Литмир - Электронная Библиотека
A
A

Lilith no se encontraba en su habitación, estaría en la azotea, desnuda, como era su costumbre, tomando el sol. Sentado en su único banco, caín hizo un balance, una revisión de lo que le había sucedido. Era evidente que el esclavo lo condujo a propósito por aquel camino para encontrarse con los bandidos que los estaban esperando, alguien, por tanto, habría elaborado el plan de acabar con su vida. Adivinar quién sería el que hoy podríamos considerar autor intelectual del frustrado atentado no era nada difícil. Noah, dijo caín, ha sido él, nadie más en el palacio y en la ciudad entera estaría interesado en mi desaparición. En ese momento lilith entraba en la antecámara, Poco ha durado tu paseo, dijo. Una fina capa de sudor le hacía brillar la piel de los hombros, estaba apetitosa como una granada madura, como un higo en sazón que ya dejaba salir la primera gota de miel. A caín incluso se le pasó por la cabeza arrastrarla hasta la cama, pero desistió de la idea, tenía en esos momentos asuntos serios que tratar, tal vez más tarde. Intentaron matarme, dijo, Matarte, quién, preguntó lilith sobresaltada, El esclavo que mandaste conmigo y unos bandidos contratados, Qué ha pasado, cuéntame, El esclavo me llevó por un camino fuera de la ciudad, el asalto se produjo allí, Te han hecho daño, te han herido, No, Cómo conseguiste librarte de ellos, A mí no se me puede matar, dijo caín serenamente, Serás tú la única persona que crea eso en este mundo, Así es. Hubo un silencio que caín interrumpió, No me llamo abel, dijo, mi nombre es caín, Me gusta más éste que el otro, dijo lilith haciendo un esfuerzo para mantener la conversación en un tono ligero, propósito que caín deshizo en el instante siguiente, Abel era el nombre de mi hermano, al que maté porque el señor me había preterido en su favor, tomé su nombre para ocultar mi identidad, Aquí no nos importa nada que seas caín o abel, la noticia de tu crimen nunca nos llegó, Sí, hoy comprendo eso, Cuéntame entonces lo que pasó, No tienes miedo de mí, no te repugno, preguntó caín, Eres el hombre que he elegido para mi cama y con quien estaré acostada dentro de poco. Entonces caín abrió el arca de los secretos y relató el suceso con todos los pormenores, sin olvidar las moscas en los ojos y en la boca de abel, también las palabras dichas por el señor, el enigmático compromiso por él asumido de protegerlo de una muerte violenta, No me preguntes cómo, dijo caín, ni por qué lo hizo, no me lo dijo y no creo que sea cosa que se pueda explicar, A mí me basta con que estés vivo y en mis brazos, dijo lilith, Ves en mí a un criminal al que nunca se podrá perdonar, preguntó caín, No, respondió ella, veo en ti a un hombre al que el señor ofendió, y, ahora que ya sé cómo te llamas realmente, vamonos a la cama, arderé aquí mismo de deseo si no me acudes, fuiste el abel que conocí entre mis sábanas, ahora eres el caín que me falta conocer. Cuando el desvarío de las repetidas y variadas penetraciones dio lugar a la laxitud, al abandono total de los cuerpos, lilith dijo, Fue noah, Creo que sí, creo que ha sido noah, concordó caín, no encuentro otra persona ni en el palacio ni en la ciudad que pudiera desear verme muerto tanto como él, Cuando nos levantemos lo llamaré, oirás lo que tengo que decirle. Durmieron un poco para darles satisfacción a los miembros cansados, despertaron casi al mismo tiempo y lilith, ya en pie, dijo, Quédate acostado, él no entrará. Llamó a una esclava para que la ayudara a vestirse y después, con la misma esclava, envió recado a noah para que viniera a hablar con ella. Se sentó en la antecámara, a la espera, y cuando el marido entró, dijo sin preámbulos, Mandarás matar al esclavo que me diste para acompañar a caín en su paseo, Quién es caín, preguntó noah sorprendido por la novedad, Caín fue abel, ahora es caín, a los hombres que tendieron la emboscada los matarás también, Dónde está caín, ya que ha pasado a ser ése su nombre, A salvo, en mi cuarto. El silencio se hizo palpable, por fin noah