A lo largo de las distintas épocas, los daoístas siempre han considerado al cuerpo humano como un pequeño universo, que el exterior del universo es tan grande como su interior y que la apariencia de su exterior es igual a la de su interior. Esto parece inconcebible y difícil de comprender. Siendo este universo tan grande, ¿cómo puede compararse a un cuerpo humano? Exponemos esta razón: nuestra física de hoy está estudiando los componentes de la materia, desde moléculas, átomos, electrones, protones, quarks y hasta neutrinos. ¿Qué tan grande es lo que está más abajo? A ese punto, ya no puede verse bajo un microscopio. ¿Cuáles son las partículas en un estado aún más pequeño? Ya no se sabe. En realidad, lo que nuestra física conoce está demasiado lejos de la partícula microscópica más pequeña del cosmos. Cuando una persona no tiene su cuerpo carnal, sus ojos pueden ejercer la función de ampliar la visión y ver en el nivel microcósmico. Cuanto más alto es el nivel de uno, tanto más se puede ver en el nivel microcósmico.
Sakya Muni dio en su nivel la exposición de los “tres mil mundos”. Con ello quiso decir que en esta galaxia de la Vía Láctea también existen seres con cuerpos como los seres humanos. Él también expuso que un grano de arena contiene tres mil mundos, lo que concuerda con el conocimiento de nuestra física contemporánea. ¿Qué diferencia hay entre la forma en que un electrón gira alrededor del núcleo atómico y la forma en que la Tierra gira alrededor del Sol? Por eso, Sakya Muni dijo que en un nivel microcósmico, un grano de arena contiene tres mil mundos. Esto es como un universo que adentro tiene vida y materia. Si esto es verdad, piensen todos: entonces, ¿hay aún arena en los mundos de ese grano de arena? ¿Hay también tres mil mundos en la arena de ese grano de arena? Entonces, ¿hay aún arena en la arena de la arena de los tres mil mundos? Investigándolo así sucesivamente, resulta infinito. En consecuencia, al alcanzar esta clase del nivel de rulai, Sakya Muni hizo una afirmación así: «Es tan inmenso que no tiene exterior y tan diminuto que no tiene interior». “Inmenso”, porque no se ve el perímetro del universo y “diminuto”, porque no se ve cuál es la partícula más pequeña de materia original.
Algunos maestros de qigong dicen que en cada poro hay ciudades donde corren trenes y automóviles. Esto suena bastante inconcebible. Sin embargo, no encontramos esta afirmación tan incomprensible si tratamos verdaderamente de entenderlo y estudiarlo desde una perspectiva científica. El otro día, cuando hablé sobre la abertura del tianmu, a muchos con sus tianmu abiertos se les apareció esta escena: corrían por el canal en la frente hacia fuera, como si nunca pudiesen llegar al final. Todos los días, durante la práctica, se sentían corriendo hacia fuera a lo largo de un gran camino y en ambos lados había montañas y ríos. Durante su paso, observaban ciudades y se veía a mucha gente. Ellos pensaban que esto era una ilusión. ¿Qué estaba pasando? En realidad, lo que veían era muy claro y eso no era una ilusión. Digo que si el cuerpo de un ser humano es realmente tan inmenso en el nivel microcósmico, entonces eso no es una ilusión. La Escuela Dao siempre consideró al cuerpo humano como un universo. Siendo éste efectivamente un universo, la distancia desde la frente al cuerpo pineal es de más de “ciento ocho mil li”. Intenta lanzarte hacia fuera; es una distancia muy larga.
