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Campo lejano del Tucán

Mis sueños vagan
por prados tejidos de sigilo,
desnudos noche y día,
sin poder encontrar
el camino de vuelta
al hogar.
Pero mi cuerpo nunca
olvida que ha crecido
bajo estas nubes rotas,
entre bosques que usurpan los senderos
a la Tierra sembrada de rocío.

Perseo en el cielo boreal

Soy valiente, y soy triste,
apenas un zarcillo de sol,
admiro el fondo del mar
y la paz de la noche,
me aferró a las copas de los árboles
que arrasa el viento,
viajo hasta la orilla
de la cúpula celeste.
Me lancé como un tigre
por los cielos vacíos,
me perdí en las distancias:
el tiempo no me importa
pues entiendo
el sueño eterno de su acopio de luz.

Nebulosa de la Laguna,

(Al sur de la nube de Sagitario)

Así, la belleza del mundo,
en él pintan las dunas
una infinitud de ausencias,
y un resplandor violeta
mantiene prisionero al horizonte.
Bastaría una grieta en mi mirada
para poder partir la Luna en dos,
pero
sale entera la Luna entre los huesos
contados del cielo de Septiembre.

Agujero negro Sag A

La oscuridad se agolpa
como un mundo perdido
en aquello que existe.
Los años, largos y profundos,
se han marchado
a dormir sus temores
sobre el lecho de escombros
de alguna primavera. Y
la inmensidad es materia corriente,
como yo.

Antares, en el corazón de Escorpión

Hace años, nada me importaba,
ni las pálidas ruinas
de la luz o
sus estryaciones rojas,
la íntima pureza
de un Sol amurallado por su propio temblor
que no ha encontrado cielo
en que aliviarse.
Hoy, la aurora acaricia mi frente, me
trata como a un adversario,
tiene el poder y el deseo de
un señor feudal.
Lentamente me apaga
el corazón con sus dedos.

El problema del horizonte

¿Qué me impide ser libre?
– Ser libre encierra
una cierta forma de traición-.
En la apacible mañana,
sangrienta de misterios,
he intentado vivir,
caminar sobre el cielo.
Van pasando las horas,
la brisa mueve suavemente las cortinas.
Soy una ardiente defensora del vacío.
La línea del horizonte
se ha enredado en silencio a mi lado,
es un lazo que me ato a la cintura.
Un azul derrotado mendiga su esplendor
por las vastas galerías del firmamento en brasas.
El día y la noche escancian
la inquietud del otoño
para ponerla con cuidado,
como gotas de lluvia que no es agua,
sobre el cristal de mis ventanas.
Es cierto, no soy libre y
yo no sé muchas cosas,
pero sé una gran cosa:
que las cosas
son lo que son
porque fueron
lo que fueron.

Autobiografía titulada «Nacida en cautividad»

Viví en la encrucijada
del siglo XX al XXI,
y los años
como perros felices transcurrieron.
Amé la soledad que nunca tuve,
y esa enorme tristeza
que medita en las flores
y desgarra las brumas
con fulgor de tormenta
cuando llega el ocaso.
Decían: «Ha llegado
el tiempo de morir,
el fin se acerca», y era raro
poder llenar las llagas de la vida.
Oh, aquellos años encendidos
de pensamientos salvajes,
una plata convulsa
que llegaba hasta el mar
en compañía de bestias
y de secretos cantos de sirenas.
Oh, las aves silvestres y las tardes de Marzo
todavía no nacidas.
Un afán de inocencia
se hizo costumbre en mí,
mientras la noche
bordaba a punta de navaja
mi corazón roído
en un cielo de tierra.

Flecha del amor blanco

(poesía)

Si el orden satisface a la razón,

el desorden hace las delicias de la imaginación.

Paul Claudel

I

Junto a mi voz está el vacío,
una escarcha
que espera su milagro de frialdad.
El alba brotando en la pared,
un dragón de cristal tras las cortinas,
el cesto con manzanas que saben a agonía,
y tu cuerpo que a veces es hermoso
si no recuerda nada.
– Te cambio lo vivido
por todo lo soñado-.
No te muevas. Lo inmóvil
es estático porque
no tiene realidad.
¿Qué prefieres?
¿El fragor de las lágrimas,
la cárcel que es el corazón, o fingir
que no puedes estar a mi lado?
Siempre hay tiempo para el amor y el vino,
para la infinitud que habla
un lenguaje de pájaros.
Hay que vivir allí donde
crece el azahar, al lado
de un mar que siempre se confunda
con el cielo.
– Tu cuerpo de alabastro hace una sombra
que no es suya, con las fauces abiertas-.
Parece que vivir fuese algo muy simple.
Hay rincones en ti
que se rompen después de las caricias,
y hoy el cielo está hirviendo
de colores azules
para que el aire claro del otoño
deje sitio a la lluvia.
¿Tienes pétalos de color escarlata,
te conmueves?
¿Te aproximas a la luz
con cada paso, como una mariposa
aturdida que se quema entre llamas
mientras piensa lo bello
que es el fuego frente a la oscuridad?
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