Cierta mañana, caminaba con un amigo argentino por el desierto de Mojave, cuando vimos algo brillando en el horizonte; en ese entonces nuestro destino era el ir hasta un "canyon", pero cambiamos nuestro camino para ver lo que emitía tal brillo. Durante casi una hora, debajo de un sol cada vez más fuerte, nos dirigimos para allí, y solo conseguimos descubrir lo que era cuando llegamos.
Era una botella de cerveza, vacía. Debía esta allí desde hacía años; la arena se había cristalizado en su interior. Como el desierto ya estaba muy caluroso en aquella hora, decidimos no ir mas allá al "canyon". A la vuelta, yo pensaba: ¿cuantas veces dejamos de seguir nuestro camino, atraídos por el falso brillo del camino de al lado?
Pero pensaba también, ¿si no hubiera ido hasta allí, como iba a saber que era apenas un falso brillo?