Miguel Angel Asturias
(Guatemala, 1899-1974)
Autor, diplomático y premio Nobel guatemalteco, nacido en Ciudad de Guatemala. Estudió Derecho en universidades de su país y Antropología en la Sorbona de París, ciudad en la que recibió la influencia del poeta surrealista francés André Breton. En 1942 fue elegido diputado en su país y, a partir de 1946, fue embajador en México, Argentina y El Salvador, hasta que, en 1954, se exilió de Guatemala. Posteriormente, fue embajador en Francia, entre 1966 y 1970. Sus poemas y novelas, de contenido fuertemente antiimperialista, le valieron el Premio Lenin de la Paz en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1967. La muerte le sobrevino, tras una penosa enfermedad, en 1974, cuando se encontraba en Madrid (España).
En su obra, al igual que en la del escritor cubano Alejo Carpentier, el mito se hace presente, pero a diferencia del cubano, organiza sus novelas en torno a los mitos precolombinos. Su primera obra Leyendas de Guatemala (1930) es una colección de cuentos y leyendas mayas. La novela que le ha dado fama internacional es El señor Presidente (1946) en la que traza el retrato de un dictador de una manera caricaturesca y esperpéntica pero siguiendo una estructura regida por la lucha entre las fuerzas de la luz (el Bien, el pueblo) y las fuerzas de las tinieblas (el Mal, el dictador) según los mitos latinoamericanos. Es también un libro de protesta militante: la descripción de un régimen dictatorial en términos de terror, maldad y muerte. En las cuatro cadenas de episodios que integran la trama predominan el miedo y la crueldad. Este tema mítico vuelve a aparecer en Hombres de maíz (1949) aunque ahora la luz está representada por los indígenas y las tinieblas por los hombres de maíz, los colonizadores que llegan a explotar las tierras de los campesinos en beneficio propio. En esta obra, Asturias logra hermanar armoniosamente lo mítico-maravilloso con la dura realidad de la vida indígena. Después escribió novelas y relatos entre las que destaca la trilogía formada por Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960). Otras novelas son Mulata de tal (1963), Malandrón (1969) y Viernes de Dolores (1972). Su producción teatral es poco conocida y trata más o menos los mismos temas, como Chantaje o Dique seco ambas de 1964. Su novela Viento fuerte fue citada en el discurso de entrega del Premio Nobel, que le fue concedido por sus coloridos escritos profundamente arraigados en la individualidad nacional y en las tradiciones indígenas de América.
[1] Bocio. Llámase güegüechos a las personas que tienen bocio. Por lo general, son un poco aleladas, empleándose con este significado algunas veces.
[2] Colibrí, picaflor.
[3] Piedra cristalizada con que se labraban las armas, especialmente los cuchillos para los sacrificios. Actualmente se llama chay, en lenguaje popular, a la fracción de un cristal roto.
[4] Adornos de cristal de piedra, y, por extensión, todos los dijes que en zoguillas llevan las mujeres en el pecho.
[5] ue y es muy repartida entre los indios la creencia de un espíritu protector, encarnado en un animal, que puede equipararse al Ángel de la Guarda de los católicos, y “el cual -escribe Herrera, en su libro sobre las Indias Occidentales- es lo más que puede decirse para significar guardia o compañero, agregando que la amistad entre el indio y su nahual llega a ser tan fuerte que, cuando uno muere, el otro hace otro tanto, y sin nahual, el indio cree que ninguno puede ser rico o poderoso”.
“Cuando el niño nace se le dedica o sujeta a un animal, que el dicho niño ha de tener por nahual, que es como decir por dueño de su natividad y señor de sus acciones, o lo que los gentiles llaman hado y en virtud de este pacto queda el niño sujeto a todos los peligros y trabajos que padeciere el animal hasta la muerte”. (Ruiz de Alarcón, Tratado de las supersticiones de los naturales de Nueva España, 1629).
[6] Cama construída con cañas; algunas veces pende del techo, como hamaca
[7] Calabaza de cuello estrecho que emplean para llevar agua u otros líquidos
[8] Camisa sin mangas de las indias. Es una prenda femenina de mucho colorido. Sobre la tela tosca, el bordado en sedas de matices vivos, estiliza los motivos primitivos ornamentales más graciosos: pájaros, venados, conejos, etc. (Güipil o huipil, indistintamente).
[9] Planta de la familia de los cactos, trepadora, de hermosas flores encarnadas o blancas, según sus variaciones. El fruto es como de carne de tuna, sólo que encarnado, de un rojo violeta bellísimo.
[10] Árbol de 3 a 4 metros de altura. La semilla lleva un polvito que tiene múltiples empleos en medicina, tintorería y usos culinarios.
[11] Barniz negro que emplean los indígenas para dar a los objetos de su uso (jícaras, guacales, etc.), lustre de laca. Es una laca indígena.
[12] Esta planta produce al macerarla un añil de superior calidad.
[13] Milanos migratorios que cruzan el hemisferio en busca del calor. Pasan en inmensas cantidades y grandes alturas hasta parecer nubes en el cielo.
[14] Se llama así a varios pájaros del género Icterus. La chorcha más común es de plumaje amarillo y negro, canta con fuerte y meliflua voz.
[15] Especie de jobo o ciruelo.
[16] Plantaciones de calabazas.