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¿Cuál es tu objetivo?

Servir la voluntad de mi especie.

¿Cuál es la transformación planetaria?

El retoño vaciló, y tanto Q'ad como M'la se pusieron rígidos. ¿Habría funcionado la transferencia técnica?

Es la adaptación de un planeta hostil a una fase compatible, respondió el vástago. Q'ad y M'la se relajaron de nuevo.

Dada una cantidad suficiente de ácido hidrazoico y agua, ¿cómo generarías una atmósfera de unas tres cuartas partes de nitrógeno y una cuarta parte de oxigeno?

El retoño se detuvo otra vez. Esto no sólo era una información técnica, sino que era un ejercicio de aplicación. Si el retoño salía con bien de esta situación, mentalmente quedaría cualificado.

¿Se me permite una pregunta?

Permitida.

¿Existen los medios para una fusión nuclear?

¡Lo estaba consiguiendo!

Existen.

Entonces iniciaría una reacción de fusión controlada para obtener energía, pensó con cuidado el retoño. Utilizaría esa energía para separar los componentes del ácido hidrazoico en una parte de hidrógeno y tres partes de nitrógeno. También separaría los componentes del agua en dos partes de hidrógeno y una de oxígeno. Esto contendría tres partes de hidrógeno, tres partes de nitrógeno y una parte de oxígeno. Entonces mezclaría el hidrógeno con el helio por medio de una fusión nuclear prolongada, dejando el nitrógeno y el oxígeno en las proporciones adecuadas. Almacenaría el helio sobrante en estado sólido para algún posible uso futuro.

¡Q'ad y M'la realizaron una pequeña danza de júbilo! ¡Lo había conseguido! Claro que se trataba de una respuesta muy simplificada; pero, ¿qué se podía esperar de un retoño sin ninguna experiencia del universo? Ya aprendería todo lo necesario. Dos partes de la prueba habían concluido.

Sin embargo, la tercera podía representar el fracaso. De nuevo se pusieron tensos.

Explica este concepto: (FIGURATIVO)

El vástago se detuvo y, nuevamente, Q'ad y M'la se pusieron rígidos.

Las antenas del retoño palpitaron. Luego relajó su pequeño cuerpo.

No soy capaz.

¿Por qué no eres capaz?

Se trata de un concepto ajeno a mi naturaleza.

Las antenas de Q'ad tocaron las de M'la en una expresión de puro gozo. ¡Su vástago había cualificado!

Abandonaron la cámara. Ya no tendrían más contacto con su vástago, a menos que, más adelante, se le asignara al mismo proyecto en el que trabajaban ellos. Su parte había sido hecha: habían producido un verdadero individuo No'ui.

Pero el episodio le recordó a Q'ad el concepto alienígena. ¿Qué significaba? Ya se había esforzado en ello con anterioridad; sin embargo, siempre permaneció más allá del alcance de sus antenas. Parecía sugerir que algo no era precisamente de la forma en que estaba representado, sino que indicaba su esencia. Eso era incomprensible. Una cosa era o no era; no podía aproximarse a algo que no fuera el sentido puramente físico, como en el caso de un cálculo en vez de una suma directa. No obstante, daba la impresión de que el lenguaje verbal de la especie humana utilizaba este concepto, y los humanos lo entendían. Claro está, eran primitivos; quizá eliminarían semejantes términos sin sentido de su vocabulario a medida que maduraran. Aun así, le molestaba que una especie primitiva pudiera comprender un concepto que le estaba vedado a todos los No'ui.

Q'ad y M'la eran ahora libres de regresar a sus tareas. Pero, con el tiempo, volverían a aparearse, ya que su combinación había demostrado ser fructífera. Cada uno había justificado su esfuerzo al producir un retoño viable en este entorno hostil.

Q'ad descubrió que le habían asignado un trabajo en la superficie. Se acercaban al momento en el que llevarían a cabo la prueba de la transformación, y debían realizarse ciertas modificaciones en el paisaje. M'la se pondría a trabajar con las plantas genéticamente modificadas que serían capaces de plantar sus raíces en la arena de este árido planeta. Los dos tenían que llevar trajes espaciales, ya que hasta que el proyecto no se completara no existía una atmósfera suficiente que les pudiera sustentar. En realidad deberían usar trajes cuando se estableciera la atmósfera porque, claro está, no serían capaces de respirar la mezcla alienígena.

Entonces, la presentación abandonó a Q'ad y a M'la y enfocó el planeta desde el exterior, mostrando el instante de su transformación momentánea. Se generó una atmósfera de la forma general descrita por el retoño, rica en oxígeno, aunque adecuada para el mantenimiento de los humanos. Fluyó el agua, y las plantas especiales florecieron. El reactor nuclear extendió elementos a lo largo de todo el planeta, que se emplearon para disipar el enorme calor, al mismo tiempo que hacían bajar la temperatura de la superficie al nivel requerido por las plantas, que se encontraba entre los puntos de congelación y vaporización del agua que ya se acumulaba en las hondonadas.

La prueba resultó un éxito; era evidente que la especie humana sería capaz de vivir en la superficie del planeta si llegaba a activar los mecanismos ya preparados. Los No'ui los desconectaron y devolvieron el planeta a su condición anterior, salvo que el fluir del agua había cambiado algunas de sus características de forma irrelevante. Se eliminaron las plantas; se almacenaron sus semillas, que serían dispersas cuando el sistema fuera activado en el futuro por los colonizadores humanos. La activación en sí misma resultaría sencilla; el complejo estaba preparado para que cobrara vida en el momento en que se llevara a cabo una acción determinada. Hauser recibió con claridad cuál debía ser ésta. Él podría ponerla en práctica con suma facilidad.

Pero, ¿cómo sabían que los humanos serían unos comerciantes adecuados?, se preguntó Hauser. ¿Y si maltrataban el equipo?

En respuesta a ello, vio una representación del planeta Marte, con la Montaña Pirámide en relieve: el emplazamiento del reactor nuclear que les viera construir y donde él, ahora (en el recuerdo), se hallaba de pie, recibiendo esta representación. Existían tres cursos a tomar: se podía emplear en su intención original, y no sólo transformaría el planeta de modo que resultara habitable para la especie humana, sino que les desvelaría sus secretos tecnológicos a los humanos, permitiéndoles así catapultar a la especie hacia el espacio galáctico, convirtiéndose en comerciantes establecidos. O podía ser ignorada, en cuyo caso la especie humana emprendería su camino hasta donde llegara, con la posibilidad de adquirir el status de comerciantes en un milenio próximo. O se la podía emplear de forma errónea, en cuyo caso se destruiría. Apareció un pequeño símbolo de una nova que, evidentemente, indicaba la destrucción.

En ese momento, el programa se dirigió a él de forma directa: Ve a comunicárselo a tu especie, D'gls Q'ad H'sr. Hazles comprender que la elección depende de ella. Nosotros, los No'ui, dejamos la cuestión a vuestras extremidades.

La presentación concluyó. Hauser se encontró de pie en la cabina, y de nuevo sólo era eso, una simple cabina. La presencia alienígena había desaparecido.

Durante un tiempo permaneció allí, abrumado. Sabía que el mensaje poseía unos niveles que le llevaría horas, semanas o años comprender por completo. Ahora mismo conocía la finalidad que cumplía el complejo y la forma de activarlo. Con ello bastaba.

También sabía que, fueran cuales fuesen las lealtades que tuviera en el pasado, habían sido anuladas por los No'ui. Ahora él era su emisario.

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