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Hay alguno que es muy terco hasta este punto: apenas mencionas al qigong, se ríe de ti desde el fondo de su corazón. Él piensa que actúas supersticiosamente y que eres demasiado ridículo en extremo. Te considera demasiado ignorante cada vez que mencionas los fenómenos de la práctica de qigong. Aunque este hombre sea obstinado, su cualidad innata no es necesariamente mala. Si su cualidad innata es buena y desea practicar gong, puede que su tianmu se abra en un nivel muy alto y que revele algunas capacidades de gong. Dado que él no cree en el qigong, no se puede garantizar que nunca caiga enfermo, y al enfermarse, irá al hospital. Si el médico de la medicina occidental no puede curarlo, él irá a ver a un médico de la medicina tradicional china. Si éste tampoco puede curarlo y ninguna receta casera puede hacerlo, se acordará del qigong. Él piensa: «Iré a probar suerte y ver si el qigong puede realmente curar mi enfermedad». De este modo, él viene de mala gana. Al practicar gong, gracias a su buena cualidad innata, puede hacerlo inmediatamente muy bien. Quizás un shifu lo ve con preferencia y este ser de alto nivel de otra dimensión le dé una mano y, en un instante, su tianmu se abra o él entre en un estado de semiiluminación. Su tianmu se abre hasta un nivel muy alto, ve de una sola vez alguna verdad del universo y, además, desarrolla algunas capacidades de gong. A tu juicio, ¿puede aguantar su mente ver tales fenómenos? Piensa: ¿Puede su mente soportarlo? Desde siempre, aquello que él consideraba supersticioso, absolutamente imposible y ridículo cuando otros se lo mencionaban, ahora se presenta verdadera y vívidamente ante sus ojos e incluso él puede entrar realmente en contacto con ello. Así que su cerebro no es capaz de soportarlo y su presión mental se hace enorme. Las cosas que él dice no pueden ser aceptadas por otros, aunque la lógica de su pensamiento no sea confusa; es sólo que él no puede balancear la relación entre ambos lados. Él descubre que cuando el hombre hace algo incorrecto acá, es frecuentemente correcto allá. Si él actúa a la manera del otro lado, la gente dice que está equivocado; otros no pueden comprenderlo y por eso, simplemente dicen que esta persona está en zouhuo rumo.

En realidad, él no está en zouhuo rumo. A la mayoría de nosotros no nos aparece en absoluto esta situación en la práctica de gong. Sólo alguien muy terco puede tener este estado de qigong. Muchas de las personas aquí presentes ya tienen sus tianmu abiertos y hay bastantes así. Verdaderamente ven cosas de otras dimensiones y no se sorprenden, se sienten muy bien. Sus cerebros no se han alterado y tampoco se les presenta el estado de qigong. Cuando alguien está en el estado de qigong es muy racional, habla en forma muy filosófica y lógica; es sólo que la gente común no le cree. En cierto momento él manifiesta que ve a una persona que ha fallecido y que ésta le pide que haga cierta cosa. ¿Cómo podría una persona común creerle eso? Más tarde, él comprenderá que debe guardarlo en su corazón y que no debe hablar de ello. Si trata apropiadamente la relación entre los dos lados, todo marcha bien. Usualmente, a estas personas las acompañan algunas capacidades de gong; eso tampoco es zouhuo rumo.

Hay otro fenómeno llamado “locura verdadera”, que es un estado poco frecuente. La locura verdadera a la que nos referimos no significa que una persona esté loca de verdad, sino que se trata de la verdad. ¿Qué es la locura verdadera? Les digo que tal vez entre cien mil cultivadores, se pueda encontrar una. Se ve muy poco. Esto es muy inusual y no genera impacto alguno en la sociedad.

