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XI Cobito, primavera 1946

Hay que darles a muerte a estos hijos de puta, ni uno se va a escapar cuando lleguen a la ratonera, el garaje maldito infectado de malhechores, en la vereda caerán y no van a tener tiempo de esconderse detrás del kiosco, turros degenerados, van a aprender lo que es traicionar a Joe el implacable, un balazo en una gamba (a sí no caminan más), otro en la mano (así largan la pistola) y ya están indefensos, no tuvieron tiempo de levantar la persiana y meterse en la ratonera: ellos ya se creían a salvo, en los pasadizos del garaje de la banda, el ratón adentro del queso, un queso de una cuadra de largo, lleno de agujeros, por todos lados de adentro y de afuera la cascara impenetrable, pero cagaron que aquí el único impenetrable es Joe, y cuando me les acerque a los cobardes los escupo en la cara, dos cachetazos a cada uno, de revés se las doy con todo, y con la palma peor, turro, ¿no saben acaso que mis callos están endurecidos de apretar el gatillo? y ahí van a quedar frente a mí los judas de mi banda, que no tiene nada que ver con judío, israelita, a ver qué decido con sus miserables vidas. Pero es larga la espera, voy a estar mirando por la ventana hasta las nueve y media de la noche? el kiosco abandonando en la vereda y nada más ¿quién va a pasar frente a este colegio podrido? el domingo hasta los lustrabotas se las pican y dejan el kiosco, las latas abiertas de betún más seco que yo y los cepillos todo tirado adentro, son libres, no tienen que aguantarse al celador, y si salieron todos los pupilos y me quedé solo no me importa un corno, con los zapatos sin lustrar y el celador el viernes antes de entrar a clase «Aja, ¿no? con los zapatos sin lustrar… y malas contestaciones» el turro,, y derecho a la lista negra del domingo sin salida, pero a las nueve y media y medio minuto cuando lleguen de vuelta Ios traidores, un tiro a las patas y desarmados, una patada en la panza y con la boca sangrando que besen el asfalto del callejón de Chicago, y otra patada más directa al estómago hasta que larguen el secreto de la persiana y todo lo que comieron a las doce en lo de los parientes, seguro que encima del almuerzo a la tarde alguno se fue al bar lácteo, a la tarde ¿qué habrán pedido? el helado con banana triple porción, servido en un solo plato, para un solo tipo, meta cucharada para adentro el turro y de una sola patada se lo hago largar, je je, Joe va a entrar al garaje ni bien le larguen el secreto de la persiana herméticamente cerrada que se abre pisando la baldosa clave del callejón. Y entro, mientras los judas se revuelcan en agonía, qué jodones, ¿no? con parientes en Buenos Aires y se van a llenar el buche los domingos y traicionaron a Joe, quien entrando a la madriguera se estudia bien los pasadizos y ¡carajo!… de haber sabido que había una salida abierta en el corredor de las aulas de dibujo no se nos escapaba Casals, con las ganas de coger que tengo, me cago en Casals. El crimen perfecto, hay que prepararlo con tiempo, es como un reloj, que funciona sin atrasar nunca, Colombo el calentón quiso agarrarlo ese mismo domingo, el primer domingo de salida (que yo salí, no como hoy) y yo más calentón todavía «¿Casals, volvés para la cena o a última hora?» y el chupamedias se vino a las siete menos cinco, para ponerse primero en la fila para la cena, el primer domingo de salida quiso ser el primero en llegar de vuelta, el primero en todo, en vez de entrar a las nueve y media y medio minuto, no, a las siete el boludo, todavía de día y ya estaba primero en la fila, si yo hoy hubiese salido me volvía último: me pegaba un salto de la verja hasta la planilla, aterrizando con una mano y no me va a poder quitar el turro del celador la planilla, je, je, la rúbrica de Joe el último en llegar el domingo, a las veintiuna y treinta y medio minuto y medio segundo, después del tiroteo dejé hecha mierda la estantería del whisky en la taberna del puerto. Y a las siete menos cinco se viene este boludo teniendo parientes el primer domingo de salida, con el calor y el sol rajando todavía, a meterse en el comedor, el administrador desgraciado con lo que cobran en este colé hijo de puta a terminar de amargarle el domingo a los muchachos sin parientes con esa mierda fría, que era fiambre toda grasa, Colombo me guiña el ojo y al terminar el petiso Casals mirando al aire sin hablar con nadie ¿en que pensás, Casals? «en nada» con la voz de violín desafinado, estás medio llorando, Casals ¿no te gusta la comida? «¿acaso a vos te gusta?» ¿por qué no vamos a tocar un poco el piano, Casals? «¿adonde?» el petiso, y la idea de Colombo «en la sala de música, del segundo piso del edificio viejo» y el petiso «pero ahí están las aulas de dibujo y las de química» y Colombo «y al fondo de todo una sala de música ¿nunca la viste?» y a Casals se le fueron las lágrimas al carajo y subió más rápido que nosotros la escalera al 2° y entre el 2° y el ler. piso ya se volvía porque no había ninguna sala de música: Colombo del lado de la pared y yo contra la baranda le cerramos el paso. Y ya nos adivinó el pensamiento el petiso de