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»Mientras tanto tú, el rey Pedro, veías con preocupación la invasión de los moros almohades desde el sur y no querías involucrarte militarmente en una guerra en el norte.

»La única resistencia era la de los cátaros, y no con las armas, sino con la negativa a abjurar de su religión, y miles y miles de creyentes y sospechosos fueron quemados en las hogueras.

»Cuando llegó el turno al castillo de Linda, Daniel pidió el honor, que le fue concedido, de ser recompensado con él por sus servicios a la causa cruzada. El castillo resistió unas pocas semanas y finalmente una brecha en la muralla permitió la entrada del enemigo. La matanza fue la habitual, pero Douglas conservó con vida a los padres y hermanas de Linda encarcelándolos.

»Con el poder de la victoria y de tener a su familia en sus manos, Douglas pudo al fin disponer de Linda a su voluntad. Era una dulce y placentera venganza.

»Ella cedió a sus pretensiones, porque el cuerpo es obra del diablo, y el cuerpo no contamina el alma, que es obra del Dios bueno. Jamás aceptó el matrimonio que Douglas le ofrecía, convirtiéndose en su prostituta pero negándose a convertirse en su dama. Y jamás abjuró de su fe cátara.

»Pronto la situación se hizo insostenible para él. Tener como amante a una hereje reconocida y recalcitrante le ponía en una posición difícil frente a los eclesiásticos católicos. Éstos le preguntaban si el veneno cátaro no le estaría entrando en la sangre, y la situación se hizo tan peligrosa que él mismo se arriesgaba a terminar en la hoguera.

»Así que una tarde ofreció a Linda la última oportunidad de renegar de la fe cátara, casarse con él y convertirse en señora del castillo. Ella respondió con el mismo verso con el que le rechazó dos años antes entre las risas de la corte de su padre. Douglas enfureció, cediéndola a sus dos lugartenientes, que pasaron la noche con ella, y a la mañana siguiente la puso, junto a su familia, en manos de los inquisidores. La misma tarde murieron todos en la hoguera sin haber renunciado a su fe.

– Linda era mi mejor amiga entonces -intervino Karen-. Nos reconoció a Douglas y a mí en la primera sesión en la que rememoró su vida del siglo XIII.

– ¿Cómo pueden ocurrir esas casualidades? -preguntó Jaime extrañado-. ¿Cómo pueden coincidir amigos y enemigos en las distintas reencarnaciones?

– Funciona así -contestó Kevin-. Sorprende pero es así. Tenemos asuntos pendientes de vidas anteriores o misiones conjuntas que resolver. La evolución espiritual no ocurre de forma aislada, sino en grupos amplios de almas. Se coincide con muchos de los seres con los que vivimos vidas anteriores y con otros no se vuelve a coincidir; depende de las deudas que tengamos con ellos. Dubois te podrá contar mejor que yo. Pero es así.

– Tenemos deudas pendientes con Douglas y los suyos -continuó Karen-, y no por venganza de vidas anteriores, aunque para su evolución espiritual, ellos también necesiten experimentar el dolor que la derrota produce.

»Ahora los Guardianes del Templo representan la ideología intolerante, fanática y autoritaria que los cruzados representaban entonces y pretenden controlar la compañía de comunicación más grande del mundo para transmitir sólo su mensaje, acallando, ahogando y dejando sin voz a gente como nosotros. Tal como hicieron en la Edad Media con cátaros, valdenses y otros a los que llamaban herejes. Ésta es la forma actual de guerra; los medios de comunicación. -La muchacha tenía lágrimas en los ojos y hablaba emocionada y con fuerza-. Pero esta vez será distinto, Jaime. No se saldrán con la suya. Nosotros, los cátaros vamos a ganar. ¡Les venceremos!

50

Aquella avalancha de información y sentimientos confundía a Jaime; recorrió con la vista la apacible y soleada tarde. El agua azul de la piscina. El trino de los pájaros. En contraste con su tormenta interior, el entorno invitaba a la paz y el descanso.

Miró a Karen. Ella le estaba mirando a él. Sostuvo la mirada por unos instantes. Era bella. Y la amaba. Sentía que se había excedido hacía unos momentos, pero temía que le estuviera utilizando. Sólo pensarlo le enfurecía. Quería equivocarse; que fuera sólo un pensamiento negativo.

Pero de ser verdad, si ella sólo quisiera usarlo para ganar su guerra, a él le rompería el corazón. Porque la necesitaba. Dependía de ella. Desvió la mirada hacia los árboles y su mente racional empezó a funcionar de nuevo.

– Bien, de acuerdo -dijo Jaime-, imaginemos que los Guardianes son una pequeña mafia religiosa, que ha montado un sistema por el que roba a la Corporación. De aquí a que tengan un complot para controlarla existe un abismo.

– No es una pequeña mafia, al contrario, son muy poderosos -afirmó Kevin-, y el complot existe, lo sabemos muy bien, tanto por Linda como por otros infiltrados. Recordarás la bomba que terminó con la vida del presidente de los estudios Phoenix, Steven Kurth, ¿verdad?

– Sí, claro.

– Bien. Pues la bomba fue obra de los Guardianes.

– ¡Pero qué dices! Se supone que lo hizo un grupo radical violento, opuesto a los contenidos de algunos de los programas que se producen.

– ¡Correcto en todo! Los Guardianes es una secta religiosa radical y violenta a la que no le gustan los contenidos actuales de los programas televisivos o cinematográficos de la Corporación. Pero además, como tiene planes para controlarla, ha camuflado su acción como la de un grupo exterior inventado.

– Pero ¿qué ganan asesinando a Kurth?

