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Butch abrió su teléfono móvil cuando volvieron a la cocina.

– ¿V? Hemos tenido un robo. Bella. -Miró las manchas negras sobre la silla rota. – Ella presentó una buena lucha. Creo que se la han llevado los lessers.

Mientras Rhage se ponía un par de cueros, él sostenía el teléfono entre su hombro y su oído. -¿Poli? Deja que hable con Mary.

Hubo el sonido de unos pies arrastrándose y luego le escuchó. -¿Hola? ¿Rhage?

– Hey, mi mujer, ¿estás bien?

– Estoy bien. – Su voz era infernalmente inestable, pero que alivio solo escucharla.

– Voy contigo. – Agarró su pistolera de pecho cuando empujó sus pies en sus botas. -El sol está bajando ahora, entonces estaré allí.

La quería a salvo y en casa. Mientras él y sus hermanos estaban tras esos gilipollas.

– Rhage…Oh, Dios, Rhage ¿qué van a hacerle ellos?

– No se. -Era una mentira. Él sabía exactamente lo que le harían a Bella. Dios la ayudara. – Escucha, comprendo que ahora estás preocupada por ella. Pero ahora mismo necesito que te concentres. Te quiero sobre Butch como una tuerca ¿entendido?

Porque materializarse ante ella era más rápido que el poli la condujera a casa. Pero él odiaba que ella estuviera tan expuesta.

Cuando insertó las dagas en la pistolera, comprendió que se había hecho el silencio en el teléfono. -¿Mary? ¿Has oído lo que te he dicho? Piensa en ti. Permanece al lado de Butch.

– Estoy a su lado.

– Bueno. Mantente así. Y no te preocupes, de una u otra manera recuperaremos a Bella. Te amo. -Él colgó y se puso la pesada trinchera.

Cuando salió disparado hacia el pasillo, entró en la habitación de Phury que estaba vestido de cuero y totalmente armado.

– ¿Qué joder está pasando?- Bajó Zsadist por el pasillo. – Recibí un mensaje caliente y molesto de V sobre una mujer…

– Bella ha sido secuestrada por los lesser. -Dijo Rhage comprobando su Glock.

Una fría corriente salió de Z como una ráfaga. -¿Qué has dicho?

Rhage lo miró con el ceño fruncido ante la intensidad del hermano. -Bella. La amiga de Mary.

– ¿Cuándo?

– No lo se. Butch y Mary están en su casa…

Justo cuando lo dijo, Zsadist había desaparecido.

Rhage y Phury fueron tras él, materializándose en la casa de Bella. Los tres corrieron juntos hacia la entrada de la granja.

Mary estaba en la cocina, al lado de Butch que verificaba el suelo. Rhage pasó como un trueno y la agarró, abrazándola contra él con tanta fuerza que casi le rompió los huesos.

– Voy a llevarte a casa. -Murmuró él contra su pelo.

– El Mercedes está en la parte de atrás. -Dijo Butch cuando se levantó de dónde se encontraban las negras manchas que había estado mirando. Le tiró a Rhage el juego de llaves.

Phury maldijo mientras enderezaba una silla. -¿Qué tenemos?

El poli negó con la cabeza. -Creo que se la llevaron viva, me baso en este modelo de huellas chamuscadas de la puerta. El rastro de sangre quemada cuando el sol lo toca…

Incluso antes de que Butch se parara en seco y echara un vistazo a Mary, Rhage comenzó a ir hacia la puerta con ella. La última cosa que ella necesitaba era oír los espantosos detalles.

– El poli continuó. -Además, ella les es inútil si está muerta… ¿Zsadist? ¿Estás bien, hombre?

Pasando, Rhage le echó un vistazo sobre el hombro a Z.

Z era una temblorosa furia, su cara tensa a lo largo de la cicatriz bajo su ojo izquierdo. Infiernos, se veía como su fuera a volar, pero era difícil de creer que la captura de una mujer le importara de una u otra manera.

Rhage se paró. -Z, ¿qué pasa?

El hermano se dio la vuelta distanciándose como si no quisiera que le vieran, luego se apoyó en la ventana que tenía más cerca. Con un gruñido bajo, se desmaterializó.

Rhage miró fuera. Todo lo que podía ver era la granja de Mary al otro lado del campo.

– Vamos.- Le dijo a ella. -Te quiero fuera de aquí.