Frecuentemente, la locura verdadera necesita de una condición previa. Es decir, que esta persona posea muy buena cualidad innata y también que sea de edad avanzada. Debido a lo avanzado de su edad, ya es tarde para que pueda cultivarse. Aquellos con muy buena cualidad innata usualmente vienen con una misión y llegan aquí desde dimensiones altas. Quienquiera que viene a esta sociedad humana común siente miedo; uno no reconoce a nadie tan pronto como la memoria es lavada. Al llegar a este ambiente de la sociedad de la gente común, la interferencia humana le lleva a la búsqueda de fama y fortuna. Al final cae y no tiene nunca esperanzas de salir fuera de aquí. Por eso, nadie se atreve a venir; todos tienen miedo. Alguno viene, y tras su llegada no puede comportarse bien entre la gente común; hace muchos actos malos durante su vida, quedando verdaderamente a punto de caer. Si vive compitiendo por sus intereses personales, hará muchas cosas malas y contraerá muchas deudas. Su shifu la ve y se da cuenta que está a punto de caer. Pero, por otro lado, ella ya tenía estado de fruto, ¡entonces no se puede dejarla caer así a la ligera! ¿Qué se puede hacer? Él también está muy preocupado, pero tampoco dispone de otra manera para hacer que ella se cultive. ¿Dónde encontrarle un shifu en tal momento? Esta persona debe retornar nuevamente, regresar cultivándose, pero esto ¡no es tan fácil como decirlo! Ya tiene una edad avanzada y así se cultivase, tampoco le quedaría tiempo suficiente. ¿Dónde encuentra él un sistema de gong donde se cultiven la naturaleza y la vida?

Sólo a alguien que tiene una cualidad innata superior y bajo estas circunstancias muy especiales, se le puede aplicar el método de la locura verdadera. En otras palabras, cuando no queda ninguna esperanza y la persona no pueda retornar al origen por su propio esfuerzo, puede adoptarse tal método, es decir, hacer que se vuelva loca, encerrándole cierta porción de su cerebro. Por ejemplo, nosotros los seres humanos tenemos miedo al frío y a la suciedad. Entonces, las porciones de su cerebro que temen al frío y a la suciedad son bloqueadas. Después que dichas porciones están bloqueadas, esta persona aparenta tener problemas mentales y comienza realmente a actuar como un loco. Sin embargo, no hace cosas malas, no ofende ni golpea a nadie, e incluso a menudo hace cosas buenas. Pero se trata a sí misma muy cruelmente. Como no siente frío, en el invierno corre descalza y con ropa liviana en la nieve hasta que sus pies, quemados por el frío, sangran. Como no se da cuenta de la suciedad, se atreve a comer excrementos y a beber orina. Sé de una persona que mastica, con buen gusto, excremento de caballo bien duro y congelado. Tal persona puede aguantar sufrimientos que alguien común no podría soportar conscientemente; imagina cómo sufre debido a su locura. Por supuesto, tal persona frecuentemente está dotada de capacidades de gong. La mayoría de estas personas son señoras mayores. En el pasado, los pies de las mujeres se vendaban; pero esa señora mayor podía saltar fácilmente por encima de un muro de algo más de dos metros de altura. Al ver que ella se había vuelto loca y que siempre se iba de su casa, su familia la encerraba dentro de la casa. Tan pronto la familia se alejaba ella abría la puerta, con simplemente apuntar el dedo hacia la cerradura, y salía de la casa. Entonces, la ataron con cadenas de hierro. Sin embargo, cuando su familia no estaba, ella se las quitaba meramente sacudiendo la cadena. Era imposible contenerla, así que ella sufrió inmensamente. Las amarguras eran muchas y venían violentamente; por eso ella pudo pagar muy rápidamente las malas deudas que había contraído. Esto toma tres años como máximo y usualmente todo termina en uno o dos años; esos padecimientos son enormes. Una vez que haya pasado por todo esto, ella comprenderá inmediatamente lo sucedido, porque aquello fue equivalente a una cultivación completa. Por lo tanto, su gong se abre de inmediato, surgiéndole una variedad de poderes divinos. Aunque tal caso es extremadamente raro, ha existido en la historia. Sin embargo, no se permite que esto le ocurra a una persona de cualidad innata común. Todos saben sobre la existencia de monjes y daoístas locos, lo cual está verdaderamente documentado en la historia. Se encuentran muchos relatos en las obras clásicas, como el del monje loco que echó a escobazos al funcionario corrupto Qin Kui del templo y otros sobre daoístas locos.

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