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Diputada Paulina Tardegarda a diputado Onésimo Canabal

Esta te la lleva personalmente Jesús Ricardo Magón, un joven colaborador del nuevo secretario de Gobernación, Nicolás Valdivia. Me río. Ya te veo, colorado como un betabel nomás de pensar que le suelto secretos a un funcionario, por subordinado que sea, del gobierno. Tú y yo, Onésimo, que con determinación y talento político podemos organizar a nuestro Congreso atomizado y crearle barreras al gobierno… Tú y yo, Onésimo, que con tantita materia gris podemos aprovechar la fuerza difusa de la partidocracia para hacerle la vida imposible al Presidente Lorenzo Terán… ¡Ay!

Discreción, me pediste. Y te la doy, Onésimo, junto con un regalo. El medio es el mensaje, como se decía hace medio siglo, y el hecho de que Magón, ayudante de Valdivia, sea el medio, para ti debía ser el mensaje.

Que es este. Tenemos el campo libre para actuar. Voy derechito al grano. Cícero Arruza ha hecho una mala lectura de la situación interna del país. Arruza es un resabio del pasado, un sobreviviente de épocas remotas. Cree que si hay problemas, se requiere mano dura y esa sólo el Ejército la tiene. Ha elaborado un fantasioso plan en su mente: juntar a todos los gobernadores y caciques para dar un golpe militar y llenar lo que llama (¿dónde lo habrá aprendido?) "el vacío de poder" creado por la pasividad del Presidente Lorenzo Terán.

He hablado con todos y cada uno de esos poderes locales o fuerzas vivas y te digo pronto y rápido lo que descubrí. La pasividad del Presidente les encanta. Y les encanta porque les conviene. ¿Dime tú si no van a estar felices de que la autoridad central esté ausente y ellos puedan hacer lo que les dé su regalada gana? Dime si Cabezas en Sonora no vive feliz de gobernar su estado sin interferencia del Centro de la República, y "Chicho" Delgado en Tijuana haciendo negocios con los coyotes que pasan ilegales y la migra americana que no los deja pasar -hasta que el gobernador Delgado les cobra a unos y les paga a otros-. ¡Qué vergüenza, don Onésimo del alma mía, ay qué rubor, cómo se han corrompido las fuerzas del orden en los Estados Unidos!, ¿no ve usted que hasta colorada me pongo?, ¿no le dije siempre que cualquier vicio mexicano los gringos saben aumentarlo por miles y disimularlo por un millón?

Bueno, permítame una bromita de vez en cuando, señor diputado, usted que me da trato de monja… Bueno, ahora en serio otra vez, dime si Roque Maldonado en San Luis está descontento de que los inversionistas japoneses traten directamente con él, firmen los contratos en el misterioso santuario potosino El Gargaleote del difunto cacique Gonzalo N. Santos y tenga una fortuna con la cual este esforzado revolucionario nunca soñó, gracias a que Maldonado se lleva su jugosa comisión sin interferencia del gobierno federal.

Dime si el capo di tutti capi Silvestre Pardo quiere que un gobierno metiche le agite las olas de su imperio de Narcomex. No digo más. Sólo esto. No hay un solo gobernador, cacique o traficante que quiera un gobierno militar en el que el general Cícero Arruza se lleve la parte del león a la hora del "reparto de utilidades". Nuestro general está birolo, mafufo o sea netamente pendejo. Su cálculo le ha fallado miserablemente. Se quedará solo en una asonada.

¿Ahora ves por qué es importante que esto lo sepa el gobierno y que el emisario sea el guaperas de Jesús Ricardo Magón, de irresistible faz angelical?

Me río, Onésimo, pero mira ahora mi amarga mueca. El único que se nos escapa por taimado y ambicioso es el hombre fuerte de Tabasco, Humberto Vidales, llamado "Mano Prieta". Ese quisiera llegar él mismo a la Silla del Águila, pero como la presa se le escapa una y otra vez (para ser villano de telenovela hay que saber disimular, no puedes torcer la boca, arquear la ceja, sorber los mocos y embozarte en la capa de Cruz Diablo) confía dinásticamente en que, tarde o temprano, uno de sus Nueve Hijos Malvados, como cariñosamente los llama, se siente un día en la Silla y reivindique el derecho natural -según él- de ser Presidente.

