Tiantian copa en mano nos miraba de lejos sin acercarse, sentía un miedo extraño ante los bisexuales o los gays, sólo podía tolerar a los heterosexuales y las lesbianas.
Todos charlaban amenamente bajo la luz tenue, y con el fondo de la música electrónica. De vez en cuando copa en mano alguien se paraba ante los dibujos de Tiantian. Fei Pingguo de pronto hacía gestos exagerados, como si las pinturas le provocaran verdaderos orgasmos.
– Me estoy enamorando de tu novio -me dijo en voz baja.
Golpeé la copa con mis llaves anunciando que la fiesta "1+1+1" empezaba oficialmente. Les dije que la rosa la tenían que regalar a la persona más hermosa según cada quien (podía ser del mismo sexo o del sexo opuesto) y el poema lo tenían que ofrecer a la persona más inteligente, según cada quien (podía ser del mismo sexo o del sexo opuesto). Las estadísticas decidirán quién es la persona más bella y quién la más inteligente. Y si están de acuerdo podrán ofrecer su cuerpo a la persona que más desean (puede ser del mismo sexo o del sexo opuesto). Claro que este tercer programa puede ocurrir después de la fiesta, aunque mi casa es grande, yo no podía determinar con anticipación qué rumbo tomaría la fiesta.
Cuando terminé de anunciar con toda claridad las reglas de la fiesta, el lugar estalló en chillidos, silbidos, zapateos, ruido de vasos rotos que invadieron el lugar y casi tiran abajo el techo. A Ovillo, que estaba roncando en ese momento, casi le da un infarto y salió como una flecha hacia el balcón.
– Va a suicidarse -gritó con voz chillona una de las chicas que había venido con Fei Pingguo.
– No. -La taladré con la mirada, no me simpatizaban las chicas con voz chillona que usan ese tono de hembra delicada por cualquier cosa. -Bajó por los tubos para dar un paseo.
– Tu gato es lo máximo -reía Fei Pingguo, en este ambiente tan excitante él parecía pez en el agua, era justo lo que buscaba, pertenecía a esa nueva generación que jamás puede detenerse en la búsqueda de placer y excitación.
– Y ¿cómo se te ocurrió este juego? -reía tontamente la Araña, tenía dos cigarrillos de filtro blanco insertados detrás de las orejas, parecía un carpintero de un grupo de obreros de la construcción.
– ¿Y si te quiero ofrecer mi cuerpo a ti? -Madonna entrecerraba los ojos pretendiendo bromear.
– Inténtalo. -Yo también entrecerré los ojos, tomar vino tinto, fumar puro y escuchar música tecno te hace sentir tan bien.
– ¿Y si quiero ofrecer mi cuerpo a tu novio? -dijo Fei Pingguo mordiéndose los labios, con enorme gracia.
– Tengo derecho a rehusarme -contestó Tiantian con mucha calma.
– Sí, todo es de mutuo acuerdo, pero no creo que nadie se niegue a recibir la rosa o el poema -sonreí-, así es más seguro, como en el paraíso, sólo relájense y traten de divertirse lo más que puedan. ¿Quién comienza? Madonna, querida, empieza tú.
Aún tenía sus anteojos oscuros, pero ya se había sacado los zapatos y andaba descalza. Sacó una rosa del ramo que se había formado en un florero:
– La rosa es para el más bello, Tiantian, el poema es para la más inteligente, Cocó, en cuanto a quién ofreceré mi cuerpo, vamos a esperar un poco para ver cómo se desarrollan las cosas, la noche es joven y apenas he comenzado a beber, cómo saber ahora con quién voy a pasar la noche. -Le arrojó la rosa a Tiantian, que estaba sentado en el piso y luego sacó de su bolsa una hoja, se acomodó los lentes sobre la cabeza, se apoyó en una rodilla y con exagerados ademanes teatrales empezó a leer su poema: "Eso no es tuyo, no lo beses, déjalo…". Cuando terminó de leer, todos aplaudieron, y yo con un beso al aire le expresé mi agradecimiento.
