«Hay, en efecto, una razón seria que se opone a que uno intente escribir cualquier cosa en materias como éstas, una razón que ya he aducido yo a menudo, pero que creo que he de repetir aún.
En todos los seres hay que distinguir tres elementos, que son los que permiten adquirir la ciencia de estos mismos seres: ella misma, la ciencia, es el cuarto elemento; en quinto lugar hay que poner el objeto, verdaderamente conocible y real. El primer elemento es el nombre; el segundo es la definición; el tercero es la imagen…»
PLATÓN, Carta VII