La soledad de Tomasa se aliviará cada quince días, cuando reciba puntualmente una carta de Reme y ella se siente en el banco y mire hacia la ventana; y cuando comparta con su nueva familia los paquetes que Reme le envía.
—¿A qué se dedica tu hermana, Tomasa?
—Es costurera. ¿Por qué?
—Porque parece rica por los paquetes que te manda.
Es la chivata, que recela de los envíos y de las cartas que recibe Tomasa.
—Pues no es rica, pero es de buen corazón, y me quiere mucho.
—¿Y le ha salido el corazón de repente, o lo ha llevado escondido hasta ahora?
—Métete en tus cosas, carajo, que la vela de este entierro no la vas a llevar tú.
La correspondencia y los paquetes de Reme se convertirán en el orgullo de Tomasa. Levantará la vista para comer. Y en las reuniones del Partido, presumirá al dar cuenta de las noticias que recibe de Reme. Querida hermana: la niña de la maleta volvió a ponerse malita. ¿Te acuerdas cuando cantó nuestra canción?, pues igual de malita. Pero ya está buena. No he podido ir a verla porque está con su hermano, pero sé por unos amigos que ya está buena y que vuelve a cantar, para que un día cantemos otra vez todas juntas. Así supo Tomasa que Elvira se encontraba con El Chaqueta Negra en Cerro Umbría. Así supo que la niña pelirroja estuvo a punto de morir por segunda vez.
—Elvirita está de guerrillera.
Y así presumirá ante sus camaradas.
—Con El Chaqueta Negra.
Pero serán las réplicas de sus compañeras las que hagan entender a Tomasa por completo lo que Reme le cuenta a medias en sus cartas.
—Sí, la niña le ha puesto los mismos cojones que el hermano, que está organizando la guerrilla para apoyar desde dentro la invasión que se prepara en Francia.
—¿Para cuándo?
—Para cuando entren los aliados. Así que, cuando caiga Hitler, ya podemos hacer las maletas, que echan al enano.
Pequeñas noticias, pequeñas historias contará Tomasa.
—Mi hermana me ha escrito que Reme también trabaja para la causa.
Querida hermana: me alegraré que a la llegada de ésta te encuentres bien, yo trabajo en un grupo de ayuda a los familiares de los caídos por la patria en el otro lado de la ribera.
—Sí, en el Socorro Rojo.
Será por sus compañeras como Tomasa llegará a saber que Reme se puso a disposición del Partido al día siguiente de salir de la prisión, que forma parte de un grupo de ayuda a los familiares de los presos, al igual que sus hijas, y que no tardó en ser la responsable de la cédula que se reunía en la Casa de Campo simulando una merienda campestre bajo dos árboles a los que llamaron Puerta Chiquita. Será así como llegará a saber que Reme fue detenida.
—La Reme ha caído. Está en Gobernación.
Será así como llegará a saber que la pusieron en libertad sin cargos a los diez días.
—Han soltado a la Reme. No le han sacado ni media, y la han largado.
Y con las claves que Reme le escriba, para evitar que la censura descubra su juego, Tomasa sabrá que su Querida hermana continúa en la lucha y se encuentra bien. He estado de vacaciones, me empaché con garbanzos durante diez días, pero ya he hecho la digestión. Los odio, los garbanzos. Sigo trabajando en lo mío, en lo nuestro.
Cada quince días, Tomasa recibirá una carta de Reme y presumirá de tener una hermana que sigue trabajando para que se acaben pronto los garbanzos. Y se sentará sola, en su banco frente a la ventana, para leer una y otra vez las palabras de Reme, que se despide de ella con la promesa de que irá a esperarla a la puerta de Ventas cuando salga.
Y así será.
Reme tardará muchos años en poder cumplir su promesa.
Pero la cumplirá.
14
Los objetivos de Jaime Alcántara se cumplieron en los plazos previstos. Organizó en brigadas pequeñas a los huidos que andaban desperdigados por los montes y dividió en sectores a los que estaban organizados pero actuaban en partidas demasiado numerosas. La creación de la Agrupación Guerrillera de Cerro Umbría se llevó a cabo en asamblea en el molino Antón, en la noche del primero de abril de mil novecientos cuarenta y tres, ante los jefes de todas las brigadas. Redactaron los estatutos, se distribuyó el territorio de actuación a las diferentes partidas recién estructuradas, y después de vencer las reticencias de algunos guerrilleros, que suscitaron numerosos enfrentamientos entre anarquistas, socialistas y comunistas, Jaime, Mateo y El Tordo firmaron el acta de constitución:
Acta de creación de la Agrupación Guerrillera de Cerro Umbría.
Hoy, 1 de abril de 1943, reunidos todos los guerrilleros que integramos este destacamento acordamos lo siguiente:
1° Constituir en principio con nuestras propias fuerzas, organizadas y encuadradas militarmente, la Agrupación Guerrillera de Cerro Umbría.
2º Exponer nuestra adhesión incondicional a la política de Unión Nacional de todos los patriotas de España, y constituirnos en brazo armado en la zona que operamos, bajo la dirección estratégica de junta Suprema de Unión Nacional Española, que dota al pueblo español de una dirección nacional de combate antifranquista por salvación de España.
Firmado: El Chaqueta Negra. El Cordobés. El Tordo.
La Agrupación la componían sesenta y dos guerrilleros. Uno de ellos era Elvira.
—¿Cómo estás, chiqueta?
—Ya estoy bien, no toso ni siquiera cuando corro.
—¿Has pensado ya el nombre que quieres ponerte?
—Me gustaría llamarme Celia, como la abuela, y como Celia Gámez.
—Celia, pues.
—¿Te gusta?
Sí, a Jaime le gusta. Acaricia la melena corta de Elvira y sonríe:
—Dentro de nada podrás hacerte la coleta y moverla para mí, Celia.
En la asamblea constitutiva de la Agrupación, había planteado la exigencia de que todos los guerrilleros tomaran un nombre falso, para que en caso ser capturados con vida no pudieran delatar a compañeros al ignorar sus nombres auténticos. Elvira entendió bien ese punto del código guerrillero que redactaron esa misma noche, estaba de acuerdo en la necesidad de preservar la seguridad de los otros. Pero se negaba a aceptar otro punto que todos asumieron el compromiso de cumplir, y no sabía cómo decirle a su hermano que ella no sería capaz de hacerlo.
—Una cola de caballo muy larga, como a mí me gusta, chiqueta.