El siguiente fue Johnson. Le regaló la rosa a la mujer más hermosa según él, a mi prima Zhusha; el poema era para Madonna, la mujer más inteligente, era un poema muy corto: "Joven hermosa, vámonos lejos juntos, los pingüinos nos invitan a beber el agua del Polo Norte, ¿acaso no es eso la felicidad?". En cuanto a la ofrenda número tres, él también dijo que decidiría luego. Madonna le preguntó:
– ¿Acaso te gustó la señorita Zhu? Los chinos decimos: "El amor entra por los ojos", si te parece la más hermosa, seguro que te enamoraste de ella. -Johnson enrojeció.
Todo ese tiempo Zhusha y Dick estuvieron tranquilamente abrazados sentados en una esquina del sillón. Zhusha, elegante y encantadora con una copa en la mano, miraba cómo los demás enloquecían y gritaban desaforados. Su temperamento y porte eran tan distintos a los de Madonna, las dos eran como el agua y el fuego. Madonna con un tono extraño dijo:
– Don't worry, tú eres un ciudadano norteamericano libre, tienes derecho a querer a cualquier mujer. -Dick los oía hablar y, sin atreverse a abrir la boca, abrazaba fuertemente a Zhusha. -Querida, es bonito que te quieran, además, tú eres verdaderamente encantadora.
– En esta fiesta no se permiten envidias ni provocaciones, al jugar hay que hacerlo con gusto -dije.
– Por supuesto -dijo Fei Pingguo desde mi espalda, abrazó mi cintura y se apoyó en mi hombro. Tiantian miraba sin querer ver mientras concentrado cortaba la punta de un puro. Golpeé el pecho de Fei Pingguo:
– Te toca querido.
– La rosa es para el más bello y ese soy yo, el poema es para la más inteligente, Cocó, y ofrezco mi cuerpo a quien pueda despertar mis deseos, sea hombre o mujer, no importa. -Mientras hablaba, acomodaba su falda frente el espejo del armario:
– De veras soy muy hermoso.
– Sí, lo eres -lo secundaron las modelos mientras lo abrazaban, como hermosas mujeres convertidas en serpientes que abrazan una enorme manzana.
– Si nadie me regala una rosa, me sentiré muy apenado, así que es mejor que yo me regale una a mí mismo. -Insertó la rosa en su boca y al ritmo de la música, estiró los brazos como si fuera a volar, se veía coqueto y gracioso, su mentón le daba un toque diabólico.
– Te regalo mi rosa porque yo también pienso que eres el más hermoso -dijo de pronto el serbio con un chino impecable-, el poema es para mi amigo la Araña, es un experto en computadoras, es el hombre más inteligente que conozco. En cuanto a mi cuerpo, claro que se lo ofrezco al hombre más hermoso. -Todos voltearon la mirada hacia Yisha como si vieran a un extraterrestre.
Alguien se rió, era el norteamericano Johnson. Yisha de pronto se levantó y se sacudió las cenizas:
– Te parece muy chistoso, ¿verdad? -Miraba penetrante a Johnson.
– Perdón -Johnson seguía riendo-, perdón, es que no me pude aguantar.
– ¡Igual que sus aviones, que no se pueden aguantar y bombardean a mi país! ¡Igual que su ejército, que no se puede aguantar y mata a gente inocente! What a lie!
¡Yanquis! De sólo pensar en ustedes me dan ganas de vomitar. En todo se quieren meter, desvergonzados, inmorales, gente primitiva, vulgar e inculta, sólo son unos arrogantes y megalómanos. You motherfucker!
Johnson también saltó.
– What the hell are you talking about?
¿Qué tengo yo que ver con esos jodidos aviones que lanzan bombas? ¿Por qué me insultas?
– Porque eres un yanqui motherfucker.
– Ya, ya, ya, está bien, tomaron mucho, no se exalten -saltó la Araña y se puso a separarlos. El Padrino estaba sentado en medio de varias modelos, y sin meterse en lo que no le importaba seguía acaparando la atención de las damas con sus trucos de cartas muy bien aprendidos. Pero ellas de pronto levantaron la mirada y se pusieron a ver al par de extranjeros enrojecidos que peleaban rechinando los dientes. Moralmente ellas estaban con el serbio, pero desde el punto de vista estético estaban con Johnson que se parecía a Leonardo Di Caprio.
– Peleen para arreglar el asunto -los incitaba Madonna riendo, la aterrorizaba la falta de desorden. Fei Pingguo también se acercó y agarró a Yisha, todo empezó porque él había dicho que lo quería, así que Fei Pingguo estaba conmovido.