AURITA LEVANTÓ LA TAPA de la máquina, en cuyo carro había instalado un papel.
– Aquí esta el papel del primer día. Dice «Capítulo primero» pero no hay más escrito en él.
Don Periquito, o Pedrito, como le llamaba Aurita, se echó el sombrero encima de la frente y hacia atrás hasta que el respaldo de la silla tropezó con un cajón del chinero.
– La primera frase de una novela debe ser tal que todo lo que viene detrás se pueda deducir de esta frase, esté encerrado en ella. Todavía no hemos dilucidado -levantó las cejas y miró a su mujer- si eres tú, quiero decir la protagonista, o él, quiero decir Enríquez, la persona que va a ver la realidad y al decir ver quiero decir sentirla con todos los sentidos: verla, oírla, tocarla, olerla, saborearla en lo que tenga de sabrosa. Pero también se puede hacer una mezcla de las dos visiones, bien poniendo en juego un solo sentido o bien poniendo en juego dos contrapuestos, por ejemplo ver y oír. Uno ve la realidad, otro la ove; uno ve las traseras del callejón de Medieras, otro ove los ruidos que se van produciendo. Lo cual también puede combinarse con una visión objetiva de los hechos, entendiendo aquí por objetiva la visión del novelista, es decir, la mía. Se puede establecer un sistema de rotación, lo que ve ella, lo que ve él, lo que yo veo, o suprimir el sistema y colocar una de las tres visiones tal y como se me van ocurriendo, la tuya, la mía y la de él, o la de él, la tuya y la mía. También se pueden suprimir las visiones subjetivas, quiero decir la tuya y la de él, y dejar sólo la mía, o suprimir la mía por entero. En el caso de que la mía figure, total o parcialmente, puede ser objetiva y fría, como si un espejo la estuviese reflejando, o bien humorística, es decir, resaltando el ridículo de todo lo que se ve, de todo lo que se ove, de todo lo que los sentidos pueden aportar a la visión total de esas realidades que son tu casa y tu calle, que dejan de ser- tales pana convertirse en elementos de la novela, o sea, imágenes fijadas por palabras. Después de todo lo cual, comprenderás más fácilmente lo que te dije al principio de que la primera frase contiene toda la novela. No quiero decir que contenga el argumento, porque eso ni se roza, pero sí que contiene el modo de ver el mundo practicado por el novelista.
– Entonces me vas a dictar algo, ¿sí o no?
– Aún no. Aún no he decidido si van a ser una o tres las voces descriptivas.
Aurita cerró la máquina.
– Podías decir cosas que yo entendiera. Eso de «voces descriptivas» no sé lo que quiere decir.