Los chinos dividían el agua en dos categorías principales: El agua en movimiento y el agua en reposo. Cada una de estas categorías ocupa 72 grados. El agua en reposo hace referencia a nuestras habilidades cognitivas: nuestra inteligencia y nuestra perspicacia. Aquellos con deficiencia de agua son como ranas en el fondo del charco, que piensan que el cielo es tan grande como la apertura de su ojo. El chi nunca llega a su cerebro. Son limitados intelectualmente, ignorantes y con mente cerrada. Frecuentemente a este tipo de personas poco le interesan lo que suceda en el mundo y sólo le importa lo que le importa a él. Aquellos que poseen una cantidad media de agua en reposo son como una piscina. Son claros y profundos, con froteras definidas que encierran su entendimiento. Inteligentes pero limitados, esta clase de personas conocen bien su alrededor pero poco les interesa aventurarse en algún otro campo. Por el contrario, alguien que posee una alta cantidad de agua en reposo es como un embalse – claro, reflectivo y expansivo -. Esta persona es supremamente inteligente, sabia y lúcida. El agua en movimiento hace referencia a las actividades, negocios y contactos sociales de una persona. Aquellos con una deficiencia de agua en movimiento son como un arroyo pequeño goteando camino debajo de una montaña. Esta clase de personas tienen muy poco contacto con la sociedad. Casi nunca salen y prefieren quedarse en la casa. Alguien con la cantidad apropiada de agua en movimiento, es como un río, con un mayor contacto con el mundo exterior. La vida de esta persona se ve equilibrada entre las reuniones sociales, los negocios, la dedicación al hogar y los viajes. La gente con un exceso de agua son como los océanos, tocando todas las bases y aprovechando todas las oportunidades.Esta clase de gente nunca se encuentra en la casa y están
constantemente en la jugada.