Agradecimientos
Una pequeña aclaración antes de dar las gracias. La aldea de Gul Daman, hasta donde yo sé, es un lugar ficticio. Quienes conozcan la ciudad de Herat se darán cuenta de que me he tomado ciertas pequeñas libertades en las descripciones. Por último, el título de esta novela procede de un poema compuesto por Saeb-e-Tabrizi, un poeta persa del siglo XVII. Los que hayan leído el poema original en farsi advertirán sin duda que la traducción al inglés del verso que contiene el título de esta novela no es literal. Sin embargo, es la traducción generalmente aceptada, de la doctora Josephine Davis, y yo la encuentro conmovedora. Se lo agradezco.
Querría dar las gracias a Qayum Sarwar, Hekmat Sadat, Elyse Hathaway, Rosemary Stasek, Lawrence Quill y Halima Jazmin Quill por su apoyo y su ayuda.
Gracias muy especialmente a mi padre, baba, por leer este manuscrito, por su información y, como siempre, por su amor y su apoyo. Y a mi madre, cuyo espíritu abnegado y benevolente está presente en todo el libro. Tú eres mi razón de ser, madre yo. Gracias a mis cuñados por su generosidad y sus muchas bondades. También estoy en deuda con el resto de mi maravillosa familia, todos y cada uno de sus miembros.
Deseo dar las gracias a mi agente, Elaine Koster, por mantener su fe en mí, a Jody Hotchkiss (¡Adelante!), a David Grossman, a Helen Heller y al infatigable Chandler Crawford. Estoy muy agradecido a toda la plantilla de Riverhead Books. Quiero dar las gracias especialmente a Susan Petersen Kennedy y a Geoffrey Kloske por la confianza que han demostrado en esta historia. Mi sincero agradecimiento también a Marilyn Ducksworth, Mih-Ho Cha, Catharine Lynch, Craig D. Burke, Leslie Schwartz, Honi Wernery Wendy Pearl. Gracias especialmente a mi avezado corrector, Tony Davis, al que no se le escapa nada, y finalmente, a mi talentosa editora, Sarah McGrath, por su paciencia, previsión y orientación.
Finalmente, gracias, Roya: por leer esta novela una y otra vez, por capear mis pequeñas crisis de confianza (y un par de las grandes), por no dudar de mí jamás. Este libro no existiría sin ti. Te quiero.
Khaled Hosseini
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