– No hables de lo que no sabes, Sancho. Sólo te digo que te tropezarás con gentes que a menudo te motejarán de bobo y simple, y que, si no se es un simple, a nadie le gusta beberse esa medicina.
– No es ésa ninguna novedad, pero también sé deciros que a un hombre sólo ha de importarle que no le falten al respeto las personas a las que él respeta. La fama es cosa de príncipes y reyes, aunque una gran cosa es tenerla buena. Yo lucharé para que nadie me afrente ni ponga al baratillo la mía, y si en los papeles saliere otra cosa, averigüelo Vargas, y siempre se ha dicho que a palabras necias, oídos sordos.