– Ya veo -le dijo Eddie-. Ahí queda muy bien.
Oyeron la voz de una mujer que llamaba desde el pie de la escalera.
– ¡Hola! ¿Hay alguien?
numerosos ganchos en las desnudas paredes -exclamó la niña, señalando la foto de su madre
– ¡Mami! -gritó Ruth. -¿Marion? -inquirió Ted. -Es Alice -les dijo Eddie.
El muchacho detuvo a la niñera cuando ésta se hallaba a mitad de la escalera.
– Ocurre algo de lo que tienes que estar informada, Alice -dijo a la universitaria, tendiéndole las hojas-. Será mejor que leas esto.
Ah, la autoridad de la palabra escrita…