Литмир - Электронная Библиотека
Содержание  
A
A

Estaba todavía tan irritada con Hannah que le resultaba difícil volver a conciliar el sueño. Permaneció despierta, recordando la ocasión en que perdió la virginidad. Le era imposible recordar el acontecimiento sin pensar en la intervención de Hannah en el pequeño desastre

Aunque tenía un año menos que Ruth, Hannah siempre había parecido mayor que ella, no sólo porque tuvo tres abortos antes de que Ruth se las arreglara para perder la virginidad, sino también porque la mayor experiencia sexual de Hannah le prestaba un aire de madurez y sofisticación

Ruth tenía dieciséis años y Hannah quince cuando se conocieron, pero Hannah hacía siempre gala de una mayor confianza sexual. (¡Y esto sucedía antes de que la muchacha hubiera tenido relaciones sexuales!) Cierta vez Ruth escribió acerca de Hannah en su diario: "Proyectaba un aura de mundanería mucho antes de haber estado en el mundo"

Los padres de Hannah, felizmente casados (decía de ellos que eran "aburridos" y "serios"), habían criado a su única hija en una casa antigua y sólida que se alzaba en la calle Brattle de Cambridge, estado de Massachusetts. El padre, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard, tenía un aire aristocrático, y su porte revelaba una firme inclinación a mantenerse al margen que, según Hannah, era adecuada para un hombre casado con una mujer rica y nada ambiciosa

A Ruth siempre le había gustado la madre de Hannah, que era afable y condescendiente hasta el extremo de ser la encarnación de la bondad. También leía mucho, siempre estaba con un libro en las manos. En cierta ocasión, la señora Grant le dijo a Ruth que sólo había tenido una hija porque, tras el nacimiento de Hannah, añoraba el tiempo de que antes disponía para leer. Hannah le dijo a Ruth que su madre había ansiado que creciera hasta ser capaz de divertirse sola, de modo que ella pudiera volver a sus libros. Y Hannah se "divirtió sola", desde luego. (Tal vez fue su madre quien hizo de Hannah la lectora superficial e impaciente que era.)

Mientras que Ruth consideraba afortunada a su amiga por tener un padre que era fiel a su esposa, Hannah decía que, de haber sido un poco conquistador, tal vez habría resultado menos predecible. Para ella "menos predecible" equivalía a "más interesante". Afirmaba que la reserva de su padre era el resultado de los años pasados en la Facultad de Derecho, donde sus meditaciones abstractas sobre los niveles teóricos en el campo jurídico parecían haberle distanciado de cualquier apreciación de la práctica de la abogacía. Sentía un gran desdén hacia los abogados

El profesor Grant había recomendado a su hija que estudiara idiomas, y su mayor esperanza era que Hannah hiciese carrera en el sistema bancario internacional, donde habían terminado los mejores y más brillantes de sus alumnos en la Facultad de Derecho de Harvard

También su padre era muy desdeñoso con los periodistas. Hannah estudiaba en Middlebury, donde se había especializado en francés y alemán, cuando decidió que la carrera de periodismo sería la más apropiada para ella. Lo supo con la misma certeza con que Ruth había sabido a edad temprana que quería ser novelista. Con la naturalidad nacida de una certeza absoluta, Hannah anunció que iría a Nueva York y se abriría camino en el mundo de las revistas. A tal fin, tras graduarse en la universidad, pidió a sus padres que le permitieran pasar un año en Europa. Allí practicaría francés y alemán y llevaría un diario. De este modo se afinaría su "capacidad de observación", como decía ella

Cuando Hannah sugirió a Ruth, cuya solicitud para cursar el programa de escritura creativa de la Universidad de Iowa había sido aceptado, que viajara a Europa con ella, tomó por sorpresa a su amiga

– Si vas a ser escritora, necesitas algo sobre lo que escribir -razonó

Pero Ruth ya sabía que las cosas no eran así, o por lo menos no lo eran en su caso. Para escribir sólo necesitaba tiempo, y aquello sobre lo que iba a escribir aguardaba en su imaginación. No obstante, pospuso la matrícula en la Universidad de Iowa. Al fin y al cabo, su padre podía permitírselo, y sin duda un año en Europa con Hannah sería divertido

– Además -le dijo Hannah-, ya es hora de que te follen. Y si estás conmigo, eso es algo que sucederá con toda seguridad

No sucedió en Londres, la primera ciudad de su gira, aunque allí un chico la toqueteó en el bar del hotel Royal Court. Lo había conocido en la National Portrait Gallery, adonde Ruth acudió para ver los retratos de varios de sus pintores predilectos. El joven la llevó al teatro y a un caro restaurante italiano cerca de Sloane Square. Era un norteamericano que vivía en Londres cuyo padre tenía cierto cargo diplomático, y el primero, entre todos los chicos con los que había salido, que tenía tarjetas de crédito, si bien ella sospechaba que pertenecían a su padre. En vez de follar, se emborracharon en el bar del Royal Court, porque Hannah ya estaba "usando" la habitación que ambas compartían cuando Ruth hizo acopio del valor suficiente para llevar al joven a su hotel. Hannah estaba haciendo el amor ruidosamente con un libanés al que había conocido en una oficina bancaria mientras hacía efectivo un cheque de viaje. ("Mi primera experiencia en el campo de la banca internacional -escribió en su diario-. Por fin mi padre podría sentirse orgulloso de mí.")