mierda, y de un salto ya estaba de nuevo en el 2° pero Colombo le había agarrado una punta del saco a tajitos. Jol tenía a su víctima encerrada y le ordenó ¡soltá! al lugarteniente ¡no hagas fuego! que este vil gusano por más que corra no tiene salida: todos los agujeros de la madriguera están bloqueados, y los gatos se van a morfar al ratón… y cuál será el cabrón que dejó abierta la puerta del salón grande de dibujo con los jarrones para dibu|ar y la fruta falsa (te presento mi banana) y se metió el petiso y de ahí al otro salón más chico con los yesos de las columnas dóricas (agárrame la columna) y Colombo como una liebre detrás esta vez lo alcanzó, se le prendió de un brazo y me lo tenía sujeto que no se escapara: después del salón más chico no hay otro, una pared con las columnas en la repisa, otra pared con el pizarrón, otra con las ventanas y no hay salida: y Joe que venía abriéndose la bragueta por fin le echó mano al miserable, y la puta que lo parió el salto que dio y por esa sola puerta rajó al primer salón de los jarrones y el error de Joe no se repetirá más, cuando entre en un garito detrás siempre va a darle dos vueltas de llave a la cerradura, y Colombo «¿por qué no lo corres?» ¡déjalo, que se vaya a la mierda!, porque por la puerta abierta se escapó el petiso y de ahí a la sala grande y de ahí al primer piso, y de ahí a la planta baja hasta que no vino la hora de dormir no se apartó dos pasos del celador de turno. ¡Y mañana lunes! Botánica, Matemáticas, Castellano y Geografía, cuatro unos me encajan y ma qué me importa si total voy a diciembre con las cuatro, y media en bolas se viene la de Geografía en diciembre a tomar examen con las piernas cruzadas ¿quiere que la apantalle, señorita? que te vi hasta, el apellido en el banco de la primera fila. ¿Qué le costaba a Casals dejarme el banco de la primera fila? un día solo me dejó el banco para la lección de Geografía, el banco pegado al escritorio de la profesora, total pueden tomar prueba escrita cualquier día que el petiso Casals sabe todo y no tiene necesidad de copiarse delante del escritorio: el ojo de la profesora le lee hasta los piojos que tiene en la cabeza el petiso, ni Al Capone sería capaz de copiarse en ese banco. Y a la tarde Ejercicios Físicos y Música, no se acaba más el año, tres meses más de clase, y ya pronto se empezarán a bañar en Paraná: canta la chicharra en el río, me las pico de casa, me tiro a la sombra pescando en el fresco y si me quedo dormido con la caña en la mano después no puedo abrir ios ojos pegoteados de lagañas si la sombra se corre y sigo de apoliyo al sol, como una vez un pibe que se murió insolado pero a mí no me hace nada, nada más que me cuesta abrir los ojos entre el calor y las lagañas, hay luz fuerte hasta las nueve de la noche en Paraná, a la hora que el viejo cerraba el negocio, no había gastos de luz, pero ahora quedó mi hermano «un mes más de gastos de internado por no eximirte, en las vacaciones por lo menos me ahorrarás el chico de los mandados», Colombo se va al campo, Casals a su pueblo, no piensan más que en las vacaciones levantarse tarde, con el cole todo el año a las siete, total en este bimestre ya cagué, pero en el que queda todavía me pueden recagar a marzo, en vez de diciembre, aunque Colombo no venga yo mañana voy lo mismo a la lavandería en la hora de descanso, ¿qué gana jugando al básquet con la chica derretida? con el calor las lavanderas tetudas lavando se quedan en combinación, de la ventana del fondo, dale a fregar las camisetas, dale, más fuerte, que se te saltan, dale que tenés que sacarle las manchas al pañuelo, dale fuerte, que se te salta una teta de la cincha, y te echo un lechazo que si te lo doy en un ojo te lo tapono. «Me debilito», boludo Colombo, a derretirse corriendo detrás de la pelota, una buena mina en pelotas me vendría bien después del baño, en vez de ir a Estudio, mañana a esta hora en Estudio, y a esta hora y hasta la madrugada las lavanderas andarán sueltas, ya medio de noche brotan las putas como la yerba mala, por los faroles del puerto. La gorda dientuda, lavandera de mierda, gorda peronista del carajo, gorda mía, vení que estoy solo, todo el parque del colegio está abandonado hoy domingo, yo le doy charla al celador y vos te metes por la puertita de la verja y me esperas despanzarrada detrás de las casuarinas, gorda del carajo, sirvienta podrida, con esos zapatos mochos se viene hasta con delantal, qué calor por la calle me cago antes de ir con ella, nadie, nadie quedó este domingo, se las han picado todos a morfar con los parientes, Casals a la cabeza, y no volvió más los domingos hasta última hora, pero Colombo y el paraguayo Wagger, judas de mierda, ¿de qué se las tiran sin parientes? a las siete como moscas van a caer al reparto de mierda frita enfriada, y a medio kilómetro del celador por más que grite la gorda lavandera el celador no la va a oír, detrás de las casuarinas, las patadas en el culo si chilla y le pellizco una teta hasta que se calle, a Casals tendríamos que haberlo llevado detrás de las casuarinas. Las seis y cuarto, el paraguayo quién sabe pero Colombo seguro que anda sin guita ¿de qué