En 1982 resolví dejar todo y recorrer el mundo, hasta encontrar un sentido para mi vida. En estas andanzas, viví una época en Holanda, donde frecuentaba en el Kosmos – local donde se reunían las personas con quienes yo tenía afinidad.
Cierta noche, una holandesa me preguntó como era Brasil.
Yo comencé a hablar de nuestros problemas, de la falta de libertad (vivíamos bajo un régimen militar), de la miseria, de la dificultad de vivir como artista.
– "Pero ustedes viven en el mejor lugar de la tierra", dije. "¿Cómo es vivir en el paraíso?"
La holandesa se quedó un largo tiempo callada. Entonces respondió: "Es la cosa más aburrida del mundo, Aquí está todo seguro, no hay ningún desafío, ninguna emoción. Ojalá yo tuviese todos tus problemas, entonces me sentiría parte de la humanidad".