La segunda ciudad en su gira europea fue Estocolmo. Contrariamente a lo que había predicho Hannah, no todos los suecos eran rubios. Los dos jóvenes que se ligaron a las amigas eran morenos y bien parecidos. Aún estudiaban en la universidad, pero estaban muy seguros de sí mismos, y uno de ellos (el que acabó con Ruth) hablaba un inglés excelente. El otro, algo más guapo y que apenas hablaba una palabra de inglés, se pegó enseguida a Hannah

El joven que le tocó en suerte a Ruth condujo a los cuatro a casa de sus padres, que estaba a tres cuartos de hora de Estocolmo por carretera. Los padres pasaban fuera el fin de semana

Era una casa moderna, con mucha madera de tono claro. El acompañante de Ruth, que se llamaba Per, hirvió salmón con eneldo y lo comieron con patatas y una ensalada de berros, huevo duro y cebollinos. Hannah y Ruth se tomaron dos botellas de vino blanco mientras los chicos bebían cerveza, y entonces el que era algo más guapo llevó a Hannah a uno de los dormitorios para invitados

No era la primera vez que Ruth acertaba a oír los ruidos de Hannah al hacer el amor, pero de alguna manera era diferente, pues sabía que su pareja no hablaba inglés… y mientras Hannah gruñía, Ruth y Per se dedicaron a lavar los platos

– No sabes cómo me alegro de que tu amiga se lo esté pasando tan bien -le dijo Per más de una vez

– Hannah siempre se lo pasa bien -respondió Ruth

Ruth deseaba que hubiera más platos que lavar, pero era consciente de que ya había retrasado en exceso el momento de la verdad

– Soy virgen -dijo finalmente

– ¿Quieres seguir siéndolo? -le preguntó Per.

– No, pero estoy muy nerviosa -le advirtió ella

También le dio al muchacho un preservativo antes de que él hubiera empezado a desvestirse. Los tres embarazos de Hannah le habían enseñado a Ruth una o dos cosas y, aunque tardíamente, también se las habían enseñado a Hannah

Pero cuando Ruth le dio el preservativo, el joven sueco pareció sorprendido

– ¿De veras eres virgen? Nunca he estado con una virgen. Ruth se dio cuenta de que Per estaba casi tan nervioso como ella. También había ingerido demasiada cerveza, cosa que él comentó en pleno coito

– ól -le dijo al oído, y Ruth lo tomó por el anuncio de que se estaba corriendo

Por el contrario, el muchacho le pedía disculpas porque tardaba tanto en eyacular. (ól significa cerveza en sueco.)

Pero Ruth no había tenido ninguna experiencia que le permitiera hacer una comparación. El acto no le pareció ni muy largo ni muy corto. Su principal motivación era superar la experiencia, "haberlo hecho" por fin. No sentía nada

Así pues, Ruth supuso que en Suecia eso era propio de la etiqueta sexual y dijo también "ol", aunque no se estaba corriendo

Cuando Per se retiró de ella, pareció decepcionado al ver la escasa cantidad de sangre. Esperaba que una virgen sangrara mucho. Ruth supuso que eso significaba que la experiencia había sido inferior a sus expectativas

Desde luego, fue inferior a las de Ruth. Menos diversión, menos pasión, incluso menos dolor de lo que había esperado. Todo había sido menos. Resultaba difícil imaginar el motivo de los vehementes grititos de Hannah Grant que ella había oído durante años

Pero lo que Ruth Cole aprendió de su primera experiencia sexual en Suecia fue que las consecuencias del sexo suelen ser más memorables que el mismo acto. Para Hannah no había ninguna consecuencia que considerase digna de recordar. Ni siquiera sus tres abortos le habían disuadido de repetir el acto una y otra vez, el cual parecía tener mucha más importancia para ella que sus posibles consecuencias

Por la mañana, cuando los padres de Per regresaron a casa, mucho antes de lo previsto, Ruth se hallaba sola y desnuda en la cama del matrimonio. Per se estaba duchando cuando la madre entró en la habitación y se puso a hablar en sueco con Ruth

Aparte de que no entendía a la mujer, Ruth no encontraba sus ropas, y tampoco Per podía oír el tono cada vez más alto de su madre por encima del sonido de la ducha

Entonces el padre del muchacho entró en el dormitorio. A pesar de la decepción de Per por lo poco que Ruth había sangrado, ella vio que había manchado la toalla extendida sobre la cama. (Previamente había tomado todas las precauciones posibles para no manchar las sábanas.) Ahora, mientras procuraba cubrirse a toda prisa con la toalla manchada de sangre, era consciente de que los padres de Per habían visto no sólo su desnudez sino también su sangre

78
{"b":"94143","o":1}