Holly volvió a su asiento y Sharon la abrazó con lágrimas en los ojos. -Ha sido perfecto, Holly.
El rostro de Holly se iluminó cuando todos los de la mesa de John levantaron la copa hacia ella y la vitorearon. Y entonces comenzó la fiesta.
Los ojos de Holly se llenaron de lágrimas al ver a Tom y Denise bailar juntos por primera vez como marido y mujer, y recordó aquella sensación. Una sensación de entusiasmo, de esperanza, de pura felicidad y orgullo, una sensación de no saber lo que el futuro deparaba y al mismo tiempo estar preparado para hacer frente a lo que fuera. Aquel pensamiento la alegró. No iba a llorar por eso, iba a aceptarlo. Había disfrutado con cada segundo de su vida con Gerry, pero ahora tenía que seguir adelante. Avanzar hacia el siguiente capítulo de su vida, llevándose consigo maravillosos recuerdos y experiencias que le enseñarían y la ayudarían a moldear su futuro. Sin duda sería difícil, había aprendido que nada era nunca fácil. Pero no le parecía tan difícil como unos meses atrás, y supuso que a medida que pasara el tiempo aún le resultaría menos complicado.
Había recibido un regalo maravilloso: la vida. A veces ésta era arrebatada cruelmente demasiado pronto, pero lo que contaba era lo que hacías con ella, no cuánto duraba.
– ¿Me concedes este baile?
Una mano apareció delante de ella y, al levantar la vista, vio a Daniel sonriéndole.
– Claro. -Sonrió y tomó su mano.
– Puedo decirte que estás preciosa esta noche?
– Puedes -dijo Holly sin dejar de sonreír. Estaba satisfecha de su aspecto, Denise había elegido para ella un hermoso vestido de color violeta con un corsé que disimulaba su barriga navideña y un corte en el costado. Leo había hecho maravillas con su pelo, recogiéndolo de modo que le cayeran unos rizos sueltos hasta los hombros. Se sentía bella. Se sentía como la princesa Holly y rió para sus adentros al pensarlo.
– Tu discurso ha sido encantador -dijo Daniel-. Sé que lo que te dije fue muy egoísta de mi parte. Dijiste que no estabas preparada y no te escuché -se disculpó.
– No te preocupes, Daniel. Creo que no estaré preparada hasta dentro de mucho, mucho tiempo. Y gracias por olvidarte de mí tan deprisa -dijo Holly, sonriendo y señalando con el mentón a Laura, que estaba sentada sola y malhumorada a su mesa.
Daniel se mordió el labio.
– Entiendo que te parezca una locura, pero como no contestabas a mis llamadas hasta yo capté la indirecta de que no estabas preparada para una relación. Y cuando fui a casa a pasar las vacaciones y me encontré con Laura, la vieja llama volvió a encenderse. Tenías razón, en realidad no había renunciado a ella. Créeme, si no hubiese sabido de todo corazón que no estabas enamorada de mí, jamás la habría traído a la boda.
Holly sonrió y dijo:
– Perdona que haya sido tan esquiva todo el mes. Necesitaba un poco de tiempo para mí. Pero sigo pensando que estás loco.
Negó con la cabeza al ver que Laura ponía cara de pocos amigos. Daniel suspiró.
Sé que ella y yo tenemos mucho de que hablar y mi intención es que nos tomemos las cosas con mucha calma pero, tal como has dicho, a veces el amor sigue vivo.
Holly alzó la mirada y dijo:
– Oh, vamos, no consiento que me cites. -Sonrió-. En fin, sólo espero que seas feliz. Aunque no sé cómo vas a conseguirlo. -Suspiró histriónicamente y Daniel rió.
– Soy feliz, Holly, supongo que simplemente no puedo vivir sin el drama.
– Echó un vistazo a Laura y la mirada se le enterneció-. Necesito a alguien que se apasione por mí y, para bien o para mal, Laura es apasionada. ¿Y tú qué? ¿Eres feliz? -Observó el rostro de Holly mientras ella meditaba.
– Esta noche soy feliz. Ya me ocuparé del mañana cuando llegue. Pero sigo adelante…
Holly se sumó al corro de Sharon, John, Denise y Tom y aguardó la cuenta atrás.
– ¡Cinco… cuatro… tres… dos… uno! ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Todo el mundo soltó vítores y aplaudió mientras globos multicolores caían del techo del salón de banquetes y rebotaban en las cabezas de la concurrencia.
Holly abrazó a sus amigos con lágrimas de felicidad en los ojos.
– Feliz Año Nuevo -le deseó Sharon estrujándola con fuerza y la besó en la mejilla.
Holly puso la mano en el vientre de Sharon y estrechó la mano de Denise. -¡Feliz Año Nuevo para todos nosotros!