– Kurth era un viejo judío liberal de la misma ideología que Davis. Ambos creían en la libertad de expresión de ideas, en la no discriminación por raza, sexo o religión, y en que la tolerancia es la mejor protección para todos, porque todos somos, alguna vez o en alguna parte del mundo, una minoría. Pero Kurth tenía el mismo estilo personalista y autocrático que Davis, y nunca se preocupó de establecer una sucesión para su cargo en la Corporación; quizá pensaba que la vejez y la muerte nunca le afectarían.

»El sucesor más claro de Kurth es el vicepresidente actual de los estudios Eagle, Cochrane, un alto personaje en la secta de los Guardianes. Imagínate lo que obtendrían colocando a Cochrane como presidente de Eagle: mayor control sobre la programación y una inmejorable posición para suceder a Davis.

– ¿Por qué no los denunciáis al inspector Ramsey?

– No tenemos aún suficientes pruebas materiales y las pocas de que disponemos son de procedencia poco legal. La policía nos pondría en su lista de sospechosos y pasaríamos a ser el primer objetivo a destruir para los Guardianes. No; no es aún el momento, hay que esperar.

Jaime quedó pensativo. Luego reinició la conversación.

– Dejadme que continúe adivinando. En todo caso, si Linda logró que Douglas fuera despedido por un affaire sexual extramatrimonial, que ella presentó como acoso, y siendo el jefe de Douglas también un Guardián, Linda debió de recibir apoyo de alguien con un puesto muy alto en la Corporación. Y como no creo que tenga otro amante en la oficina -Jaime miró a Karen y recibió una dura mirada de ella a cambio-, ese alguien que la apoyó debe de ser también cátaro. ¿No es así? ¿Quién es? ¿Es el tapado que da las órdenes?

– No puedo confirmarte eso ahora. Lo siento -contestó Kevin.

– Bien, pero espero que me podáis aclarar lo siguiente. ¿Por qué motivo Linda acusó e hizo despedir a Douglas? Entiendo que quizá exista una deuda de otra vida que tenga que pagar, pero ¿por qué Linda no acumuló pruebas contra Douglas y también contra White, denunciándolos a ambos frente a Davis por fraude y así os librabais de los dos al mismo tiempo?

– Consideramos esa opción, pero había grandes posibilidades de que sólo cayera Douglas, ya que encubría a White. Con Douglas fuera, Linda está teniendo acceso a información que Douglas le escondía incluso a ella, y que compromete directamente a White y quizá a Cochrane. En el momento oportuno, y quizá con tu ayuda, evidenciaremos el complot frente a Davis.

»Entonces Davis hará una limpieza ejemplar tanto en los estudios Eagle como en las áreas administrativas de la Corporación; no dejará títere con cabeza. Los primeros en caer serán el jefe de seguridad y los suyos; al fin y al cabo, ellos son los que introdujeron la bomba en el edificio y asesinaron a Kurth.

– ¡Qué sorpresa! Así que yo tengo un papel en el asunto, ¿verdad? -inquirió Jaime irónico-. Tenía el presentimiento de que estaba en el programa.

– ¡Pues claro que lo tienes! -repuso Karen indignada-. ¿Cómo no lo vas a tener? No puedes escapar a tu destino espiritual. Aunque quisieras. No tendrás más remedio que participar en esta guerra. Y espero que lo hagas con más cerebro que como lo hiciste hace ochocientos años. Tuviste un papel clave entonces y estás destinado a tenerlo ahora. ¡Te guste o no!

Jaime se quedó mirando con asombro a Karen. Su indignación por su comentario irónico, su determinación y el hecho de que diera por supuesto que él debía ser protagonista en la aventura le sorprendían. Hasta el momento sólo había percibido insinuaciones.

Miró a Kevin, que le observaba con una sonrisa divertida. Volvió su vista a la chica. Ella le miraba con el ceño ligeramente fruncido, labios apretados y sus ojos, un poco enrojecidos por las lágrimas recientes, parecían echar chispas. Estaba furiosa con él. Jaime se sentía confuso. Demasiada información. Demasiadas mezclas de pasado y presente. Y ahora eso de sus obligaciones y su destino espiritual. Decidió no enfrentarse a Karen, no quería tener ahora una discusión que la distanciara de él. Además, necesitaba pensar con calma; decidió cambiar de tema.

– Linda debe de encontrarse en una situación incómoda frente a los Guardianes.

– Sí, claro que sí -contestó Karen aún con tono irritado-. Linda se está arriesgando mucho. Uno de los clérigos de los Guardianes del Templo la interrogó sobre su acusación contra Douglas. Linda dijo lo de siempre; ella estaba cansada de él y él continuaba acosándola, llegando incluso a la violencia física. Naturalmente Linda no le contó los métodos usados para provocar que Douglas actuara así. -Aquí Karen relajó las cejas y un destello pícaro asomó a sus ojos-. Pero la violencia y el acoso han sido reales. El clérigo la censuró con dureza por no haber acudido a ellos para resolver el asunto y por haberse atrevido a tomar tal decisión por sí misma. Según él le está causando un importante daño a la secta. ¡Como si Linda no lo supiese! Le ordenó que se retractara de sus acusaciones y ella repuso que ésta era la única solución que había encontrado para librar su vida de Douglas y que no tenía ninguna intención de volver atrás. El clérigo le dijo que entendiera que no era un consejo, sino una orden formal de los Guardianes y Linda repuso que en ese caso él y su maldita secta podían irse al infierno. -Karen hizo una pausa, añadiendo-: De todas formas de allí es de donde procede esa gente.

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