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A la mañana siguiente desayuné tomates fritos y una lata de judías verdes que Madre me había calentado en un cazo.

En medio del desayuno, el señor Shears dijo:

– Vale. Puede quedarse unos días.

Y Madre dijo:

– Puede quedarse el tiempo que necesite quedarse.

Y el señor Shears dijo:

– Este piso apenas es lo suficientemente grande para dos personas, no digamos ya para tres.

Y Madre dijo:

– Puede entender lo que estás diciendo, ¿sabes?

Y el señor Shears dijo:

– ¿Qué va a hacer? Aquí no hay colegio para él. Los dos trabajamos. Maldita sea, es ridículo.

Y Madre dijo:

– Roger, ya es suficiente.

Entonces Madre me preparó un té Red Zinger con azúcar pero no me gustó y luego dijo:

– Puedes quedarte todo el tiempo que quieras.

Y después de que el señor Shears se hubiese ido a trabajar, Madre hizo una llamada por teléfono a la oficina y cogió lo que se llama Baja por Motivos Familiares, que es cuando alguien en tu familia se muere o está enfermo.

Entonces dijo que teníamos que ir a comprar algo de ropa para mí y un pijama y un cepillo de dientes y una toalla. Así que salimos del piso y caminamos hasta la calle principal, Hill Lane, que es también la A4088, y estaba llenísima de gente y cogimos un autobús n.° 266 hasta el centro comercial de Brent Cross. Había demasiada gente en John Lewis y me dio miedo y me tumbé en el suelo cerca de los relojes de pulsera y grité y Madre tuvo que llevarme a casa en un taxi.

Entonces ella tuvo que volver al centro comercial para comprarme algo de ropa y un pijama y un cepillo de dientes y una toalla, así que yo me quedé en la habitación de invitados mientras ella no estaba, porque no quería estar en la misma habitación que el señor Shears, porque tenía miedo de él.

Y cuando Madre llegó a casa me trajo un vaso de batido de fresa y me enseñó mi nuevo pijama, y tenía un dibujo de estrellas azules de 5 puntas sobre un fondo morado, así

El Curioso Incidente Del Perro A Medianoche - pic_59.jpg

Y yo dije:

– Tengo que volver a Swindon.

Y Madre dijo:

– Christopher, si acabas de llegar.

Y yo dije:

– Tengo que volver porque tengo que presentarme al examen de bachiller superior en Matemáticas.

Y Madre dijo:

– ¿Te estás sacando el bachillerato en Matemáticas?

Y yo dije:

– Sí. Voy a examinarme el miércoles y el jueves y el viernes de la semana que viene.

Y Madre dijo:

– Dios santo.

Y yo dije:

– El reverendo Peters va a ser el supervisor.

Y Madre dijo:

– Lo que quiero decir es que eso está muy bien.

Y yo dije:

– Voy a sacar un sobresaliente. Y por eso tengo que volver a Swindon. Sólo que no quiero ver a Padre. O sea que tengo que volver a Swindon contigo.

Entonces Madre se tapó la cara con las manos y respiró con fuerza y dijo:

– No sé si eso va a ser posible.

Y yo dije:

– Pero tengo que ir.

Y Madre dijo:

– Hablemos de eso en otro momento, ¿vale?

Y yo dije:

– Vale. Pero tengo que ir a Swindon.

Y ella dijo:

– Christopher, por favor.

Yo bebí un poco de mi batido.

Más tarde, a las 22.31, salí al balcón para ver estrellas, pero no había por culpa de todas las nubes y de lo que se llama Contaminación Lumínica, que es luz de farolas y faros de coches y reflectores y luces de edificios que se reflejan en minúsculas partículas en la atmósfera e impiden que se vea la luz de las estrellas. Así que volví a entrar.

Pero no pude dormir. Y me levanté de la cama a las 2.07 de la madrugada y tuve miedo del señor Shears, así que bajé al piso de abajo y salí por la puerta principal a Chapter Road. No había nadie en la calle y estaba más tranquila que durante el día, incluso aunque se oyera tráfico en la distancia y sirenas, así que hizo que me calmara. Caminé por Chapter Road y miré todos los coches y las formas que los cables de teléfono dibujaban contra las nubes naranjas y cosas que la gente tenía en sus jardines, como un enanito y un cocinero y un minúsculo estanque y un osito de peluche.

Entonces oí a dos personas que llegaban por la calle, así que me agaché entre el final de un contenedor y una furgoneta Ford Transit, y estaban hablando en una lengua que no era inglés, pero no me vieron. Y había dos minúsculos engranajes de latón en el agua sucia en la alcantarilla a mis pies, como engranajes de un reloj de cuerda.

Me gustaba estar entre el contenedor y la furgoneta Ford Transit, así que me quedé allí mucho rato. Y miré hacia la calle. Los únicos colores que se veían eran el naranja y el negro y mezclas de naranja y negro. Y no se sabía de qué colores serían los coches durante el día.

Y me pregunté si se podía engranar cruces, y decidí que sí se podía imaginándome este dibujo en mi cabeza

El Curioso Incidente Del Perro A Medianoche - pic_60.jpg

Y entonces oí la voz de Madre, que gritaba:

– ¿Christopher…? ¿Christopher…? -Y corría por la calle, así que salí de entre el contenedor y la furgoneta Ford Transit y ella corrió hasta mí y dijo-: Jesús. -Y se quedó de pie delante de mí y me señaló con un dedo la cara y dijo-: Si haces eso otra vez, te lo juro por Dios, Christopher… te quiero, pero… no sé lo que haría.