dijo, No he tenido nada que ver con lo que dices que ha pasado, Cuidado, noah, mentir es la peor de las cobardías, No estoy mintiendo, Eres cobarde y estás mintiendo, fuiste tú quien le indicó al esclavo lo que tenía que hacer, y dónde y cómo, ese mismo esclavo que, estoy segura, te ha servido de espía de mis actos, ocupación verdaderamente inútil porque lo que hago, lo hago a las claras, Soy tu marido, deberías respetarme, Es posible que tengas razón, en realidad debería respetarte, Entonces a qué esperas, preguntó noah, fingiendo una irritación que, amedrentado por la acusación, estaba lejos de sentir, No estoy a la espera de nada, no te respeto, simplemente, Soy mal amante, no te hice el hijo que querías, es eso, preguntó él, Podrías ser un amante de primera clase, podrías haberme hecho no un hijo, sino diez, y aun así no te respetaría, Por qué, Voy a pensar en el asunto, cuando haya descubierto las razones por las que no siento el menor respeto hacia ti te mandaré llamar, te prometo que serás el primero en conocerlas, y ahora te pido que te retires, estoy fatigada, necesito descansar. Noah ya se apartaba, pero ella aún insistió, Una cosa más, cuando hayas cazado a ese maldito traidor, y espero que no tardes demasiado, esto es un consejo que te doy, avísame para que asista a su muerte, la de los otros no me interesa, Así lo haré, y puso el pie en el umbral de la puerta, todavía a tiempo de oír las últimas palabras de la mujer, Y en caso de que haya tortura, quiero estar presente. Regresando al cuarto, lilith le preguntó a caín, Has oído, Sí, Qué te ha parecido, No hay duda, fue él quien ordenó que me mataran, ni siquiera ha sido capaz de reaccionar como lo haría un inocente. Lilith se metió en la cama, pero no se acercó a caín. Estaba tumbada sobre la espalda, con los ojos muy abiertos mirando al techo, y de repente dijo, Tengo una idea, Cuál, Matar a noah, Eso es una locura, un disparate sin pies ni cabeza, expulsa esa idea absurda de tu ánimo, por favor, Absurda, por qué, quedaríamos libres de él, nos casaríamos, tú serías el nuevo señor de la ciudad y yo tu reina y tu esclava preferida, aquella que besaría el suelo por donde tú pasases, aquella que, si fuera necesario, recibiría en sus manos tus heces, Y quién lo mataría, Tú, No, lilith, no me lo pidas, no me lo ordenes, ya tengo mi parte de asesinatos, No lo harías por mí, no me amas, preguntó ella, te he entregado mi cuerpo para que lo gozaras sin límite, sin peso ni medida, para que disfrutaras de él sin reglas ni prohibiciones, te he abierto las puertas de mi espíritu, antes trancadas, y te niegas a hacer algo que te pido y que nos traería la libertad plena, Libertad, sí, y remordimiento también, No soy mujer de remordimientos, eso es cosa para alfeñiques, para débiles, yo soy lilith, Y yo soy sólo un caín cualquiera que llegó de lejos, uno que mató a su hermano, un pisador de barro que, sin haber hecho nada que lo mereciera, tuvo la suerte de dormir en la cama de la mujer más bella y ardiente del mundo, a la que ama, quiere y desea con cada poro de su cuerpo, Entonces no mataremos a noah, preguntó lilith, Si tan empeñada estás en eso, manda a un esclavo, No desprecio a noah hasta el punto de mandar que lo mate un esclavo, Esclavo soy yo y querías que lo matara, Es diferente, no es esclavo quien se acuesta en mi cama, o tal vez lo sea, pero de mí y de mi cuerpo, Y por qué no lo matas tú, preguntó caín, Creo que, a pesar de todo, no sería capaz, Hombres que matan a mujeres es cosa de todos los días, matándolo tú a él tal vez inaugures una nueva época, Que lo hagan otras, yo soy lilith, la loca, la que desvaría, pero mis errores y mis crímenes por ahí se quedan, Entonces, dejémoslo vivir, bastante castigo será para él saber que nosotros sabemos que me quiso matar, Abrázame, ponme bajo tus pies, pisador de barro. Caín la abrazó, pero entró en ella suavemente, sin violencia, con una dulzura inesperada que casi la desata en lágrimas. Dos semanas después lilith anunció que estaba embarazada.

9
{"b":"116988","o":1}