La joven, que se fue haciendo mayor, le hablaba con cada vez más confianza, pero sin obtener nunca respuesta: los fantasmas no siempre pueden o quieren hablar. Y con esa siempre mayor y unilateral confianza transcurrieron los años, hasta que llegó un día en que el muchacho no se presentó, y tampoco lo hizo durante los días ni las semanas siguientes. La joven que ya era casi vieja se preocupó al principio como una madre, temiendo que le hubiera sucedido algún percance grave o desgracia, sin darse cuenta de que ese verbo sólo cabe entre los mortales y que quienes no lo son están a salvo. Cuando reparó en ello su preocupación dio paso a la desesperación: tarde tras tarde contemplaba el sillón vacío e increpaba al silencio, hacía dolidas preguntas a la nada, lanzaba reproches al aire invisible, se preguntaba cuál había sido su falta o error y buscaba con afán nuevos textos que pudieran atraer la curiosidad del joven y hacerlo volver, nuevas disciplinas y nuevas novelas, y esperaba con avidez cada nueva entrega de Sherlock Holmes, en cuya habilidad y lirismo confiaba más que en casi ningún otro cebo científico o literario. Y seguía leyendo en voz alta a diario, por ver si él acudía.
Una tarde, al cabo de meses de desolación, se encontró con que la señal del libro de Dickens que le estaba leyendo pacientemente en ausencia no se hallaba donde la había dejado, sino muchas páginas más adelante. Leyó con atención allí donde él la había puesto, y entonces comprendió con amargura y sufrió el desengaño de toda vida, por recóndita y quieta que sea. Había una frase del texto que decía: ‘Y ella envejeció y se llenó de arrugas, y su voz cascada ya no le resultaba grata.’ Cuenta Lord Rymer que la anciana se indignó como una esposa repudiada, y que lejos de resignarse y callar le dijo al vacío con gran reproche: ‘Eres injusto. Tú no envejeces y quieres voces gratas y juveniles, y contemplar caras tersas y luminosas. No creas que no lo entiendo, eres joven y lo serás ya siempre. Pero yo te he instruido y distraído durante años, y si gracias a mí has aprendido tantas cosas y también a leer no es para que ahora me dejes mensajes ofensivos a través de mis textos que he compartido contigo siempre. Ten en cuenta que cuando murió la señora yo podía haber leído en silencio, y no lo hice. Comprendo que puedas ir en busca de otras voces, nada te ata a mí y es cierto que nunca me has pedido nada, luego tampoco nada me debes. Pero si conoces el agradecimiento, te pido que al menos vengas una vez a la semana a escucharme y tengas paciencia con mi voz que ya no es hermosa y ya no te agrada, porque no va a traerme más amores. Yo me esforzaré y seguiré leyendo lo mejor posible. Pero ven, porque ahora que ya soy vieja soy yo quien necesita de tu distracción y presencia.’
Según Lord Rymer, el fantasma del joven rústico eterno no fue enteramente desaprensivo y atendió a razones o supo lo que era el agradecimiento: a partir de entonces, y hasta su muerte, Molly Morgan Muir esperó con ilusión e impaciencia la llegada del día elegido en que su impalpable amor silencioso accedía a volver al pasado de su tiempo en el que en realidad ya no había ningún pasado ni ningún tiempo, la llegada de cada miércoles. Y se piensa que quizá fue eso lo que la mantuvo todavía viva durante bastantes años, es decir, con pasado y presente y también futuro, o quizá son nostalgias.
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Biografia
Javier Marías Franco (Madrid, 20 de septiembre de 1951) es un escritor, traductor y editor español, miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Es considerado uno de los novelistas más relevantes de la literatura española contemporánea.
Hijo del filósofo Julián Marías, pasó parte de su infancia junto con su familia en Estados Unidos de América, ya que a su padre, encarcelado y represaliado por ser republicano, se le prohibió impartir clases en la Universidad española. Recibió una sólida educación liberal en el Colegio Estudio, heredero de la Institución Libre de Enseñanza. Se licenció en Filosofía y Letras (sección de Filología Inglesa) por la Universidad Complutense de Madrid.
Sobrino y primo, respectivamente, de los cineastas Jesús Franco y Ricardo Franco, colaboró con ellos en su juventud traduciendo o escribiendo guiones, e incluso apareciendo como extra en algún largometraje.
En 1970 escribió su primera novela, Los dominios del lobo, que sería publicada al año siguiente. Entre la escritura de la obra y su publicación, conoció al escritor Juan Benet, al que le uniría a partir de entonces una gran amistad, y que fue una figura clave en su vida personal y literaria.
En 1972 publicó su segunda novela, Travesía del horizonte, y en 1978 la tercera, El monarca del tiempo. Ese mismo año apareció su traducción de la novela de Laurence Sterne La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, por la que le fue concedido al año siguiente el Premio Nacional de Traducción. En 1983 publicó su cuarta novela, El siglo.
Entre 1983 y 1985 impartió clases de Literatura Española y Teoría de la Traducción en la Universidad de Oxford. En 1984 lo haría en el Wellesley College en Boston y entre 1987 y 1992 en la Universidad Complutense de Madrid.
En 1986 publicó la novela El hombre sentimental y, en 1988, Todas las almas. Esta última, aunque obra de ficción, narra la historia de un profesor español que imparte clases en Oxford, lo que dio lugar a algún equívoco al ser identificado de forma errónea el narrador con el autor.
En 1990 se publicó su primera recopilación de relatos breves, Mientras ellas duermen y en 1991 su primera recopilación de artículos periodísticos, Pasiones pasadas. En años sucesivos aparecieron nuevos volúmenes recopilando su obra publicada en prensa y revistas.
La novela Corazón tan blanco (1992) tuvo un gran éxito tanto de público como de crítica, y significó su definitiva consagración como escritor. Fue traducida a decenas de lenguas, y el crítico alemán Marcel Reich-Ranicki, auténtico gurú literario en su país, mencionó a Marías como uno de los más importantes autores vivos de todo el mundo. A su siguiente novela, publicada en 1994, Mañana en la batalla piensa en mí (título tomado de un verso de Shakespeare, al igual que Corazón tan blanco), le llovieron los premios en Europa y América.
En 1998 apareció Negra espalda del tiempo, novela en la que Javier Marías detalla los cruces entre ficción y vida real producidos por la falsa interpretación de Todas las almas como un roman à clef. Es también en esta obra donde se cuenta la historia del `legendario, real y ficticio` Reino de Redonda, del que Marías se acababa de convertir en soberano, con el nombre de Xavier I, tras la abdicación de Jon Wynne-Tyson. Con evidente tono lúdico, Marías (pese a su republicanismo confeso) aceptó el título con el objeto de defender el legado literario del Reino, nombró una corte formada por personajes de la cultura nacional e internacional y convocó un premio anual. En el año 2000 creó la editorial `Reino de Redonda`.
En 2002 comenzó a publicar la que podría calificarse como su novela más ambiciosa, Tu rostro mañana. Aunque de lectura independiente, continúa con algunos de los personajes (en particular, el narrador) de Todas las almas. Debido a su extensión, el autor tenía previsto publicarla en dos tomos, aunque serán tres como mínimo, ya que tras los dos primeros (Fiebre y lanza, 2002 y Baile y sueño, 2004) está aún inconclusa.
En 2006 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua, en la que, tras leer su discurso de ingreso, ocupará el sillón R, vacante tras la muerte de Fernando Lázaro Carreter. Anteriormente había declinado pertenecer a la institución porque su padre ya ocupaba una plaza.