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SEGUNDA PARTE

Capítulo 14

Apreciada señorita Dunne:

Quisiera que viniera a la escuela para hablar sobre la repentina mala conducta de Katie en clase. ¿Qué le parece el miércoles después de clase? Me encontrará en el colegio. Ya sabe el número.

Señorita Casey

Para Katie

¿Qué quieres decir con que tu madre se echó a reír?

Toby

De: Rosie

Para: Alex

Asunto: Vuelo

Hola. ¿Qué tal? Bueno, nuestro vuelo aterriza a las 13.15. Número de vuelo: EI4023. Seré la mujer que arrastra del pelo a un hombre con cara de pánico por la puerta de llegadas, cargando con una niña con un soponcio en el otro brazo y empujando con los pies un carrito con veinte maletas. (Greg no soporta volar, Katie está tan alterada que me preocupa seriamente que vaya a explotar, y como no sabía qué llevarme, he metido todo mi ropero en el equipaje.) ¿Seguro que Sally sabe a qué se expone al permitir que mi alocada familia y yo nos alojemos en vuestra casa?

De: Sally

Para: Alex

Asunto: Re: Estancia de Rosie

Claro que no me viene bien, Alex. No podrías haber elegido peor momento y lo sabes de sobra.

De: Alex

Para: Rosie

Asunto: Re: Vuelo

Claro que a Sally no le importa. Me muero por veros a ti y a Katie, y por conocer a Comosellame. Os estaré esperando en las llegadas.

Querido Alex:

¡Mil gracias por las vacaciones! Lo pasé de miedo. Boston me pareció más bonito aún de lo que recordaba y me alegró que esta vez no tuviera que irme pitando a casa muerta de vergüenza. ¡Katie disfrutó una barbaridad y no deja de hablar de ti!

Greg también lo pasó muy bien. Me alegra que por fin le conocieras y también que vieras que no siempre está tan verde como cuando acababa de bajar del avión. Fue todo un lujo tener a mis dos hombres favoritos en un mismo país, ¡no digamos ya en la misma habitación! Dime, ¿qué impresión te causó? ¿Le concedes el sello de aprobación de amigo íntimo?

Aparte de constatar que tu esposa me detesta sin remedio, todo salió a pedir de boca. Pero de verdad que no me importa, Alex. Lo aceptaré y punto. De esta forma será oficial y se confirma una vez más algo que llevo tiempo pensando: por alguna extraña razón, todas las novias y esposas que tengas siempre me odiarán. Y por mi parte no hay problema. Lo tengo superado.

Sólo espero que me deje ver a vuestro hijo o hija cuando nazca. ¡Eso sí que nunca me lo había imaginado! ¡Alex Stewart va a ser papá! Cada vez que lo pienso suelto una carcajada. ¡Que Dios asista a esa criatura con un padre como tú! Es broma: ¡estoy contentísima! Aunque me cuesta creer que lo hayas mantenido en secreto durante tantos meses. Debería darte vergüenza.

Por cierto, siento mucho que Katie derramara su vaso en el vestido nuevo de Sally. No entiendo qué diablos le ocurrió. ¡Normalmente no es tan torpe! Le he dicho que le escriba una carta a Sally disculpándose. Espero que así nos odie un poquito menos.

En fin, mis pocas semanas de diversión se acaban y tengo que volver a la realidad. El lunes comienzo a trabajar en mi nuevo empleo. Toda mi vida he deseado trabajar en un hotel y he ido posponiendo la idea junto con el resto de mis sueños. Sólo espero que no resulte ser un infierno o todas las burbujas de mi ilusión se reventarán en un instante.