se las tira? mirando el partido de billar en el bar de la estación, el pueblo podrido de Merlo sin comercio ni un corno. Disimulando se lo digo «Colombo, ¿por qué no venís en las vacaciones conmigo a Paraná?» mi vieja me mata si lo llevo y Colombo «no, yo me la paso bien en La Pampa, los tres meses en el campo», «pero venite a Paraná que pescamos todo el día», macanas, y el turro se queda callado y yo con todo disimulo «un año me invitas vos y otro te invito yo» en el campo, este turro se queda callado mirando una mosca que pasa en el billar de la estación de Merlo, cuesta creerlo pero no hay comercio, si mi hermano trajera la tienda aquí a Merlo no tendría competencia, «El tapiz mágico» la única tienda podrida pero los turcos no tienen la cancha de nosotros, y a mucha honra, los dueños del próspero «Clavel rojo» de la progresista ciudad de Paraná, con anexo de productos caseros de la mejor calidad para la mesa, escabeche de salmón y arenque, relleno para pastel cáucaso, masas surtidas, que sopa y guiso, guiso y sopa no voy a comer más en la puta vida cuando del colegio, le paso el plato a Casals, que se lo mande, la sopa, las milanesas pasables por afuera y por adentro la carne sorpresa que en castellano se llama grasa, es lo único que deja Casals, «come todo» le dijo la vieja, y él come todo, porque es un boludo, agachó el melón sobre el libro y no lo levanta más hasta que suena el timbre que se acabó Estudio, y no lo levanta al melón, ¡si no levantas el melón te lo parto de un hachazo, Casals!, y sería capaz de no levantarlo, la vieja le dijo que estudiara todo, ¿a qué mierda estudias tanto, Casals?, «así pasa más rápido el tiempo», ¿no te gusta el cole? «no, y vos te vas a tener que quedar un mes más para los exámenes, en vez de eximirte», en noviembre ya está en la casa sin nada que hacer, el viejo no lo manda a laburar en el negocio, y los zapatos no me los voy a lustrar, ¿y a mi hermano hijo de puta por qué le voy a hacer caso? que no joda con hacerme atender en el negocio, mi viejo «anda, Cobito, anda al río a pescar, y si sacas un buen pejerrey lo traes, mojarritas no traigas, Cobito, no sirven para nada, anda querido, pero pónete algo en la cabeza que el sol está fuerte». Si el viejo viviera yo le escribiría, Casals le escribe a la vieja una carta por día, yo le diría que en este barrio podrido hay una sola tienda, Casals ¿con qué llenas dos hojas todos los días? y mi vieja «Querido Cobito: estamos bien y por suerte con mucho trabajo, tu hermano te va a necesitar en el negocio, ha sido un invierno muy bueno, qué contento estaría tu papá si viviera, pero yo estoy muy triste. Si el verano es tan bueno como el invierno ya vamos a sacar los gastos de la sucesión» y yo con el calor detrás del mostrador, que no estudié, Casals sí y ya está con el melón agachado a escribir la carta, entre el timbre que se acabó Estudio y el timbre de la cena ya se mandó una hoja, y después de la cena con una mano se chupa la naranja de postre ¿y con la otra qué hace? ¿se hace una puñeta? je je, nene vivo, escribe la segunda hoja y rubrica antes de sonar el timbre para el último Estudio, je je, ¿y el lunes a la noche por qué cagas dos horas encerrado en el baño después del timbre de silencio? ¡escribiendo otra hoja! ah, petiso del carajo ¿le escribís a la mina todos los lunes? «¿qué te importa?» ay, cuidado, la nena con sus secretos… y ¡zac! le arrancó el paraguayo Wagger la hoja al salir del cagadero, haciéndose en el baño una paja el paraguayo está perdido que tiene la cama al lado del celador y si la cama cruje se oye, con el ofri en patas se va el guaraní de mierda al baño a pajearse y en plena puñeta se oye la cadena y sale Casals armado de papel y lapicera y tres hojas enteras escritas «querida mami:» ¡je je!, «otra semana que empieza y una menos que falta para volver a estar juntos, qué poquito falta, una semana más de setiembre y después octubre y noviembre, mami. Si yo fuera un chico de los que tienen que dar materias me moriría casi un mes más en el colegio preparando los exámenes. La comida sigue regular pero yo como todo para no enfermarme» leía el paraguayo al compás de una paja y yo que todavía no había largado la leche me vine a ver si no estaban clavando y en la segunda hoja «… ayer domingo el Héctor me esperaba en la estación de Once, como siempre llegó tarde y el padre nos llevó en el auto directos a almorzar. Tío estaba enojado con el Héctor, no se hablan porque el Héctor no se prepara para el ingreso al Colegio Naval casi…» ¡alcahuete de mierda! «… En la pensión dieron ravioles y después carne en estofado, rica…», cómo morfa el hijo de puta «…y después el Héctor quería dormir la siesta porque el sábado se acostó tarde y quedamos en que dormía veinte minutos así a las 2 y media tomábamos el colectivo para ir a ver la matinée de Cuéntame tu vida, de suspenso y amor. Tanto lo tironeé que llegamos pero ya estaba empezada y me perdí las letras del principio, a ver si eran como las de los carteles de afuera del cine, en letras todas tembleques…» (tembleque te dejo la jeta! «…En el cine estaban algunas chicas y compañeros de 4° y de 5° año, de 1° como yo no había