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Timmy levantó un poco la cabeza. El desconocido estaba encendiendo otro cigarrillo. Aquél era el momento de echar a correr. Se abrió paso por la ribera, arrojando piedras y tierra al agua a su paso, ruidos explosivos que lo delataban. Ni siquiera había alcanzado la carretera cuando el tobillo le falló. Cayó a cuatro patas, se puso en pie a duras penas y, de pronto, se elevó por los aires. Pataleó y arañó el brazo que le rodeaba la cintura. Otro brazo le ciñó el cuello.

– Tranquilízate, mocoso.

Timmy empezó a chillar y a aullar. El brazo se cerró aún más en torno a él, dejándolo sin aire, ahogándolo. Cuando el coche apareció en la carretera serpenteante, el desconocido siguió inmovilizando a Timmy. El coche se detuvo delante de ellos, pero el desconocido no hizo ademán de moverse ni de huir. Los faros cegaban a Timmy, pero reconoció al ayudante Hal. ¿Por qué no lo soltaba el desconocido? El cuello le dolía mucho. Volvió a clavarle las uñas en el brazo. ¿Por qué no salía huyendo?

– ¿Qué está pasando aquí? -inquirió el ayudante Hal. El y otro ayudante salieron del coche y se acercaron despacio. Timmy seguía sin comprender por qué no desenfundaban sus pistolas. ¿No se daban cuenta de lo que pasaba? ¿No sabían que el desconocido lo estaba lastimando?

– Encontré al niño escondido en el bosque -les dijo el desconocido, alborozado, orgulloso-. Se podría decir que lo he rescatado.

– Ya lo veo -dijo el ayudante Hal.

No, era mentira. Timmy quería decirles que era mentira, pero no podía respirar, no podía hablar con aquel brazo asfixiándolo. ¿Por qué ponían caras de creer al desconocido? Era el asesino. ¿Por qué no se daban cuenta?

– ¿Por qué no subís con nosotros? Vamos, Timmy. Ya estás a salvo.

Muy despacio, el brazo se separó del cuello de Timmy, y pudo apoyar los pies en el suelo. Timmy se desasió y corrió hacia el ayudante Hal, tropezando con el tobillo hinchado. Hal agarró a Timmy por los hombros y lo colocó detrás de él. Después, empuñó su pistola y dijo al desconocido:

– Vamos. Tienes muchas cosas que explicar, Eddie.

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