Hay otra cosa que se me había olvidado contarte. Greg me ha propuesto que Katie y yo nos vayamos a vivir con él. No estoy muy segura de qué decirle. Las cosas están yendo muy bien entre nosotros ahora mismo, pero no debo pensar sólo en mí. A Katie le cae muy bien Greg y le encanta estar con él (a lo mejor no resultó muy evidente en Boston porque estaba muy contenta de verte), pero no sé si está preparada para un cambio tan radical en su vida. Llevamos menos de dos años viviendo juntas en el piso y estamos aprendiendo a vivir solas. No tengo claro que volver a desarraigarla sea lo más apropiado. ¿Qué opinas?

Bueno, supongo que lo que tengo que hacer es preguntárselo a ella. Pero ¿y si dice que no? ¿Voy y le digo a Greg: «Mira…, lo siento, te quiero y tal, pero mi hija de ocho años no quiere vivir contigo»? ¿Le digo a Katie: «Mala suerte, nos mudaremos igualmente» o hago lo que ella quiere que haga? Está claro que no puedo hacer simplemente lo que a mí me apetezca, puesto que hay otras dos personas implicadas. Como ves, voy a tener en qué pensar los próximos días.

Gracias de nuevo por el paréntesis. Realmente lo necesitaba. Me aseguraré de que Katie le envíe esa carta a Sally.

Besos,

Rosie

Querida Rosie:

Bienvenida a tu primer día en el Two Lakes. Espero que por el momento todos te hayan ayudado a adaptarte. Lamento no poder saludarte en persona, pero ahora mismo estoy en Estados Unidos terminando unos asuntos en nuestro nuevo Two Lakes Hotel de San Francisco.

Mientras tanto, Amador Ramírez, el director adjunto del hotel, te enseñará cómo funciona todo. Si tienes algún problema, no dudes en consultarme.

Y una vez más, ¡bienvenida!

Bill Lake

Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY

Ruby: ¿Te acuerdas de mí?

Rosie: Perdona, Ruby, es que no paso tanto tiempo delante del ordenador como en el otro trabajo. Aquí resulta un tanto complicado fingir que estoy trabajando.

Ruby: Te doy un mes…

Rosie: Gracias por tu apoyo; siempre es de agradecer.

Ruby: No hay de qué. ¿Qué tal te va la vida con Greg?

Rosie: Muy bien, gracias.

Ruby: ¿Todavía no os odiáis?

Rosie: No, todavía no.

Ruby: Te doy un mes…

Rosie: Una vez más, gracias.

Ruby: Sólo cumplo con mi deber de amiga. ¿Hay alguna novedad?

Rosie: Bueno, la verdad es que sí. De momento sólo se lo he contado a Alex, pero no se lo digas a nadie.

Ruby: ¡Uy, me encanta! Ésas son las palabras más mágicas que una puede oír en una frase. ¿De qué se trata?

Rosie: Verás, hace unas semanas, cuando llegué a casa de trabajar, Greg había preparado una cena estupenda, había puesto la mesa con velas y sonaba música…

Ruby: Vamos…

Rosie: Bueno, pues me pidió…

Ruby: ¡Que te casaras con él!

Rosie: En realidad, no. Me preguntó si me interesaba irme a vivir con él.

Ruby: ¿Si te interesaba?

Rosie: Sí.

Ruby: ¿Dijo eso exactamente?

Rosie: Pues sí, creo que sí. ¿Por qué?

Ruby: Y tú lo encuentras romántico, ¿verdad?

Rosie: Bueno, se tomó muchas molestias para preparar la cena, poner la mesa y…

Ruby: Por Dios, Rosie, eso se hace cada día. ¿A ti no te suena más bien como una propuesta de negocios?

Rosie: ¿En qué sentido?

Ruby: Si yo quisiera abrir una cuenta corriente conjunta con Ted le diría: «Teddy, ¿te interesa abrir una cuenta corriente compartida conmigo?». Y si quisiera irme a vivir con Teddy, no le diría: «Teddy, ¿te interesa que nos vayamos a vivir juntos?». ¿Ves lo que quiero decir?

Rosie: Bueno, supongo que yo…

Ruby: Esa no es manera de abordar el tema. ¿Y qué hay del matrimonio? ¿Dijo algo al respecto? ¿O sobre Katie? ¿Hablasteis de alguna de estas cosas?