nadie, no entienden las películas para grandes…» y ahí salió corriendo el petiso Casals de la patada que le tiró el paraguayo ofendido y le tiré el manotazo al papel de la tercera hoja pero me madrugó el paraguayo turro y se puso la hoja en la raya del culo y por fin el paraguayo de mierda agarró la tercera hoja ¿y para quién era la tercera hoja? je je, nene sabio, «… Hoy lunes la película que tengo para contarte es muy difícil, tn vez de una hoja extra te tendría que escribir tres o cuatro, porque el acusado inocente está trastornado y no sabe si es culpable o inocente en Cuéntame tu vida, y no entendí bien, si él se escapa porque se cree culpable o si de miedo que lo agarren y lo condenen ya corre enseguida, porque si lo agarran seguro que lo condenan, si no fuera por la chica que después de esconderlo aclaró todo, porque resulta que todos lo ven como el asesino y lo persiguen y él tiene algo, una nube en la memoria, que no le deja recordar el momento del crimen, pero como cree que es culpable cada vez que alguno empieza a perseguirlo él ya empezó a correr antes, porque sabe que es el asesino, o cree que parece el asesino…» y la puta que te parió, con el asesino, y el paraguayo terminó la puñeta de dos saques y contame, paraguayo, contame de la Carmela, la pendeja puta, paraguayo turro, el año pasado a él todavía no le había crecido y se la clavaba a la pendejita recién llegada de Italia, qué putas que son en el Chaco, gringa y en el Chaco y puta, y al final de la vacaciones se la cogió el cartero, contame paraguayo ¿qué hacía la pendeja? ¿le dolía? ¿qué culo tenía? y estas vacaciones al volver al pueblo se la va a hacer el paraguayo, guacho puto, total antes de empezar las clases se la cogió el cartero, con una pija de caballo. Y le va a entrar también la mía, y a la Laurita vení que si te agarro te hago barro turra, anda con los de 5°, puta, y todas las de 1°, y la gorda Bartolli, boluda, y la petisa Marini, todas las de la primera fila y en la punta Casals ¿de qué te sirve la primera fila, Casals? total las hijas de puta estas quieren de 5°, al pendejo Colombo tampoco le dan corte, los mejores limones la Marini, y Laurita a qué jode si ella también es judía, cómo se la moría Bigotitos con los ojos «Muchachos, hoy vamos a hablar de los fenicios…» y el culo de la Laura no tiene nada de fenicio ¿a qué mierda se lo mira? Bigotitos pónete los dientes que te faltan, que se te escapa la baba, y me la viene á contar «Umansky, no es posible que usted me dé tanto que hacer, che, y delante de señoritas no se hacen esos gestos, eso no es ser hombre, es ser un chiquilín» turro, y me manda al señor Director del Internado el cual a su vez me quita la salida por un mes, judas mandaparte, nuestro padre espiritual: «¡Muchachos! en este momento es un padre quien les habla» (padre de las pelotas), «el Director del Internado desaparece para dejar paso a alguien poseído de otro sentimiento hacia ustedes, hijos, les está Hablando un padre, muchachos» que hijo tuyo ni que me caguen soy, el hijo es el atorra más grande de Merlo el pendejo fideo consumido por el cigarro y las pajas ya se la debe hacer a los nueve años, y si no se la hace es porque tiene un cigarrillo en una mano y en la otra las fotos de culear que le afanó al paraguayo, sí, a él que le mande la filípica, al hijo de él, la filípica «Les quiero hablar del sexo pero no el sexo, como lo entiende esta sociedad degenerada por infames cartelones publicitarios… ¡El sexo es amor!» y los tegobis de la jermu, la lunga, le das un beso y te quedas ensartado, tienen que venir los bomberos a desclavarte, «la masturbación es un vicio, y como todos los vicios poco a poco se puede ir suprimiendo, es imposible arrancar el mal de raíz, no podemos con nuestras pobres fuerzas arrancar de raíz un pino, pero cortándole un brote hoy y otro mañana, dejando pasar una noche, dos noches, cercenando las ramas menores una a una, ir reduciéndose ese hábito a dos veces por semana, y después una, van cayendo las ramas mayores y después les queda sólo el tronco: no hacerlo más, no fornicar siquiera, si es que no estamos enamorados de la muchacha que se nos brinda, porque el sexo desnudo, sin el maravilloso ropaje del amor, es acto puramente animal, y como tal, denigrante para el hombre». Y si la lunga de la jermu se saca el maravilloso ropaje de los calzones y el corpino y quedan al aire los doscientos treinta y tres hüésob del cuerpo humano, claro que enseguida le tendrá que echar encima una sábana, o el maravilloso ropaje de una frazada, si hace frío. Que la tape también con el colchón, y la ahogue, a nuestra madre espiritual que le pedí si podía comer en la mesa de Colombo el día de mi cumpleaños y la lunga por allá arriba movió la cabeza y «no hay que ir contra la disciplina» ¿hace frío por allá arriba lunga del carajo? Y se dio vuelta en el consultorio y le afané la botella de alcohol, ahora le va a desinfectar el brazo con un gargajo a los pibes de la vacuna, un trago pone las bolas en su lugar, dos tragos de aicohol puro y se le pondrían coloradas las tetas a la gorda, tres tragos y veo igual con anteojos que sin anteojos, cuatro tragos