Los lazos de amor crean una relación más fuerte de los que suponemos. J. Rhine y Sara Feather, del laboratorio de Parapsicología de la Universidad de Duke, coleccionaron una serie de casos sobre las más diversas manifestaciones de esta relación, inclusive con los animales. Este es uno de esos casos:
Un joven, Hugh Brady, acostumbraba a cuidar de las palomas que vivían cerca de su casa. Cierta vez, encontró a una de estas aves heridas; las curó, alimentó y colocó en la pata derecha una etiqueta con el número 167.
Al invierno siguiente, Hugh debió ser operado de emergencia. Mientras se recuperaba, en un hospital lejos de su casa, escuchó algo golpeando la ventana. Pidió a la enfermera que abriese, una paloma entró volando al cuarto, y se posó en el pecho del jovencito.
En la pata derecha había una etiqueta con el número 167.