El Yin y el Yang son fuerzas primordiales que gobiernan el universo y crean todos los aspectos de la vida y la materia. El Yin es de un color oscuro, mientras que el Yang tiene una tonalidad clara. El Yin es femenino y el Yang es masculino. El Yin es pasivo y el Yang es activo. Juntos forman un todo armonioso-el Tao. Son interpendientes: sin el frío, el concepto del calor no existe; sin el exterior, el interior no existe; sin la vida no hay muerte. Estos contrarios existen dentro del otro: dentro del masculino hay un poco de lo femenino, y viceversa. A través de los opuestos complementarios del Yin y el Yang, los chinos vinculan al hombre con el cielo y la tierra. De acuerdo con Lin Yun, Tao relaciona a los humanos con sus alrededores asï: “Tao y el universo son vacíos – y por lo tanto éste es totalmente lleno. Lleno de atmósfera, sol, luna y estrellas. Mas allá del cielo viene el firmamento (Yang)y la tierra (Yin). Dentro de las fronteras del planeta existen montañas y planicies (Yin) y rios y quebradas(Yang). En las montañas y planicies vive la gente (Yang) que construye viviendas (Yin). Dentro de estas viven hombres (Yang) y mujeres (Yin), y cada vivienda posee un exterior (Yang), y un interior (Yin).”
Ahora si podemos entender la relevancia del Yin y el Yang para la teoria del color de los chinos. Asi como un Yin y un Yang crean la unidad del Tao, un color y un vacío crean un universo. Para cada objeto o forma, si existen, deben poseer un color. Mas allá del vacío del universo vienen todas las cosas.
Y dentro del punto de vista del Taoismo hacia el universo, cómo conocemos estas cosas, cómo hacemos para diferenciar la nada del todo? La diferencia, desde lo más básico, es el color. O, para plantearlo de otra forma, no hay diferencia.
Como los sabios dicen: “No hay color, no hay vacio”. Este sentido de la unidad es considerado uno de los más grandes pensamientos.