Литмир - Электронная Библиотека
A
A

Esa frase me hizo ver la luz. ¡Claro! Ella había estado ocultándome hechos de nuestra vida en Barcelona. ¿Tendría alguna pista sobre el tesoro? ¿O sobre la muerte de Enric? Definitivamente tenía un montón de preguntas para ella. Sería estupendo si lograba que respondiera con sinceridad.

– De acuerdo -acepté-. Os reservaré una habitación.

– Sí, una doble. Para ti y para mí.

– ¿Y Daddy?

– Papá se queda en Nueva York.

«¡Viene sin papá!», me dije, «quizá tenga que contar más de lo que yo creo».

40
{"b":"87676","o":1}