me hago una paja y el gusto dura más, así debe ser coger, el paraíso terrenal, matarla a la mina si se te va la mano, y la tenés que reanimar, con respiración artificial, en vez de oxígeno se la meto y resucita, ¿será curda la Marini? con un traguito, dos traguitos, detrás de las casuarinas, no es judía, eso es lo que me caga. En Paraná desde el primer negocio pasando las barrancas del embarcadero hasta los negocios que empiezan los boliches todas las pibas son iraelitas, estará lleno hoy domingo en el río, lo más tranquilo me voy a pescar, la vieja ni a palos si le llevo mojarritas las va a freír, podría ser un ahorro. Y sería mejor que la mierda del colegio, nos vamos con Colombo al río y vivimos de mojarritas, las freímos en una lata cualquiera y para mi cumpleaños afano algo en casa y comemos mojarritas frescas y masas surtidas. Del mostrador no me salvo, de visita en lo de Colombo les ahorraría la comida en casa, me cago en Colombo, no me invitó, después de los exámenes ya es diciembre me va a cagar mi hermano el mostrador por hacerle gastar un mes más de internado por no eximirme, y en febrero ya va a hacer un año, pobre viejo, hace un año cómo te habías quedado flaco, por ese tumor hijo de puta, hasta febrero que volvimos a abrir el negocio, después de carnaval ya estaba el negocio abierto de nuevo, cerrado tres días por luto, tanto que trabajaste, viejo, perdona, ni bien llegue me voy a poner detrás del mostrador, te pasaste la vida detrás del mostrador que llegaste de Odessa con lo que tenías puesto y «El clavel rojo» es ahora un acreditado comercio de la progresista ciudad de Paraná, y los voy a mirar cuando entren: los enfocabas al entrar con el ojo clínico, le sacabas la radiografía a la cartera y si era algún gallego con guita los precios del «Clavel rojo» subían como la leche por hervir, pero hay que ser como vos, sacar la leche del fuego a tiempo antes de que se vuelque que no se asuste el cliente, si vos vivieras me enseñarías. Y tantas veces que depués del colegio en Paraná me iba al río a pescar y pitar detrás de las barrancas, ¿por qué no habré vuelto al negocio? a relojear como cagabas a los gallegos, me habría hecho el infeliz acomodando los rollos de hule y las cajas de argollas para las cortinas mientras me junaba toda la venta: el amague, lo que les mostrabas antes de decir el precio, el primer precio, la cagada que les mostrabas en calidad inferior si no querían gastar, y los tipos se tragaban el anzuelo, la rebajita final, y… ¡tin, caja…! ¿cuántos tin caja te habrá hecho en tu vida viejo caga-dor? pero no los de precio fijo, yo digo los que vos sabes, que otra que radiografiar la cartera: vos les veías la cara a los que entraban, ¡la cara de gallego bruto con plata! mi hermano qué va a tener cancha, 25 años y siempre con esa cara de velorio no va a saber entretener a la gente ¿se habrá cogido a alguna, alguna vez? un helado frente a la estación de Merlo fue todo lo que me convidó este año cuando vino a Buenos Aires. Diez de elástico, veinte de piolín, cuarenta de clavos mochos, este verano me va a meter detrás del mostrador y la primera negra que entre la despacho, masas surtidas, escabeche de arenque, lo que sea y después la tiro al suelo, le doy un golpe con el rollo de hule, bajo la persiana, le arranco el escudo peronista y no me importa que la primera sea una negra, si este verano no empiezo a coger se me van a podrir las bolas, ¿y qué me espera? el mostrador, que a cada rato entra mi vieja o el infeliz, y las pendejas del club son peores que Laurita, quieren grandes para casarse y la puta de la isla cobra diez mangos. No le doy diez mangos a una puta ni muerto, eso sí que es negocio, pero es mi perra suerte, ¡suerte perra hija de puta! otros tienen suerte, y ya cogieron, pero lo peor es trabajar en las vacaciones ¡ojalá se mueran todos los profesores! y nuestro padre espiritual, así no queda nadie ¡El Charrúa! si me hubiese tocado el pabellón con el Charrúa ya me habría hecho a alguna del lavadero, el Charrúa la primera vez que lo vi lo creí uno de quinto, pero el Charrúa ya está por terminar Abogacía, sin tarro de tocarme el Charrúa de celador me jodí todo el año, rubio y la nariz no es para abajo pero me pareció que podía ser israelita pero en Estudio con el calor se desabrochó la camisa y le apareció la cadena de oro, con la cruz, y los llevó a los dos únicos pendejos del pabellón de él que nunca habían cogido a una mina, los esperaba una mina en la obra en construcción pasando la estación de Merlo, dos mangos al sereno y los pibes se sacaron las ganas, y sin pagar un centavo, el Charrúa arregló con la mina y después los dejó a los pibes y él no quiere largar el rollo pero se da toda la vuelta para que no lo vean que entra en lo de la tetuda de la lavandería, si lo agarra la lunga o su reverendo marido y padre espiritual de todos nosotros le cuesta el puesto al Charrúa, sin el laburito de celador no tiene un mango para seguir la Facultad, y fui boludo de hacerle quilombo en Estudio, cuatro gritos que hicieron temblar los cimientos «¡Todos sin salida, si no aparecen los que eructaron!», mi eructo no había sido tan fuerte pero