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Rondas

¿EN DÓNDE TEJEMOS LA RONDA?

¿En dónde tejemos la ronda?
¿La haremos a orillas del mar?
El mar danzará con mil olas
haciendo una trenza de azahar.
¿La haremos al pie de los montes?
El monte nos va a contestar.
¡Será cual si todas quisiesen,
las piedras del mundo, cantar!
¿La haremos, mejor, en el bosque?
La voz y la voz va a trenzar,
y cantos de niños y de aves
se irán en el viento a besar.
¡Haremos la ronda infinita!
¡La iremos al bosque a trenzar,
la haremos al pie de los montes
y en todas las playas del mar!

DAME LA MANO [5]

A Tasso de Silveira.

Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más…
El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina, y nada más…

TIERRA CHILENA

Danzamos en tierra chilena,
más bella que Lía y Raquel;
la tierra que amasa a los hombres
de labios y pecho sin hiel…
La tierra más verde de huertos,
la tierra más rubia de mies,
la tierra más roja de viñas,
¡qué dulce que roza los pies!
Su polvo hizo nuestras mejillas,
su río hizo nuestro reír,
y besa los pies de la ronda
que la hace cual madre gemir.
Es bella, y por bella queremos
sus pastos de rondas albear;
es libre y por libre deseamos
su rostro de cantos bañar…
Mañana abriremos sus rocas,
la haremos viñedo y pomar;
mañana alzaremos sus pueblos;
¡hoy sólo queremos danzar!

LOS QUE NO DANZAN

Una niña que es inválida
dijo: -"¿Cómo danzo yo?"
Le dijimos que pusiera
a danzar su corazón…
Luego dijo la quebrada:
– "¿Cómo cantaría yo?"
Le dijimos que pusiera
a cantar su corazón…
Dijo el pobre cardo muerto:
– "¿Cómo danzaría yo?"
Le dijimos: -"Pon al viento
a volar tu corazón… "
Dijo Dios desde la altura:
– "¿Cómo bajo del azul?"
Le dijimos que bajara
a danzarnos en la luz.
Todo el valle está danzando
en un corro bajo el sol.
A quien falte se le vuelve
de ceniza el corazón…

RONDA DE LA PAZ

A don Enrique Molina.

Las madres, contando batallas,
sentadas están al umbral.
Los niños se fueron al campo
la piña de pino a cortar.
Se han puesto a jugar a los ecos
al pie de su cerro alemán.
Los niños de Francia responden
sin rostro en el viento del mar.
Refrán y palabra no entienden,
mas luego se van a encontrar,
y cuando a los ojos se miren
el verse será adivinar.
Ahora en el mundo el suspiro
y el soplo se alcanza a escuchar
y a cada refrán las dos rondas
ya van acercándose más.
Las madres, subiendo la ruta
de olores que lleva al pinar,
llegando a la rueda se vieron
cogidas del viento volar…
Los hombres salieron por ellas
y viendo la tierra girar
y oyendo cantar a los montes,
al ruedo del mundo se dan.

RONDA DE LA CEIBA ECUATORIANA

A la maestra Emma Ortiz.

¡En el mundo está la luz,
y en la luz está la ceiba,
y en la ceiba está la verde
llamarada de la América!
¡Ea, ceiba, ea, ea!
Árbol-ceiba no ha nacido
y la damos por eterna,
indios quitos no la plantan
y los ríos no la riegan.
Tuerce y tuerce contra el cielo
veinte cobras verdaderas,
y al pasar por ella el viento
canta toda como Débora.
¡Ea, ceiba, ea, ea!
No la alcanzan los ganados
ni le llega la saeta.
Miedo de ella tiene el hacha
y las llamas no la queman.
En sus gajos, de repente,
se arrebata y se ensangrienta
y después su santa leche
cae en cuajos y guedejas.
¡Ea, ceiba, ea, ea!
A su sombra de giganta
bailan todas las doncellas,
y sus madres que están muertas
bajan a bailar con ellas.
¡Ea, ceiba, ea, ea!
Damos una y otra mano
a las vivas y a las muertas,
y giramos y giramos
las mujeres y las ceibas…
¡En el mundo está la luz
y en la luz está la ceiba,
y en la ceiba está la verde,
llamarada de la Tierra!
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[5] Mi compañero el poeta Tasso de Silveira, me salvó una estrofa perdida de esta Ronda, la única que tal vez importaba cuidar, y que había sido suprimida por editor o tipógrafo…

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