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– Dijo que le gustaron mucho mis manos, cuando le di el dinero por la ventana, se fijó en que mis manos eran largas y blancas, mis dedos acentuados por el anillo de diamantes le parecieron mágicos, como las manos de un maniquí de yeso. -Madonna hablaba en voz baja y de pronto empezó a reír.

Me di cuenta de que sus manos eran muy diferentes a su cara, sus manos eran juveniles como las de una adolescente.

– Que diga lo que quiera, lo importante es que quiere coger conmigo, y lo hace muy bien, cada vez que toca a mi puerta con el uniforme me humedezco en tres segundos. -Me miró, mi mente estaba ausente.

– Ey, alégrate un poco, vamos a nadar. -Se dirigió hacia la piscina y saltó. En ese momento la gente que nadaba era cada vez más, un par de japoneses con vellos negros y piernas arqueadas me miraban desde el agua.

Me saqué los anteojos oscuros y la toalla que me cubría mostrando mi biquini rojo. El rojo sobre la piel pálida bajo el sol parece una ensalada de frutillas con crema. Rápidamente salté al agua. Una fuerza suave y transparente atrapó mi cuerpo. Bajo los rayos del sol ya no tenía a dónde huir, aun si cerraba mis ojos otros ojos podían atravesar el agua para ver esta ensalada de frutillas.

No sé por qué mis sentimientos han cambiado tan extrañamente, cuando un desconocido mira mi cuerpo semidesnudo puedo sentir satisfacción, pero de pronto pienso que parezco un postre que se exhibe como una tonta bajo los rayos del sol, me enojo terriblemente, el feminismo saca su cabeza, ¿por qué tengo que parecerme a una Barbie, bonita por fuera y vacía por dentro? Esos hombres seguramente no saben que yo soy una escritora que acaba de pasar siete días y siete noches encerrada en un cuarto escribiendo. Y seguro que tampoco les interesa. De una mujer en un lugar público lo único que importa son sus tres curvas, en cuanto a qué tiene en la cabeza eso es como preguntar cuántos escalones tiene la Casa Blanca, no tiene ninguna relevancia.

Nadar no cambió sustancialmente mi estado de ánimo y después de ver la escena amorosa entre Madonna y su policía me desmoralicé. En el vestuario empecé a estornudar.

– Pobrecita, tu angustia bajó tus defensas, debes cuidar tu salud. -Madonna me abrazaba con una toalla grande mientras susurraba en mi oído: -Mírame, desde que tengo novio nuevo no me enfermo, ¿sabes por qué?, la respuesta de los especialistas es que las relaciones sexuales con armonía suben las defensas, es por eso que yo no estornudo ni tengo mocos.

Me besó en la mejilla y recordó que en la bolsa traía un regalo para mí.

– Espérate, tengo una sorpresa.

– ¿Qué es?

– Cierra los ojos. -Empezó a reír, yo cerré los ojos pensando que todo estaba bien, a ella siempre le gusta jugar.

– Está bien, abre los ojos. -Me puso en la nariz una cosa, retrocedí un paso y me di cuenta de que era un juguete sexual para mujeres. Era un verdadero consolador de plástico, y eso no era todo, lo desenvolvió, sacó el pene rosado y se puso a mostrármelo con lujo de detalles.

– Oh, gracias, pero no lo necesito -dije rápidamente.

– No está usado, es nuevo, cuando el cretino de Dick me dejó pensé que lo iba a necesitar pero finalmente no lo usé, esta cosa no puede satisfacer ese agujero que se abre en el corazón. -Le flotaba una sonrisa extraña como de sufrimiento o de lujuria. – Me refiero al desconsuelo en el alma. Pero ahora nuevamente tengo un hombre, y a ti te acompaña la depresión, seguro que te sientes sola y es difícil de aguantar, pobrecita, esta cosa te va a aliviar.

– No, no, gracias. -Sentía que mi cara enrojecía ante aquella cosa espantosamente enorme. Pensé que mi dedo siempre sería más gentil y confiable.

– Acéptalo, te lo suplico -decía aún riendo.

– No. -Yo también reía.

– Está bien, de verdad eres tímida, pero en el fondo somos iguales. -Me atravesó con la mirada, abrió grande la boca y me imitó con el gesto. -De verdad, vamos a ponernos de acuerdo para visitar juntas a Tiantian… Desde que lo conozco parece estar siempre inmerso en pesadillas, claro, conocerte a ti para él fue bueno, sé cuánta sed de amor tiene ese tipo de persona.