Al abrirse completamente la gran circulación celestial durante el curso de la cultivación, al practicante le aparece una clase de capacidad de gong. ¿Qué capacidad de gong? Todos saben que la gran circulación celestial es también llamada circulación celestial meridiana, rotación qiankun o rotación heche. En un nivel no alto, la rotación de la gran circulación celestial forma gradualmente una corriente de energía que incrementa su densidad en forma progresiva, transformándose hacia niveles más altos y convirtiéndose en una gran banda de energía de alta densidad. Esta banda tiene un movimiento rotativo y en el proceso de rotación, visto con el tianmu en un nivel muy bajo, encontramos que ésta puede cambiar la posición del qi en el interior del cuerpo: el qi del corazón va hacia los intestinos, el qi del hígado va hacia el estómago… En un nivel microcósmico, se la puede observar transportando algo muy grande. Esta banda de energía, lanzada al exterior del cuerpo, se la llama “gong de traslado”. Si el gong de uno es muy poderoso, podrá mover cosas grandes, lo cual es llamado “gran gong de traslado”. Alguien con el gong muy débil, podrá mover algo muy pequeño, lo que se llama “pequeño gong de traslado”. Éstas son las clases de gong de traslado y así es cómo se forman.
Con la gran circulación celestial ya se empieza a refinar directamente el gong. Por eso, traerá diferentes estados y formas de gong. A nosotros nos traerá también un estado muy especial. ¿Qué estado? En libros antiguos tales como Shenxian Zhuan, Dan Jing, Dao Zang o Xingming Guizhi todos pueden haber leído una frase que dice “bairi feisheng”, y significa que esta persona vuela a plena luz del día. En realidad, les digo a todos, que una vez que la gran circulación celestial está abierta, una persona puede levitar y es así de simple. Algunos pueden pensar que debe haber un número significativo de gente cuya gran circulación celestial esté abierta después de tantos años de práctica. Digo que no es inconcebible que decenas de miles de personas hayan alcanzado este nivel, porque en último análisis, la gran circulación celestial es un paso al comienzo de la práctica del gong.
Entonces, ¿por qué no vemos a estas personas flotando y levitando? Porque no se permite perturbar el estado de la sociedad humana común, ni se puede dañar o cambiar a voluntad la forma de esta sociedad humana. ¿Cómo se puede permitir que toda la gente vuele por el cielo? ¿Sería ésa una sociedad humana común? Éste es el aspecto principal. El otro aspecto es que el hombre no vive entre la gente común, con el fin de ser un humano común, sino que lo hace para regresar a su ser original y verdadero. Por eso, existe, además, la cuestión de la iluminación. Al ver que muchas personas pueden realmente levitar y volar, los demás también vendrían a cultivarse, y entonces ya no existiría el asunto de iluminarse. Por lo tanto, si puedes levitar debido a tu cultivación, no debes dejar que otros te vean, ni debes mostrarlo a los demás a la ligera, porque ellos todavía necesitarán cultivarse. Por consiguiente, una vez que tu gran circulación celestial esté abierta, cerrando sólo ciertos lugares de tus dedos de las manos, pies e incluso otros lugares del cuerpo, ya no podrás levitar.
Cuando la gran circulación celestial está a punto de abrirse, ocurre este hecho: durante la meditación sentada, algunos suelen inclinarse hacia delante. Esto es porque la circulación en la espalda está más abierta y la espalda se siente ligera, mientras que la parte delantera del cuerpo se siente pesada. Otra persona puede inclinarse hacia atrás porque siente pesada su espalda y ligera la parte delantera de su cuerpo. Si todo tu cuerpo está bien abierto, saltarás para arriba y te sentirás como si tú mismo fueras arrancado del suelo y despegaras arrojándote hacia arriba. Una vez que realmente puedas levitar, no se te permitirá hacerlo, pero esto no es absoluto. Aquellos que desarrollan capacidades de gong están usualmente en los dos extremos de edades. Los niños y personas mayores; especialmente las mujeres mayores, no tienen corazones de apego. Para ellos es fácil desarrollar y preservar sus capacidades de gong. A los hombres, sobre todo los jóvenes, una vez que desarrollan sus capacidades de gong, la mentalidad de ostentación les resulta inevitable y al mismo tiempo, las usarán probablemente como un medio para competir entre la gente común. Por tal razón, no se permite que esto suceda. Aunque se hayan desarrollado, las capacidades son encerradas; si una parte del cuerpo es encerrada, esta persona ya no podrá levitar. Sin embargo, eso no quiere decir que tendrás absolutamente prohibida la aparición de este estado; probablemente se te permita probarlo y algunos lo podrán conservar.