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IX

Escuchando Su Palabra,
Brahma, Isar e Indra fueron creados;
y ellos a su vez
le ensalzan en su corazón.
Escuchándola,
la práctica del yoga
y el Conocimiento de Dios
son desvelados.
¡Oh Nanak!
Sus devotos están siempre felices,
pues escuchando Su Palabra,
el dolor y la miseria han sido aniquilados.

X

Escuchando Su Palabra,
la verdad, la dicha
y el divino Conocimiento son alcanzados.
Por ella
la meditación llega con naturalidad a sus devotos
y son honrados en el umbral de Dios.
¡Oh Nanak!
Quien de verdad la Palabra escucha,
no volverá a renacer.

XI

Escuchando Su Palabra
las historias de los Maestros Perfectos
fueron concebidas.
Escuchándola
los ciegos encuentran el camino
y atraviesan este océano de ilusión.
¡Oh Nanak!
Los devotos de la Santa Palabra
obtienen felicidad constante,
pues el dolor y la miseria han sido aniquilados.

XII

No puede ser explicado el estado
de aquel que recuerda Su Palabra.
No hay papel, pluma ni escribiente
que pueda describirlo.
Tal es el poder de Su Nombre;
sólo el que lo recuerda,
lo sabe en su corazón.

XIII

Aquel que medita en Su Nombre
no cae en la ignorancia ni va con Yama
Nadie pue,de comprender el estado del devoto
que medita en la Palabra.
Sólo el que la recuerda
lo sabe en su corazón.

XIV

El camino del devoto del Santo Nombre
está libre de obstáculos,
pues en la presencia del sublime Señor
es honrado y agasajado.
El devoto de Su Palabra nunca se pierde en el engaño,
pues la fe le ha enseñado la ley de su amor.
Tal es el poder del Santo Nombre;
Sólo el que lo recuerda
lo sabe en su corazón.

XV

El devoto que recuerda Su Nombre
alcanza la puerta de la liberación.
Si recuerda la Santa Palabra,
no sólo se salva él,
sino que salva a su familia
y a los discípulos de su antiguo guru.
Quien medita en El,
oh Nanak,
no necesita vagar tras pobres limosnas.

XVI

Así son elegidos los devotos del Señor
y honrados con la estimación de Dios.
Sus mentes permanecen fijas en el amado Señor
y sus palabras son justas y llenas de devoción.
Ante la puerta de su Rey
resplandecen de amor.

XVII

Innumerables son los que se acuerdan de ti
e innumerables los que te aman;
innumerables los que te adoran
e innumerables los que te buscan en austeridades y penitencias;
innumerables los que leen los libros sagrados para cantar tus glorias
e innumerables los que sumergen en la meditación;
innumerables los devotos que contemplan tus atributos y sabiduría
e innumerables los que sinceramente practican la verdad;
innumerables los héroes que son los primeros en dar la batalla
e innumerables los que hacen voto de silencio.
¿Cómo puedo cantar tus glorias
y ofrecerte mi vida?
¡Oh Señor!
Lo que Tú desees,
eso sólo haré.

XVIII

Innumerables son los necios sumidos en la ignorancia,
innumerables los ladrones que viven del salario de la iniquidad
e innumerables los tiranos y homicidas.
Nanak se expresa así:
¡Oh Señor!
Nunca te he entregado mi vida;
lo que Tú desees,
eso sólo haré.

XIX

Existen incontables lugares y mundos
donde los hombres se postran ante ti y te alaban.
Es de necios tratar de contar tus manifestaciones,
mas debemos usar las palabras para ensalzar tu Nombre;
con ellas hablamos y escribirnos,
y creamos los lazos que nos unen a Ti.
Toda la creación es una manifestación de tu Palabra.
¿Cómo podría yo ensalzar tu poder?
¡Oh Señor!
Nunca te he entregado mi vida;
lo que Tú desees,
eso sólo haré.
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