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– No. -Eve dejó caer la cabeza entre las rodillas cuando la violenta oleada de náusea giró en su estómago. -No podrán.

– Realmente eres policía? -El chico tironeó cuidadosamente a Eve de la manga. -Estoy en problemas? Hombre, mi madre me va a matar.

– Consígame una declaración de este chico, y luego llévelo a su casa. -El mar subía y bajaba otra vez, pero logró ponerse temblorosamente de pie.

– Señor. -Con el rostro enrojecido, sudorosa y jadeando como un perro, Peabody regresó. -Lo lamento. Nunca pude ver ni rastro de ella. Pusimos un red afuera, pero…

– Sí, se esfumó.

– Mejor que te sientes. -Peabody aferró el brazo de Eve cuando se tambaleó. -Voy a llamar a los TM.

– No quiero a los jodidos TM.

– Estás realmente golpeada.

– Te dije que no los quiero. Déjame. -Trató de liberarse, viendo que el rostro preocupado de Peabody se triplicaba. -Ah, mierda. -logró decir, y realmente sintió que sus ojos rodaban hacia atrás en su cabeza antes de desmayarse.

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