– Sí, fue una inmensa suerte. Y una extraña coincidencia, ¿no te parece?
– Coincidencia sí, pero ¿extraña? ¿Por qué? Esas cosas suceden, no hay que darle más vueltas, no te me vayas a volver ahora paranoico, Iñaki. Bien está lo que bien acaba. Bueno para la sociedad, que ve cómo unos traficantes de muerte han sido puestos fuera de circulación; bueno para la policía, que ha resuelto dos asesinatos; bueno para mí, que por fin voy a estar donde me corresponde, e incluso bueno para ti, que podrás pasar una buena minuta a tu cliente, aparte de que no debes olvidar tu situación. Con tu historial sólo nuestra benevolencia y gratitud permitirá en el futuro que puedas seguir trabajando sin problemas, así que deja a un lado esas suspicacias sin fundamento y alégrate de que, por una vez, hayan ganado los buenos.
– Supongo que tienes razón. Alegrémonos -respondió Artetxe.