El futuro es algo que ya está pasando entre nosotros. ¿Cómo ve el futuro de la especie, de esa humanidad de la que habla?
Estoy cansado de pesimismo, la raza humana siempre cambia cuando está en peligro de muerte. Cuando empiece a morir gente por las calles, acabaremos con la polución y otras barbaridades. Reaccionaremos por necesidad.
¿Nunca es tarde?
Nunca es tarde. Al mismo tiempo que se perfeccionan los teléfonos móviles, los coches, la genética, las armas, también se desarrollan otras muchas cosas que son buenas para la humanidad. El descubrimiento de la energía atómica implicó hallazgos beneficiosos para la medicina y la ciencia. El camino que ha tomado la genética nos parece ahora monstruoso, pero es necesario porque estamos entrando en la vida. La clonación hay que descubrirla si queremos evolucionar y abandonar nuestro origen primate. En la alquimia una de las ideas de fuerza era el homúnculo: crear un ser humano. Tenemos que ser capaces de hacerlo. La idea de la depuración de la raza arruinó el deseo de que el hombre avance genéticamente, pero tendremos que conseguir un cuerpo diferente ya que éste no responde a nuestros deseos espirituales.
Pero con la desaparición de culturas y especies, la destrucción de la Amazonia… el mundo no volverá a ser como fue.
Pero podemos recrearlo con la genética. Gracias a la genética vamos a recuperar los animales que hemos exterminado. No hay que ponerse en contra de la ciencia. Para mí el avance científico es muy positivo. Como en la naturaleza: cuanto más progresamos en el mal, más lo hacemos en el bien.
¿Por qué se tiene ese miedo al futuro?
Mira, un animal tiene miedo porque se lo pueden comer en cualquier momento. Para que esta sociedad funcione y no cunda el anarquismo, tiene que funcionar el miedo. Hay varios terrores: el terror económico (muy actual), el terror sexual (sida), el terror a la conciencia (cuando una sociedad empieza a pensar en la pena de muerte), el terror emocional (la guerra de sexos), etcétera. El terror es algo complejo: hace construir defensas y mantiene la sociedad sin cambios.
¿Cómo imagina el mundo dentro de algunos años? ¿Qué mutaciones le parecen posibles?
Yo creo que en el futuro se va a cambiar nuestro motor energético, nuestra energía. Los cambios de una sociedad son cambios de energía. ¡Estamos obligados a volar todos! Pero no a volar como las aves, sino a descubrir la fuerza antigravitatoria. No podemos concebir un futuro sin vencer la gravedad. Todo va a cambiar. Una ciudad es un lugar con raíces, y se van a acabar las ciudades. Viviremos en caparazones volantes. El cielo se poblará, y el suelo estará libre de calles, caminos, no usaremos gasolina… Vamos a volar sobre un jardín maravilloso poblado por todo tipo de animales. Vamos a vivir en libertad. Va a cambiar el espíritu, va a cambiar todo.
¿Cree que nos dirigimos hacia un mundo sin límites materiales, hacia una espiritualización?
Sí, y será un cambio paulatino. No habrá muebles, trabajaremos con materiales inteligentes que se deshacen y recobran la forma, robots portátiles, ropa curativa, que nos podrá decir nuestra temperatura y nuestro estado en cada momento, tendremos casas pensantes que funcionarán solas. Todo eso ya está desarrollado, pero se va a perfeccionar. Los combustibles fósiles se acabarán: ya existen automóviles que funcionan con hidrógeno, gas, aire comprimido. La polución terminará. El dinero evolucionará hacia algo inmaterial. Si tenemos una nueva energía gratis, todos vamos a disfrutar del ocio y de una vida larga. Desarrollaremos las artes, la belleza. Hablaremos cantando quizá, como poetas. La telepatía, poquito a poquito, irá estableciéndose como lenguaje. Habrá un medio de comunicación instantáneo y universal. La pareja mejorará mucho y se hará consciente. No podrá ocurrir que, como ahora, unos coman y otros no, por tanto desaparecerá el hambre. El hombre común tendrá que hacer evolucionar su nivel. Somos gorilas, primates. Estamos en formación todavía, pero vamos a volar.
Aunque habrá muchas peleas y resistencias nacionalistas por conservar las pequeñas cosas llegará un momento en que todo eso acabe porque será inútil. ¿Cómo terminará? Gracias a los niños. Esos hijos de los nacionalismos estarán en un futuro comunicados con todo el mundo. Poco a poco, todas las nacionalidades se van a entremezclar. Los lenguajes se van a entremezclar. Nos espera un futuro maravilloso, tras pasar por enormes plagas necesarias para que no invadamos el planeta y no acabemos con las otras especies. Siempre habrá enfermedades para equilibrar la población. Pero nos curaremos con la mente.
¿Están condenadas a desaparecer casi todas las especies que nos han acompañado en la evolución?
No. Las recrearemos. De una piel de tigre colgada en la pared sacaremos tigres.
Pero ¿serán reales o virtuales?
Reales.
¿Qué opinión le merecen los experimentos genéticos?
La genética es sagrada. No hay que oponerse a ella.
¿Cree entonces que un día podremos llegar a crear belleza, como el ala de una mariposa o una flor?
Claro, podemos coger un hueso o algo orgánico para recrear al animal: en una célula está todo.
