Podría contar muchas cosas más de las que interesan a los jóvenes de ahora sobre aquel tiempo, pero en letras de molde no me gusta contar cosas. Las contaría incansablemente si, rodeada de ellos -en algún rincón de hogar, a la antigua, al amor de la lumbre, o a la moderna, en cualquier bar o terraza sobre los tejados, en cualquier playa o mesón de carretera- pudiéramos dilapidar el precioso ¡y tan parco! patrimonio que nos ha sido dado, el tiempo.
ROSA CHACEL, 1974.