabe coger, no tú, pinche lombriz…

– Cuidadito -me dijo el general-. Será muy lombriz. Pero acuérdate de que los gusanos, cuando los partes por la mitad, se siguen moviendo.

¿Sabes? Lo bueno de todo este asunto es que nadie creerá jamás que una mujer como yo, una yucateca sabrosa, opulenta, cachonda y con perrito, haya escogido a un pobre diablo como tú para gozar en la cama.

¿Y sabes otra cosa? Te escribo abiertamente, sin Ps ni Ts ni As porque me importa una pura chingada que exhibas esta carta. No te queda crédito cual ninguno. Todo lo que digas o hagas será visto como fraude, fraude, fraude… Esa es la palabra escrita sobre tu cabeza de melón: RATERO Y MENTIROSO.

– Tengo facciones ascéticas y conductas libertinas.

Es lo primero que me dijiste, baboso. Fue tu tarjeta de presentación. Tuve que aguantarme la risa. Estaba dispuesta a jugar todas las fichas. Con el general para llevar a mi marido Andino a la Presidencia provisional tras la destitución de Terán por incompetente y luego dejarlo de pelele para que Arruza gobernara conmigo. Contigo de segunda opción por si llegabas a la Presidencia "por tus méritos" (todo es posible en esta vida) o te nombraba Presidente el Congreso con Andino como provisional. ¿Cuánto ibas a durar? Lo que decidiéramos mi general y yo, nomás.

Y ya de perdida, tú Provisional para apoyar a Andino Presidente y Arruza de mandamás detrás de la Silla.

Ya ves, un puro juego de ajedrez en el que yo era la reina, Arruza el rey, Andino el alfil y tú el pinche peón.

Adiós, mi pobre Tácito. Del hoyo saliste y al hoyo regresas. Y dile a Nicolás Valdivia que los ideales no tienen importancia, que las convicciones valen una chingada. Dinos con quién estás. Eso es lo que importa.

Ah, y Valdivia ha dado órdenes de no recibirte más en ninguna oficina de gobierno…

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