Al candidato que apoyemos tú y yo, Onésimo, vamos diciéndole que se esté tranquilo y sólo se preocupe -no mucho, tantito nomás- del tenebroso tabasqueño. Los demás, mientras no les toques los intereses,` harán lo que nosotros queramos -que es no hacer olas y dejarles intactos los negocios.

¿Y quiénes somos nosotros, mi distinguido amigo? ¿Y qué queremos? Pues queremos, ni más ni menos, ser factor decisivo en la sucesión presidencial del año 2024. Cuenta las cabezas, Onésimo. En contra de lo imaginable, Arruza no importa por los motivos ya expresados y que son el mejor saldo de la misión que tuviste a bien encomendarme.

César León no tiene chance inmediato de reelegirse. Habría que cambiar la Constitución y eso puede ser más largo que la Cuaresma. En todo caso, tú y yo podemos asegurar que las cosas se alarguen indefinidamente. ¿No te lo dije un día?

– El Congreso tiene tres misiones. Una, pasar leyes. Otra, impedir que pasen. Pero la más importante consiste en asegurar que los asuntos se alarguen indefinidamente, que nada se resuelva por completo, que la agenda esté llena de pendientes… Si no, mi querido amigo, ¿qué hacemos aquí tú y yo? ¿Cómo justificamos la chamba, sino dándole "largas" a todos los asuntos?

– Cuidadito. A ver si no fundas la sociedad Los Idus de Marzo.

– Mira qué cultivado me resultas, Onésimo. Con razón fuiste secretario de Agricultura en el régimen de César León. No, mejor fundamos la sociedad Las Calendas Griegas…

Prosigo con mi lista. No pongas cara de culto. No te va.

Andino Almazán nomás no "pasa" popularmente. Salvo López Portillo, ningún secretario de Hacienda ha llegado jamás á la Presidencia. Ese sí que es el villano de la telenovela. Pasarse seis años diciéndole NO a todos los que te piden dinero. O sea que su profesión es ser odiado y el votante lo que quiere es amar, aunque sólo sea por un ratito y luego se desilusione.

Quedan entonces los dos candidatos serios. Bernal Herrera y Tácito de la Canal.

No pongas cara de susto si te digo:

– Elimina a Tácito.

Nicolás Valdivia ha tenido a bien enviarme, por conducto del joven Magón, las copias que prueban la conducta criminal de Tácito en el negociado de MEXEN. Cómo se le escapó a un operador tan astuto que el archivista guardaba tan culpables pruebas, aún no lo sé. Magón, que es hijo del archivista, dice que su papá nunca permite que desaparezca un papel. Puede ser. Pero ¿por qué dejó Tácito que los documentos pasaran al archivo en vez de pasar por la trituradora? Sólo se me ocurre entrar a los terrenos pantanosos del orgullo del poder, la hubris, Onésimo (palabrita que ya te expliqué un par de veces y no voy a repetir), que llevó al Presidente Nixon, por ejemplo, a guardar celosamente todas las cintas que lo exhibían como un criminal grosero y que finalmente lo expulsaron de la Casa Blanca… A todos los niveles, Onésimo, te encuentras gobernadores que guardan película de sus matanzas, comandantes que hacen filmar los fusilamientos que ordenan, torturadores que se deleitan mirando cintas de sus atrocidades… ¿Tácito habrá sido sólo más fino y más soberbio, impidiendo que esos documentos quedaran para la historia de Tácito? No lo creo. Nixon, para volver al mejor ejemplo, tenía un archivo separado, "The White House Files", donde quedaba el testimonio de sus canalladas y crímenes, pero listo para ser sacado inmediatamente de la Casa Blanca si perdía las elecciones.

Con Tácito, hay gato encerrado. Los documentos están rubricados por él. Pero una rúbrica se falsifica fácilmente. Yo me pregunto, ¿quién le entregó los papeles al archivista don Cástulo Magón? No creo que haya sido De la Canal. Si averiguamos quién le dijo,

– Don Cástulo, no deje de archivar esto…

habremos resuelto el enigma.

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