Литмир - Электронная Библиотека
A
A

– Pero no le llamo por eso -aclaró enseguida-. Le llamo porque me gustaría hablar con usted. ¿Tendría unos minutos para mí?

– Claro -dije-. ¿De qué se trata?

El padre de Rodney pareció dudar un momento y luego dijo:

– La verdad es que preferiría hablarlo personalmente. Cara a cara. Si no tiene inconveniente.

Le dije que no tenía inconveniente.

– ¿Le importaría venir a mi casa? -preguntó.

– No -dije y, aunque pensaba ir de todos modos, porque para entonces ya había olvidado la sensación de zozobra que se apoderó de mí tras mi primera visita a Rantoul, añadí-: Pero al menos podría anunciarme de qué quiere hablar.

– No es nada importante -dijo-. Sólo me gustaría contarle una historia. Creo que puede interesarle. ¿Le parece bien el sábado por la tarde?

11
{"b":"88305","o":1}