Литмир - Электронная Библиотека
A
A

– Pero eso no encaja con quien yo conocí; alguien amante de la vida, una persona estupenda -notaba que al recordarlo me volvían las lágrimas-. Me cuesta pensar que fuera homosexual, pero no importa, eso no le quita mérito. Me niego a creer que se suicidara para eludir la justicia. Vamos, no me puedo creer que se suicidara. Y ¿matar a esa gente? Tampoco lo veo asesinando a sangre fría. Siempre fue pacífico. ¿Y cómo pudo hacerlo? -notaba que mi voz se elevaba a cada pregunta-. ¿Cómo pudo engañarles sabiendo los otros que debía de odiarlos? ¿No me ha dicho que eran mafiosos profesionales?

– No lo sé. Yo no lo sé todo -clamó Castillo con aspecto desesperanzado, abría los brazos y sus palmas miraban al techo como si implorara algo-. Llevo trece años pensando en ello y no lo sé. Ésa es mi teoría, me quedan lagunas por llenar, pero estoy seguro de que fue él. Él los mató. Y lo hizo solo.

21
{"b":"87676","o":1}