de eco el paraguayo había destapado una botella de sidra, parecía el eructo más microfónico que le salió en el año pero cerca del banco de él el olor era como si hubieran destapado la olla del puchero de dos días antes. Y el Charrúa llegó el domingo y nadie iba a salir por el paraguayo degenerado que no confesábamos y Casals armó el despiole con nuestro padre espiritual, dijo el petiso «por el capricho del señor celador yo no me puedo quedar sin salida después de toda la semana estudiando, que se ocupe el celador de encontrar al culpable», el petiso se animó a desafiar al Charrúa, si se quedaba sin salida el petiso ya sabía lo que le esperaba detrás de las casuarinas si se quedaba todo el domingo. El paraguayo creyó que Casals iba a delatarlo y se presentó al Charrúa, y Casals no se perdió los ravioles del tío, tarrudo de mierda. Sería fenómeno meterse en Abogacía, el Charrúa se va a la Facultad con un pintón bárbaro, a mí me sale fenómeno el nudo triángulo, lo que me caga es las corbatas de mi hermano donde tengo que hacer el nudo está llena de grasa la puta corbata, tapar la grasa a ese puto nudo me lo tengo que hacer con la punta ancha de la corbata, queda un nudo fenómeno de triángulo pero grueso como la puta que lo parió, y me cago en mi hermano el infeliz de mierda, ¿no me puede dar una corbata más nueva? El Charrúa la peinada al costado sin gomina con el lope canchero largo, a mí me queda medio jodido de pelo crespo, son demasiadas las ondas que tengo. Y a él nadie lo manda, lo más choto de celador no tiene que vivir con la familia si yo me vuelvo a Paraná, clavado detrás del mostrador. Habrá que estudiar más que la mierda en Abogacía, con el marolo del Charrúa claro, no tiene que estudiar y romperse tanto, mientras vigila el Estudio estudia él, y a la noche se queda con la luz prendida de la sala de auxilios y con el marolo que tiene no le cuesta el estudio, por el cigarrillo no tengo miedo de que se me haya jodido el marolo, y la mina que dicen que tiene el Charrúa en la Facultad es un budinazo, la tiene fotografiada en la pieza que según Colombo no tiene mucha teta, el pendejo ladilla se mete en todas partes, claro que no iba a tener tiempo de hacerse una paja mirando la foto pero se la pudo hacer a la noche acordándose. Al marolo el cigarrillo no me puede haber hecho nada porque en Paraná sí pitaba pero acá no está el viejo para afanarle puchos, acá me los tengo que comprar yo, derecho al río a pitar lo que le afanaba de la cigarrera tranquilo tirado en el pasto, ¿y acá a quién le voy a afanar? ¿y en Paraná? ¿a quién le voy a afanar cuando vaya en el verano? ¿el Charrúa cuántas veces más marolo que yo tendrá? al paraguayo le dijo «vos léete dos veces la lección pensando en lo que estás leyendo y si no sos un tarado mental ya te tiene que quedar» y el paraguayo aunque no sea tarado de nacimiento con las pajas que se hace, se le está secando el cerebelo, ¿se hace el doble que yo? según Colombo el Charrúa tiene la foto justo colocada para verla desde la cama a la noche y hacerse sus reverendas pajas, pero de qué pajas me está hablando si la tiene a la tetuda de la lavandería, qué boludo que es Colombo, no se da cuenta que un tipo con el marolo del Charrúa no puede haberse hecho las pajas que se ha hecho el paraguayo, o Colombo, y además un tipo que ya tiene su mina ¿qué necesidad tiene de hacerse la del mono? y coger no estropea el cerebro, nunca lo oí decir, si el Charrúa me hubiese llevado a coger a la obra, con los otros dos pibes que tampoco habían cogido nunca… suerte perra hija de puta, en vez del Charrúa podría haber estado otro celador el día que eructé en Estudio, y ya me tomó entreojos, que si no… Para el crecimiento y la mentalidad es lo peor que puede haber pasarse de pajas pero el cigarrillo también te caga, más que nada al crecimiento y también para estudiar debe ser malo, yo no me gasto un guita en cigarrillos, no se joden… y a Casals también lo debe tener entreojos el Charrúa, el petiso cuando se le retobó que se quedaba sin salida; también si se quedaba todo el domingo sin salida… me hacía ayudar por Colombo y si el Charrúa veía que lo llevábamos detrás de las casuarinas no decía nada a lo mejor porque lo tiene entreojos a Casals. Pero también me tiene entreojos a mí, me cago. Mejor era que lo llevara Colombo solo, engañado, pero difícil, y yo lo esperaba detrás de las casuarinas, y los cago a tiros a los rehenes, los prisioneros de guerra condenados a muerte, es guerra declarada entre la policía y el presidente de los pistoleros, y al prisionero que se la tengo jurada… se la voy a dar: apunten… ¡fuego! ¿Casals pensará seguir Abogacía?, que piense nomás, total va a morir en cualquier momento, hoy domingo lo tendría que hacer cagar de un balazo, en la barriga, que se le escapen por el agujero de la bala todos los ravioles que se mandó hoy ¿y esos dos? consiguieron permiso de sacarlo del colegio un sábado a la tarde, en el jol esperan dos, una pareja ¿serán algunos exalumnos? ¿de hace cuatro o cinco años? el tipo se levantó cuando vio venir al Director que lo traía Casals medio abrazado, y por ahí le palmeaba la espalda, y el tipo que