Así que me hizo prometer que nunca me iría del piso yo solo porque era peligroso y porque no podías fiarte de la gente en Londres porque eran desconocidos. Y al día siguiente tuvo que ir a las tiendas otra vez, y me hizo prometer que no contestaría a la puerta si alguien llamaba al timbre. Y cuando volvió trajo bolitas de comida para Toby y tres vídeos de Star Trek y los vi en la salita de estar hasta que el señor Shears volvió a casa y entonces me fui otra vez a la habitación de invitados. Deseé que 451c Chapter Road, Londres NW2 5NG tuviese un jardín, pero no lo tenía.

Al día siguiente llamaron de la oficina en la que trabajaba Madre y dijeron que ya no podía volver porque habían conseguido que otra persona hiciese su trabajo, y Madre estaba muy enfadada y dijo que era ilegal y que iba a quejarse, pero el señor Shears dijo:

– No seas tonta. Era un trabajo temporal, por el amor de Dios.

Y cuando Madre entró en la habitación de invitados antes de que yo me fuese a dormir dije:

– Tengo que ir a Swindon para presentarme a mi examen de bachiller.

Y ella dijo:

– Christopher, ahora no. Estoy recibiendo llamadas telefónicas de tu padre amenazándome con llevarme a juicio. Me estoy llevando unas buenas broncas de Roger. No es un buen momento.

Y yo dije:

– Pero tengo que ir porque está todo organizado y el reverendo Peters va a ser el supervisor.

Y ella dijo:

– Mira. No es más que un examen. Puedo llamar al colegio. Podemos hacer que lo aplacen. Puedes presentarte en otro momento.

Y yo dije:

– No puedo presentarme en otro momento. Está organizado. Y he repasado muchísimo. Y la señora Gascoyne dijo que podíamos utilizar un aula en el colegio.

Y Madre dijo:

– Christopher, tengo todo esto controlado, pero está a punto de escapárseme de las manos, ¿sabes? Así que tan sólo dame un poco de…

Entonces paró de hablar y se tapó la boca con la mano y se levantó y salió de la habitación. Y yo empecé a sentir un dolor en mi pecho como me pasó en el metro, porque pensaba que no podría volver a Swindon y sacarme el bachillerato.

A la mañana siguiente miré por la ventana del comedor y conté los coches en la calle para ver si iba a ser un Día Bastante Bueno o un Día Bueno o un Día Súper Bueno o un Día Negro, pero no era como estar en el autocar del colegio, porque aquí podías mirar por la ventana tanto tiempo como quisieras y ver tantos coches como quisieras, y miré por la ventana durante tres horas y vi 5 coches rojos seguidos y 4 coches amarillos seguidos, lo que significaba que era a la vez un Día Súper Bueno y un Día Negro, o sea que el sistema ya no funcionaba. Pero si me concentraba en contar los coches, dejaba de pensar en mi examen y en el dolor en mi pecho.

Por la tarde, Madre me llevó a Hampstead Heath en un taxi, y nos sentamos en lo alto de una colina y miramos los aviones que llegaban al aeropuerto de Heathrow en la distancia. Me compré un polo rojo de una furgoneta de helados. Y Madre me dijo que había llamado a la señora Gascoyne y le había dicho que yo me sacaría el bachiller en Matemáticas el año que viene, así que tiré mi polo rojo y grité durante mucho rato y el dolor en mi pecho me hizo tanto daño que casi no podía respirar y se acercó un hombre y preguntó si yo estaba bien y Madre dijo:

– Bueno, ¿a usted qué le parece?

Y el hombre se marchó.

Estaba cansado de gritar y Madre me llevó de vuelta al piso en otro taxi y a la mañana siguiente era sábado, y le dijo al señor Shears que saliera y me trajera algunos libros sobre ciencias y matemáticas de la biblioteca, y se llamaban 100 Rompecabezas numéricos y Los orígenes del Universo y La energía nuclear, pero eran para niños y no eran muy buenos, así que no los leí, y el señor Shears dijo:

– Bueno, es agradable saber que aprecias mi contribución.

Yo no había comido nada desde que tiré el polo rojo en Hampstead Heath, así que Madre me hizo un gráfico con estrellas como cuando yo era pequeño, y llenó una jarra medidora con un batido nutritivo y aroma de fresa y yo me gané una estrella de bronce por beberme 200 ml y una estrella de plata por beberme 400 ml y una estrella de oro por beberme 600 ml.

Y cuando Madre y el señor Shears se pelearon, yo cogí la pequeña radio de la cocina y me fui y me senté en la habitación de invitados y la sintonicé entre dos emisoras de forma que se oía sólo ruido blanco y subí el volumen y la sostuve contra mi oreja y el sonido me llenó la cabeza y me dolió de forma que no sentía otra clase de dolor, como el dolor en mi pecho, y no oía a Madre y al señor Shears pelearse y no pensaba en que no iba a hacer mi examen o en que no había jardín en 451c Chapter Road, Londres NW2 5NG, o en que no se veían las estrellas.

Y entonces era lunes. Era muy tarde por la noche y el señor Shears entró en mi habitación y me despertó y había estado bebiendo cerveza, porque olía como Padre cuando había estado bebiendo cerveza con Rhodri. Y dijo:

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