Creo que gran parte de los lectores asistieron al film "Amadeus": masacrado por la crítica musical de su época, que lo acusaba de superficial, Wolfang Amadeus Mozart se consolaba sabiendo que al público le gustaba y apoyaba su arte.
Su última ópera, " La Flauta Mágica ", muestra a un Mozart de una ligereza extraordinaria, ignorando por completo la filosofía siniestra que complica la vida. A un amigo, el compositor explicó el porqué de tanta suavidad: "La vida es permanente. Ella no precisa de significados ocultos para mostrar su belleza y su eternidad. Dios no está en la tortura del alma o en las confusiones del pensamiento, pero la capacidad que el hombre tiene, desde los tiempos más remotos, es la de mirar las estrellas y conmoverse".