se levantó del sillón era parecido a Casals, no era un exalumno, era el padre, y la madre también cuando lo vio aparecer al petiso se empezó a reír como si se hubiese sacado la lotería, cuando se empezó a reír era igual al petiso, y el petiso hijo de puta también se reía y como para no reírse, que se las picaba del colegio. Una sola vez en el año, aunque hayan venido una sola vez qué más quiere, que lo sacaron a comer. Ni ranas, ni patos alimentados a leche, ni la tortilla prendida fuego comí nunca, y después al teatro. Qué lástima da cuando ya se está terminando el helado, una chupada más, el cucurucho, y ya se fue a la mierda el helado, y después a 1,50 para el cine no alcanzo, a la noche volvía a cenar al colegio ese domingo de mierda, porque total mi hermano y la vieja iban a comer sánguches de mortadela y mi vieja de queso en el hotel de Buenos Aires, mucho más caro que en Paraná, casi el doble si uno se descuida y se gastaron una ponchada de guita en menos de una semana en Buenos Aires con el abogado y la sucesión. «Vieja, en Merlo no hay nada que ver», y se vinieron lo mismo, el domingo en Buenos Aires andan todos los aparatos en el Parque Japonés, y se puede ganar algo en el tiro al blanco, no es todo gasto, pero «vamos a ir a Merlo», vimos la.plaza y en la calle principal la única tienda de los turcos tiene todo apolillado, mi hermano ni se avivó que era la única tienda de Merlo, pero siempre me olvido de escribirle para decírselo. Tengo tiempo ahora, hasta las siete, me cago en la cena del domingo, y Colombo si se descuida va a llegar tarde a la cena, ¿ya quién le pido papel?, aguantándole la jeta al Judas y la Lunga, le voy a afanar todas las botellas de alcohol, Lunga podrida. Y otra botellita de cloroformo para el último día de clases, antes de que se despierte le encajo el pañuelo empapado de cloroformo en la nariz del petiso, así no va a fallar. Menos mal que no lo fue a contar, lo mismo no le habíamos hecho nada, no podía denunciarnos por nada, la tarde del cloroformo: «no seas boludo, Colombo, te digo que la mejor hora es a las 5 y media, después del partido de básquet, se viene a bañar y tenemos más de media hora hasta las 6 menos cinco que suena el timbre de ir a Estudio, y haceme caso: vos metete detrás del ropero, y cuando entre del baño con la toalla enroscada espera un minuto que enseguida voy a entrar yo» y «vos, paraguayo, vení detrás mío y le amarras las patas, que Colombo le va a amarrar los brazos, mientras yo le tapo la cara con el pañuelo empapado de cloroformo. ¿De acuerdo?»… «espera, paraguayo de mierda, que no nos oiga, enseguida va a salir de la ducha, no lo huelas, boludo, es más fuerte que el carajo el cloroformo, como el éter, pero no te le abalances al petiso antes de tiempo que vas a arruinar todo, hay que esperar a que entre en la pieza» «…!!!…hijo de puta, quédate quieto, amárrale bien las patas, paraguayo, fenómeno, Colombo, así, tenelo bien que… olete este perfume, petiso, olételo bien, que es bueno para el cerebro, te lo hacemos oler para que seas vos -nuestro compañero de pieza- el que gane el premio al mejor alumno, ya que sos el mejor del internado, que le ganes también a los externos, y vos no aflojes, paraguayo, tenelo, ya vai cinco minutos pero tarda un poco en hacer dormir, cloroformo de la concha de tu hermana, y vos no empeces a aflojar Colombo, que se retuerza este petiso tragalibros, que ya va a caer dormido aunque no quiera, y después que me lo haga yo y el paraguayo, te lo vas a hacer vos también, pendejo de mierda que nunca cogiste en tu vida, ¿y por qué no se duerme, por qué se sigue retorciendo? la puta que te parió, quédate quieto, no te retuerzas más!!!» «y vos paraguayo sos un falluto, por qué lo soltás, si el petiso va a contar algo yo te echo todo el fardo a vos, porque sos vos el que tenés la culpa de todo, mierda, que si se dormía después al despertarse no se acordaba de nada, le volvíamos a enroscar la toalla como la traía puesta del baño y fenómeno, no se daba cuenta de nada, mientras que ahora es capaz de ir a decirle al celador que lo quisimos coger, y se arma el despelote del siglo. Vos, sos el culpable, y con Colombo vamos a decir que la idea fue tuya, ¿no Colombo?, decimos que este paraguayo maula fue el de la idea, ¿eh Colombo?» y a esta hora ya debe estar por caer a la cena el pendejo Colombo, ¿qué hace en el billar de Merlo mirando toda la tarde jugar a los otros?, ya va a caer de vuelta, aunque tenga permiso de salida: ¿adonde va sin cinco guitas? así que no compadree mucho que está como yo, total en Merlo no hay nada que ver, es un pueblo chico, yo se lo dije a la vieja, y a mi hermano, que desde las diez de la mañana tenía salida, pero hasta las dos de la tarde no se aparecieron en la sala de visitas, desde las diez hasta las doce mirando a nuestro padre espiritual que le enseñaba ajedrez al hijo, ¿qué va a aprender ese pendejo degenerado?, desde las doce y veinte que terminé el almuerzo con los pupilos sin salida hasta las dos de la tarde no vino nadie a la sala de visitas, si traen chocolatines para algún pibe los padres convidan a los otros pibes. Ahora tiene todo el pelo