Литмир - Электронная Библиотека
A
A

Ella no podía creerlo. Se lo puso, y se dio cuenta de que estaba recobrando la salud a toda prisa, pues ya le venía bien al dedo.

– ¡Qué barbaridad! -suspiró ilusionada-. Todo esto ha sido como para escribir un libro.

68
{"b":"125371","o":1}