Rosie: Bueno, en realidad… no, ni siquiera hablamos de casarnos. De todas formas, pensaba que estabas en contra del matrimonio.

Ruby: Y lo estoy, pero no soy yo la que quiere casarse y sin embargo está liada con un hombre que no desea hacerlo. Ahí está el problema.

Rosie: Nunca he dicho que quisiera casarme con él.

Ruby: Pues muy bien; si ni tú ni él tenéis ganas de casaros, adelante, iros a vivir juntos. ¡Parece una idea fabulosa!

Rosie: Oye, que yo sepa nadie ha dicho que Greg no quiera casarse conmigo y, además, ¡eso es exactamente lo que tú y Teddy estáis haciendo!

Ruby: Yo ya he estado casada y Teddy también. Ni él ni yo queremos pasar por eso otra vez. Yo ya lo he vivido, pero tú apenas estás empezando.

Rosie: De todos modos no importa, porque le dije que de momento no estoy preparada para irme a vivir con él. No es un buen momento: yo me estoy adaptando al nuevo trabajo y Katie se está acostumbrando al piso. Tengo que dejar que pase un poco más de tiempo para que Katie se amolde a la nueva situación. Ha supuesto un cambio enorme en su vida.

Ruby: Es lo que dices siempre.

Rosie: ¿Qué insinúas?

Ruby: Hace más de un año que vives en ese piso, llevas varias semanas en tu dichoso trabajo nuevo, he visto a Katie y está la mar de bien, Rosie, es muy feliz. Se ha amoldado a este «cambio enorme». Mucho me temo que eres tú quien necesita amoldarse.

Rosie: ¿Amoldarme a qué?

Ruby: Ahora Alex está casado, Rosie. ¡Tira para adelante y sé feliz!

ROSIE se ha desconectado.

Tiene un mensaje instantáneo de: STEPH

Steph: ¿Por qué no te pidió que te casaras con él?

Rosie: No fui consciente de que tuviera que hacerlo.

Steph: ¿Te habría gustado que lo hiciera?

Rosie: Ya me conoces, Steph: si alguien se arrodillara y me lo propusiera (en una playa con un cuarteto de cuerda sonando de fondo), me gustaría. Soy una romántica empedernida.

Steph: ¿Te ha decepcionado que te pidiera que fueras a vivir con él en lugar de casaros?

Rosie: Bueno, supongo que si me hubiese propuesto matrimonio, significaría que me iría a vivir con él de todas formas, así que tampoco es que se me haya partido el corazón. Tengo suerte de haber encontrado a alguien como Greg.

Steph: Venga, Rosie, no basta con que tengas la «suerte» de haber conocido a Greg. Mereces ser feliz. Es normal que quieras más de lo que te ofrecen.

Rosie: He decidido irme a vivir con él. Haremos las cosas pasito a pasito.

Steph: Si eso te hace feliz…

Rosie: Entonces, si las cosas siguen siendo tan perfectas como ahora, espero encontrarme la habitación llena de rosas y velas encendidas.

Querida Sally:

Perdona que derramara mi zumo de naranja encima de tu vestido nuevo cuando fuimos a Boston hace unas semanas. Es sólo que cuando te oí decir pestes del vestido nuevo de mamá me dio un patatús y el zumo se cayó encima de ti. Tal como le dijiste riendo a tu amiga al día siguiente acerca de mi nacimiento, los accidentes ocurren.

Espero que tu vestido no haya quedado manchado; lo digo por lo de que era tan caro y todo eso. Espero que vengas a visitarnos algún día a nuestra casa nueva. Nos vamos a vivir con Greg. Su casa es más grande que tu apartamento. Lo pasamos muy bien en Boston cuando mamá y Alex se hicieron fotos de pasaporte para mi guardapelo. Los llevaré siempre juntos conmigo.


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