blanco, toda de negro, mi hermano con el brazal de luto pero ella toda de negro, toda la vuelta por el pabellón de los pupilos, la cancha de rugby, el gimnasio, las casuarinas y afuera la plaza de Merlo, la calle principal, y después del helado, de frutilla y crema, ¿cuántas horas hay desde las cinco hasta las nueve y media que hay que volver al colegio? ¿no había tiempo de ir al centro y cenar con ellos? «Si tu padre supiera que en el colegio más caro saliste aplazado para tener que pagar un mes más, de gusto, que el niño dé los exámenes en vez de eximirse, y vos te crees que él no te ve, aunque esté muerto, te ve y si pudiera él mismo te daría una buena paliza, pobre tu padre, ni por él que está muerto sos capaz de portarte bien» la vieja tomó un vaso chico de cerveza y todo lo otro de la botella se lo tomó mi hermano, a mi vieja le hace mal, «vos no lo querés a tu padre, cuando chico tanto que te minió, yo le decía que no te mimara tanto, que te pusiera a ayudar en el negocio, qué tanto tomar sol, los médicos tienen razón un poco de ejercicio te hace Bien para crecer, pero ¿para qué todo el día en el río? al sol y en el agua debilitándose. Ahora verá que no tenía razón con tantos mimos, si lo quisieras un poco te portarías mejor, pero no querés nada a tu pobre padre que está muerto» y ¿para qué iba a ir hasta el hotel con ellos?, compraron para comer en el hotel sánguches de mortadela y la vieja de queso porque la mortadela le hace mal al hígado, ¿y quién vino a eenar al colegio esa noche, a las siete, la comida fría repodrida del domingo a la noche para los pupilos sin parientes en Buenos Aires? ¡yo no! ¡que se la coma otro a esa mierda! las naranjas del parque son más agrias que su abuela, pero ¿cuántas se mandó Colombo? ¿tres? y yo dos, y ¿por qué no lo «oy a querer al viejo?, no es cierto lo que dijo la vieja, y qué Car ajo sabía yo que se iba a morir así, en vez de pitar en el río me junaba bien al viejo cómo subía los precios cuando le caía el candidato, y aprendía, no como el boludo de mi hermano, ¡qué sabe ése de vender! ¿y de quién voy a aprender ahora? ¿quién está detrás del mostrador? ¡no hay nadie! porque al chicato de mi hermano le afanan lo que quieren, y aunque río le afanen, se cree que para vender hay que hacer rebaja, ¿no es cierto qué no, viejo?, mira, viejo, yo voy a aumentarles todo lo que pueda primero, y después poco a poco les hago la rebaja y ¿de qué rebaja me estás hablando?, fueron todos cuentos míos: les rebajo la mitad del aumento y gracias, y cuando venga el verano vas a ver viejo que no voy al río más que los días que el negocio esté cerrado por orden municipal, los domingos y el sábado a la tarde, si no yo voy a estar firme vendiendo, y mi hermano el chicato papamoscas se tomó todo lo que quedaba de la botella de cerveza «cuidate bien de salir bien en los exámenes porque si te aplazan en diciembre tenés que volver a rendir en marzo y son dos semanas más de pagar colegio, encima de lo que tenemos ya que pagar para diciembre, y la plata ao se encuentra tirada en la calle, con todos los gastos de la sucesión. Te barres el negocio todas las mañanas y me haces los mandados, traes del sótano las piezas de género, por lo menos haceme ahorrar el pibe de los mandados en enero y febrero», ¿yo? ¿hacerle los mandados a él? y Colombo los tres meses de vacaciones con la familia corcoveando por el campo sin hacer nada y Casals petiso turro que se va a ir primero de todos a la casa, y está contando los días, lleva la cuenta hasta de las horas y… qué no daría yo por estar ahora en Paraná… bajando del barco… y ver el embarcadero y los negocios y comer en mi casa, y hay que ayudar en el, mostrador, vender medio metro de hule, pesar un kilo de arenques, cagar medio kilo de mierda, y hacer el capricho de mi hermano, ¿y el paraguayo?, el paraguayo es el más vivo de todos, ése sí que es vivo, todas las vacaciones con las mioas del Chaco, más calientes que chivas, ya se la tiene asegurada a la Carmela, la pendeja puta y yo también me la podría hacer, tres meses en el Chaco, por el diablo mejor que Paraná… Paraná: ¡me recago en la puta madre que te parió! ¡no te quiero ver más! no voy ni un día a Paraná, que se la guarden. En el Chaco nos podríamos ir con el paraguayo a pescar todo el día, y en el medio de la selva hay dos caminos, «paraguayo, mira, agarra ese camino que va a la laguna donde está el agua limpia, y llenas las cantimploras» y el paraguayo agarra el camino, sí, a la laguna, ¿qué laguna?, un carajo, cualquier camino para que se pierda, y tarde dos días en volver, así me aparezco en el pueblo, esperando que se haga de noche me voy para el barrio medio descampado, el nudo triángulo flojo medio desatado, el pelo canchero con raya al costado y la camisa desabrochada y que se ve la cadena con la cruz, ma qué cruz, la espero detrás de los yuyos donde está más espeso me escondo a esperarla y cuando pasa la agarro de un brazo: no se ve ni lo que se piensa a la noche en el Chaco de oscuro que está y una vez que se convenció de que soy el paraguayo le empiezo a levantar las polleras a la Carmela…

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