Литмир - Электронная Библиотека
A
A

Sólo cuando el puñal húbole atravesado el corazón, fue cuando abrió los brazos, de donde se desplomó en el suelo el cadáver de la Dolorosa.

Cayeron, pues, juntos los dos amantes, y la sangre de ambos, revuelta y confundida, fue devorada por la sedienta tierra.

La madre, sin sentido, formaba grupo con los muertos.

Antonio volvió a poner el puñal a los pies del Niño Jesús y se entregó voluntariamente a la Justicia.

54
{"b":"100529","o":1}