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– Yo no entro en las casas de otras personas -dije.

Y ella dijo:

– Bueno, podría sacar un poco aquí fuera. ¿Te gusta la limonada?

– A mí sólo me gusta la naranjada -contesté.

– Por suerte también tengo -dijo-. ¿Y qué me dices de un poco de Battenberg?

– No lo sé porque no sé lo que es Battenberg -dije yo.

– Es una clase de pastel -dijo ella-. Tiene cuatro cuadrados rosas y amarillos en el centro y está recubierto de mazapán.

Y yo dije:

– ¿Es un pastel alargado de sección cuadrada dividida en cuadros de igual tamaño y colores alternos?

– Sí -dijo ella-, supongo que se puede describir así.

– Me podrían gustar los cuadrados rosas, pero no los amarillos, porque a mí no me gusta el amarillo -dije-. Y no sé qué es el mazapán, así que tampoco sé si eso me gustaría.

Y ella dijo:

– Me temo que el mazapán también es amarillo. Quizás en lugar de eso debería sacar unas galletas. ¿Te gustan las galletas?

– Sí -dije-. Algunas clases de galletas.

– Te traeré un surtido -dijo.

Entonces se volvió y entró en la casa. Se movía muy despacio porque era una anciana y estuvo dentro de la casa durante más de 6 minutos y yo empecé a ponerme nervioso porque no sabía qué estaba haciendo dentro de la casa. No la conocía lo bastante bien para saber si decía la verdad sobre la naranjada y el pastel Battenberg. Pensé que podía estar llamando a la policía y que entonces me metería en un lío mucho más serio a causa de la amonestación.

Así que me marché.

Y cuando cruzaba la calle tuve un momento de inspiración sobre quién podía haber matado a Wellington. Articulé una Concatenación de Razonamientos en mi mente que era como sigue:

1. ¿Por qué matarías a un perro?

a) Porque lo odias.

b) Porque estás loco.

c) Porque quieres fastidiar a la señora Shears.

2. Yo no conozco a nadie que odiase a Wellington; de ser así a) probablemente se trata de un desconocido.

3. Yo no conozco a nadie loco; de ser así b) probablemente se trata también de un desconocido.

4. La mayoría de los asesinatos los comete alguien a quien la víctima conoce. Se sabe que lo más fácil es que a uno lo asesine un miembro de su propia familia el día de Navidad. Eso es un hecho demostrado. Por tanto, lo más probable es que a Wellington lo matara una persona que lo conocía.

5. De ser así c) yo sólo conozco a una persona a quien no le gusta la señora Shears, y es el señor Shears, que desde luego conocía muy bien a Wellington.

Eso significaba que el señor Shears era mi Principal Sospechoso.

El señor Shears estaba casado con la señora Shears y vivían juntos hasta hace dos años. Entonces, el señor Shears se fue y no volvió. Por eso la señora Shears vino y cocinó mucho para nosotros después de que Madre muriese, porque ya no tenía que cocinar para el señor Shears y no tenía que quedarse en casa y ser su esposa. Y además Padre decía que ella necesitaba compañía y que no quería estar sola.

A veces, la señora Shears pasaba la noche en nuestra casa y a mí me gustaba que lo hiciera, porque ponía las cosas en su sitio y colocaba los botes y las cacerolas y las latas por orden de altura en los estantes de la cocina, y siempre hacía que las etiquetas mirasen hacia fuera, y colocaba los cuchillos y tenedores y cucharas en los compartimentos correctos del cajón de los cubiertos. Pero fumaba cigarrillos y decía montones de cosas que yo no entendía, por ejemplo «Me voy al sobre», y «Ahí fuera están cayendo chuzos de punta», y «Vamos a mover un poco el esqueleto». Y no me gustaba que dijera cosas así porque no entendía qué quería decir.

No sé por qué el señor Shears dejó a la señora Shears, porque nadie me lo dijo. Pero cuando te casas es porque quieres vivir con la otra persona y tener niños, y si te casas en una iglesia tienes que prometer que estarás con esa persona hasta que la muerte os separe. Y si no quieres vivir con ella tienes que divorciarte y eso pasa cuando uno de los dos ha tenido relaciones sexuales con otra persona o porque siempre os estáis peleando, os odiáis y ya no queréis vivir en la misma casa y tener niños. Y el señor Shears ya no quería vivir en la misma casa que la señora Shears, así que probablemente la odiaba y podía haber vuelto y matado a su perro para ponerla triste.

Trataría de averiguar más cosas sobre el señor Shears.

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