Ella asintió y él la cogió del brazo, conduciéndola hacia la casa. No se dijeron nada mientras caminaron rápidamente sobre la hierba.

Justo cuando estaban a un paso del césped, un cristal se rompió por un choque.

Algo o alguien estaba siendo sacado de la casa de Mary. Directamente a través de la puerta corredera.

Mientras el cuerpo estaba echado sobre la terraza, Zsadist saltó por la apertura, enseñando los colmillos, su anatómica cara agresiva. Se lanzó sobre el lesser, cogiendo la cosa por el pelo y levantando su torso de la tierra.

– ¿Dónde está ella? -Gruñó el hermano. Cuando la cosa no contestó, Z cambió su control y le mordió el hombro, directamente sobre el abrigo de cuero. El asesino aulló de dolor.

Rhage no se quedó a mirar el espectáculo. Corrió con Mary alrededor de la casa, solo para encontrarse con dos lessers más. Obligándola a ponerse detrás, la protegió con su cuerpo mientras sacaba su arma. Justo cuando consiguió colocarse en posición de disparar, sonidos de disparos sonaron a su derecha. Las balas zumbaban por su oído y salían de la casa golpeándolo en el brazo y en el muslo y…

Él nunca había estado tan contento de tener a la bestia surgiendo. Se lanzó de lleno en el vértice con un rugido, abrazando el cambio y la explosión de sus muslos y huesos.

Mientras una ráfaga de energía salía de Rhage, Mary fue lanzada contra la casa, su cabeza se echó hacia atrás y tropezó con las tablillas. Se deslizó sobre el suelo, débilmente consciente de una enorme presencia que tomaba el lugar de Rhage.

Hubo más sonidos de disparos, gritos, rugidos ensordecedores. Arrastrándose por el suelo, se ocultó detrás de un arbusto de enebro justo cuando alguien encendió las luces las luces exteriores.

Santo…Cristo.

El tatuaje cobraba vida: una criatura parecida al dragón cubierto de iridiscentes escamas moradas y de escalas verde lima. La cosa tenía una cola acuchillada con lengüetas, garras amarillentas y una negra melena salvaje. No podía verle la cara, pero los sonidos que hacía eran horrorosos.

Y la bestia era mortal, haciendo un trabajo rápido con los lessers.

Se cubrió la cabeza con los brazos incapaz de mirar. Esperaba como el infierno que la bestia no la viera y que si lo hacía, se acordara de ella.

Más rugidos. Otro grito. El terrible crujido de una rejilla.

Desde la parte posterior de la casa, escuchó rápidos tiros salpicando.

Alguien gritó. -! Zsadist!!Para!!Los necesitamos vivos.

La lucha continuó y probablemente duró solo cinco o diez minutos. Y luego solo el sonido de la respiración. Dos alientos. Un suspiro lento.

Ella alzó la vista. La bestia surgía sobre el arbusto detrás del que se ocultaba, estabilizando la fija mirada blanca sobre ella. Su cara era enorme, su mandíbula llena de dientes como los de un tiburón, la melena cayéndole sobre la amplia frente. Negra sangre sobre su pecho.

– ¿Dónde está ella? ¿Dónde esta Mary? – La voz de V viajó alrededor de la esquina. -¿Mary? Oh…mierda.

La cabeza de la bestia giró entre Vishous y Zsadist rápidamente.

– Lo distraeré. -Dijo Zsadist. -Tú sácala del camino.

La bestia se volvió hacia los dos hermanos y se colocó en posición de ataque, enseñando las garras, la cabeza hacia delante, la cola agitándose regularmente. Los músculos de sus cuartos traseros temblaron.

Zsadist siguió acercándose mientras V comenzaba a acercarse hasta donde ella estaba.

La bestia gruñó y abrió las mandíbulas.

Z maldijo en su dirección. -Sí, ¿qué vas a hacerme que no estoy preparado para hacerte?

Mary se disparó sobre sus pies. -¡Zsadist! ¡No lo hagas!

Su voz congeló a todo el mundo como si fuera un cuadro viviente: Zsadist caminó hacia delante. Vishous acercándose furtivamente a ella. Los tres la miraron durante una fracción de segundo. Y luego se volvieron a concentrar los unos en los otros, yendo directamente al curso de la colisión para la que se habían preparado.

– ¡Vais a marcharos los dos de aquí! -Siseó ella. -Alguien puede salir lastimado. ¡Lo están cabreando!

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