Recrear, pero no crear…
Bueno, se podrán mezclar animales y especies…
Por lo tanto, ¿la manipulación genética le parece una necesidad?
Me parece imprescindible. La conciencia nos ha sido entregada para que experimentemos.
¿Y la clonación?
Es absolutamente imprescindible y hay que experimentar a fondo. Durante una época no se avanzó a causa de prejuicios religiosos, y ahora no se avanza a causa de prejuicios científicos, económicos, políticos… ¡Tenemos que continuar!
Hay quien piensa que la clonación puede vulnerar derechos fundamentales de la persona.
¿Por qué, si la persona quiere?
Hablo desde el punto de vista del que nace clonado. Se podrían crear cien copias de un humano y destinarlas a trasplantes de órganos o a la esclavitud.
Goethe escribió Werther y se suicidaron dos mil jóvenes, y hubo quien dijo: «¿Por qué tenía que escribirlo? No se deben escribir esas cosas». Así surge la censura, derivando de suposiciones de este tipo. Pero, siguiendo el mismo razonamiento, también deberíamos quemar la Biblia, porque ha producido más muertes que la bomba atómica. O todos los textos budistas, porque hay quien se quema a lo bonzo. Todo tiene un peligro, siempre. Pero porque exista ese peligro no vamos a impedir que las cosas sigan su curso. Al igual que existe el peligro de crear ejércitos de zombies, también existe la posibilidad de hacer una nueva humanidad superdotada, con larga vida: una mutación de la humanidad hacia algo infinitamente mejor de lo que somos ahora. Ése es el camino.
No obstante, si analizamos la historia, cuando se ha intentado mejorar la especie se han producido fenómenos tan graves como por ejemplo el nazismo.
Pero en ese caso eran intentos de selección racial con fines de dominio. No era genética, no se trabajaba sobre el feto ni sobre la célula, ni nada por el estilo. Eran sueños de la época, movidos por el deseo de una raza superior que dominara a las otras razas. Pero de lo que yo hablo es de una humanidad superior, no de una raza superior. De ahí que sea admitida la genética. ¿Ves cómo hay barreras que nos impiden llegar a la verdad? Nos quedamos clavados en la idea de que la genética tiene el riesgo de traer un nuevo führer. Cambiemos el concepto: creemos una humanidad superior, y entonces aceptaremos la genética.
¿Cree que en un futuro habrá un mundo virtual, como se está dibujando en Internet?
No. La raíz de lo virtual es lo real. Por esto, siempre, el mundo virtual se disolverá en el real.
¿Cree que las religiones, tal y como las entendemos, serán cosa del pasado?
Claro, un fenómeno histórico, un fósil. Habrá místicos, pero las viejas creencias serán ya fósiles. Cuando veo películas con sacerdotes, me río mucho: los curas son como un verdadero carnaval, los rabinos son como un desfile de locos, los tibetanos, los Hare Krishna, todos disfrazados como travestíes. Un religioso no necesita llevar uniforme.
¿Habrá nuevas Iglesias?
Iglesias no sé, pero habrá grandes salones de baile. Todos esos lugares se reconvertirán en lugares de fiesta.
¿Cómo cree que se desarrollará el arte?
Lo estamos viendo ya. Con los nuevos medios nace el arte polivalente. Es decir, ahora estamos acostumbrados a leer un poema, a admirar una escultura o una pintura, a acudir a una función de teatro… En una maquinita lo tendrás todo: literatura, música, voces, imágenes, tendrás una tercera dimensión… El arte total.
¿Cómo evolucionará nuestro sentido del tiempo?
Como viviremos mucho más, cuando tengamos tres mil años de vida será un placer estar viejo, porque estar viejo es estar en medio del cosmos y del universo. Vamos a sentir el universo. Es un regalo divino que nos da la vida. Estar vivo es un regalo inimaginable. Tenemos que ir trabajando para mejorar esta maravilla.
En el universo de sus cómics está muy presente la vida extraterrestre. ¿A qué se debe?
Está presente porque existe. Como lo están también los problemas metafísicos, la política, como lo está todo. ¿Por qué en un cómic no va a poder estar todo? Lo peor que hay son los géneros: el teatro cómico, el teatro dramático, el melodrama… No creo en eso.
No hay un planeta ni un sistema planetario: hay un cosmos, un universo que está presente en cada segundo.
¿Cree que puede haber una civilización más avanzada en algún lugar del universo?
Claro, es completamente creíble. ¿Por qué vamos a pensar que somos los únicos seres que existen? La solución del fenómeno de la conciencia tenemos que buscarla en todo el universo concebido como unidad. Y así como hay conocimiento y vida en un lugar, podría haberlo en otro. Podría ser una forma de vida diferente a la nuestra, incluso incomprensible.
El organismo, según usted, es un sumidero de problemas no resueltos.
Claro, porque cuando tú no quieres hacerte consciente de lo que tienes, el cuerpo lo transforma en enfermedad. Todo secreto tiende a aparecer de la misma manera que tiende a manifestarse lo oculto. La naturaleza quiere que estés sano y que te realices, y cuando te reprimes, reprimes algo de ti que acaba saliendo por algún lado.
¿De dónde vienen las adicciones que flagelan nuestras sociedades?