– Moc, ¿puedo hacerle una pregunta?
– Bueno, supongo que sí, ¿a quién se la quiere hacer?
– A usted.
– ¡Oh! Adelante.
– Gracias, después de usted.
– No, no tengo ninguna pregunta.
– Es una lástima, si usted tuviera una pregunta sería un placer ofrecerle una respuesta.
– Caramba, qué descortesía de mi parte, va a parecer que rechazo sus respuestas…
– No, de ninguna manera.
– … que las estoy despreciando.
– Por favor, Moc, no lo tome así.
– De todas maneras, permítame aceptar sus respuestas aun cuando no tenga una pregunta como es debido.
– Amigo Moc, no quiero importunarlo con respuestas que usted no necesita.
– No, no, no, no, no… una buena respuesta es siempre necesaria, más vale pájaro en mano que cien volando.
– … Bueno, eso siempre y cuando uno no quiera ver cómo vuelan los pájaros. Si uno es un ornitólogo…
– … O un pajarístico.
– … O un pajarístico, y quiere estudiar la costumbres migratorias de ciertas aves, tener una en la mano le sirve de poco…
– … De muy poco.
– … Mejor dicho de nada.
– Imagínese si llega el día en que debe presentar el resultado de su estudio sobre migraciones de aves y usted se aparece con un pájaro en la mano.
– Bueno, el jurado va a tener que elegir entre el dicho popular o la investigación.
– Si es gente muy estricta, lo expulsan.
– Pero si aún no había sido admitido.
– Bueno, lo aceptan y lo expulsan.
– En fin, de todas maneras, ¿cuál era su pregunta?
– En eso estábamos cuando le ofrecí unas respuestas, aunque usted no tuviera preguntas. ¿Le interesan respuestas sobre algún tema en especial, Química, Historia, actualidad o, así, en general?
– … Mmm, prefiero respuestas en general.
– Bien, aquí van algunas: veinticuatro… fueron ellos… a las cinco y media… todavía no sabemos… cinco kilómetros más allá… azul con algo de verde… sí, la película me gustó mucho… ¿Está bien con ésas?
– ¡Excelente! ¿Puedo ofrecerle algunas yo?
– ¡Por supuesto!
– A ver qué le parecen: en el año 1969… con un poco de perejil… no tan profundo… trescientos cincuenta gramos… dos pesos con veinte…
– Estupendas. Le propongo que pongamos un servicio de respuestas.
– Excelente idea.

Este servicio ofrece una amplia gama de respuestas para toda ocasión. Incluso para cuando nadie las necesita o espera, y uno puede caerse con un ramillete de respuestas frescas y desencadenadas de cualquier pregunta. Han sido tomadas del Movimiento de Respuestas Libres, que es una agrupación bastante reciente surgida a partir de que las respuestas tomaron conciencia de sí mismas. Al verse siempre atadas a una pregunta decidieron emanciparse ofreciéndose de manera independiente. Su argumento es que, si al salir de camping la gente lleva una canasta con comida, aun cuando en ese preciso momento no sienta hambre, con más razón, al salir a la calle, tendría que llevar dos o tres respuestas, aunque en ese momento tampoco tenga dudas o preguntas. Podemos estar de acuerdo en que es algo que cae de maduro. A quién no le ocurrió que le viniera una respuesta a la mente cuando ya había pasado la ocasión. A ese mercado apunta, básicamente, el Movimiento de Respuestas Libres. Y así les va.
Necesarias o innecesarias
• En Júpiter se dificultaría la floración de las gardenias.
• Dos cuadras más allá.
Obvias
• Los caballos van a pie.
• El pulpo está crudo.
Inespec í ficas
• Parecido pero distinto.
• Algo como así.
Correctas o incorrectas
• Redonda como esa pelota.
• Sí, el Sol es cuadrado.
A tiempo o retrasadas
• Hace dos días.
• Pasado mañana.
Completas o incompletas
• Una pala y…
• Mil doscientos cuarent…
Respuestas con forma de pregunta
• ¿Ah… sí?
• ¿Le parece?