– …Pero siempre me siento culpable con él, siento que soy otra pesadilla para él, parecemos dos viajeros en la noche tomados de la mano.

– Querida, no pienses tanto, sé cómo te sientes, no muchas mujeres pueden afrontar ese tipo de situación, pero tú no eres como las demás, cuando te sientas sola, llámame, puedo prestarte a mi novio o directamente hacemos un trío.

Nuevamente soltó una carcajada, esa era su forma particular de expresar su desafío a la vida ordinaria. Estoy segura de que puede hacer lo que dice, aunque me parece difícil de imaginar, lo oigo y me da un poco de asco.

Cenamos juntos en el restaurante La Cocina de los Yang de unos taiwaneses. Durante la comida me pude dar cuenta de que su novio el policía me tenía ganas, tomaba un pequeño sorbo de vino tinto y luego presionaba su rodilla contra la mía. Yo permanecía inmutable, mientras tenía la boca llena de jugosos mejillones pensaba qué diferencia habría entre un policía y un hombre común en la cama. Tal vez él trate a las mujeres que tenga debajo como a un ciudadano que viola la ley y las aplaste severamente, ¿lo tendrá tan feroz? ¿resistirá mucho?

Pensando así la lengua se me llenó de un líquido agradable, sentí una tibieza especial en el vientre como si una mano grande me sobara.

Madonna gritó:

– ¿Qué carajos pasa?

Furiosa tiró los palillos. La rodilla de enfrente de pronto dejó de moverse, yo no aguantaba la risa.

El mozo llegó rápidamente.

– ¿Por qué hacen cosas tan asquerosas? Apuesto a que su cocinero se quedará pelado, ojalá que no le quede ni un pelo -señalando el tazón de sopa gritaba groseramente.

El gerente del restaurante también vino, se disculpaba todo el tiempo, mientras hizo que el mozo se llevara la sopa de pollo negro con bayas en la que flotaba un pelo.

Inmediatamente trajeron otro tazón de sopa y un plato de postres de regalo.

A la noche descubrí en mi cartera el regalo que me dio Madonna, probablemente me lo puso a escondidas. "Verdaderamente es una loca" pensé moviendo la cabeza, guardé la cosa en un cajón, me bañé y me fui a la cama. El sueño envolvió mi cuerpo como una ola en luna llena, ese fue el día en el cual recuerdo haber conciliado el sueño con más facilidad. Mi Tiantian, mi novela, mis preocupaciones, los problemas de mi jodida vida, a todos los eché en un pozo sin fondo, primero un buen sueño y luego lo demás.

Cocó querida, no te angusties, al despertar será el día siguiente al día anterior.

Por la mañana del otro día mi vecina la gorda encontró una carta y una postal en mi buzón, y amable como siempre me los trajo.

Le agradecí y me senté en el sillón.

La carta era de Tiantian, la postal era de Mark, venía de México. Dudé un instante y decidí leer primero la postal. La postal tenía un cactus enorme como una pagoda en medio del desierto. Al otro lado había unas letras en inglés difíciles de descifrar.

"Corazón, estoy en México en un viaje de trabajo. Es Un lugar un poco sucio pero muy interesante. Aquí por todos lados hay marihuana, triciclos y mujeres tristes de pelo negro y ojos azules. En el hotel he comido muchos chiles de los más picantes en el mundo, cuando te bese la próxima vez seguramente que te picará. Supongo.

"P.S. Mi cliente, un productor multinacional de vidrios de seguridad, es muy difícil. También viajaré a Europa y a las oficinas centrales de mi empresa en Alemania para investigar el mercado del vidrio y a un competidor que nos señaló el cliente. Te veré en medio mes.

"P.P.S. Te hablé muchas veces por teléfono y siempre estaba ocupado, piensa en instalar Internet, puedo ayudarte a solicitar una cuenta gratis de Hotmail.

Besos,

Mark."

Besé la postal, mi teléfono ha estado mucho tiempo descolgado, pensé que él adivinaría que yo estaba escribiendo. Por él no tengo que preocuparme en absoluto, es un pilar de la sociedad, apuesto, inteligente, tiene un trabajo envidiable, es bueno para resolver todo tipo de relaciones complicadas, tiene un gran equilibrio personal (es un Libra clásico) y con las mujeres se relaciona como pez en el agua.

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