Литмир - Электронная Библиотека
A
A

Calvino cuenta esta leyenda como ejemplo de una historia bien narrada, breve, sustancial y directa. Pero a mí lo que de verdad me gusta del relato es que es un símbolo perfecto de la necesidad de trascendencia de los humanos, de esa ansia por salirnos de nosotros y fundirnos con lo absoluto: un afán imposible pero espléndido que basta para justificar una vida. Incluso la gran vida de un gran emperador. Nuestra imaginación, ese talismán secreto que se oculta, qué casualidad, bajo la lengua, inviste de belleza lo que toca. Soñamos, escribimos y creamos para eso, para intentar rozar la hermosura del mundo, que es tan inabarcable como el lago Constanza. Me imagino al anciano Carlomagno sentado en una ladera, junto a la orilla, envuelto en su viejo manto imperial para protegerse del húmedo aliento de las aguas y sumido en la melancólica contemplación de su lago-ballena. Así pasamos todos la vida, añorando aquello que es más grande que nosotros, el polvo de estrellas que un día fuimos.

30
{"b":"87973","o":1}