Литмир - Электронная Библиотека
A
A

Gabriela Mistral

Ternura

Ternura - pic_1.jpg

Canciones de Cuna

MECIENDO

El mar sus millares de olas
mece, divino.
Oyendo a los mares amantes,
mezo a mi niño.
El viento errabundo en la noche
mece los trigos.
Oyendo a los vientos amantes,
mezo a mi niño.
Dios Padre sus miles de mundos
mece sin ruido.
Sintiendo su mano en la sombra
mezo a mi niño.

ROCÍO

Ésta era una rosa
que abajó el rocío:
éste era mi pecho
con el hijo mío.
Junta sus hojitas
para sostenerlo
y esquiva los vientos
por no desprenderlo.
Porque él ha bajado
desde el cielo inmenso
será que ella tiene
su aliento suspenso.
De dicha se queda
callada, callada:
no hay rosa entre rosas
tan maravillada.
Ésta era una rosa
que abajó el rocío:
éste era mi pecho
con el hijo mío.

YO NO TENGO SOLEDAD

Es la noche desamparo
de las sierras hasta el mar.
Pero yo, la que te mece,
¡yo no tengo soledad!
Es el cielo desamparo
si la luna cae al mar.
Pero yo, la que te estrecha,
¡yo no tengo soledad!
Es el mundo desamparo
y la carne triste va
Pero yo, la que te oprime,
¡yo no tengo soledad!

APEGADO A MÍ

Velloncito de mi carne,
que en mi entraña yo tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!
La perdiz duerme en el trébol
escuchándole latir:
no te turben mis alientos,
¡duérmete apegado a mí!
Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir,
no te sueltes de mi pecho:
¡duérmete apegado a mí!
Yo que todo lo he perdido
ahora tiemblo de dormir.
No resbales de mi brazo:
¡duérmete apegado a mí!

ARRORRÓ ELQUINO

A Isolina Barraza de Estay.

En la falda yo me tengo
una cosa de pasmar:
niña de algodón en rama,
copo de desbaratar,
cabellitos de vilanos
y bracitos sin cuajar.
Vienen gentes de Paihuano
y el "mismísimo" Coguaz [1]
por llevarse novedades
en su lengua lenguaraz.
Y no tiene todavía
la que llegan a buscar
ni bautismo que le valga
ni su nombre de vocear.
Tanta gente y caballada
en el patio y el corral
por un bulto con un llanto,
y una faja, y un puñal.
Elquinada novedosa,
resonando de metal;
que se sienten en redondo
como en era de trillar.
Que la miren embobados,
– ojos vienen y ojos van-
y le pongan en hileras
pasas, queso, uvate [2], sal.
Y después que la respiren
y la toquen como el pan,
que se vuelvan y nos dejen
en "compaña" y soledad.
Con las lunas de milagro,
con los cerros de metal,
con las luces, y las sombras,
y las nieblas de soñar.
Me la tengo todavía
siete años de encañar.
¡Madre mía, me la tengo
de tornearla y rematar!
¡Ah!, ¡ah!, ¡ah!,
¡viejo torno de girar!
¡Siete años todavía
gira, gira y girarás!

CANCIÓN DE VIRGO

Un niño tuve al pecho
como una codorniz.
Me adormecí una noche;
no supe más de mí.
Resbaló de mi brazo;
rodó, lo perdí.
Era el niño de Virgo
y del cielo feliz.
Ahora será el hijo
de Luz o Abigail.
Tenía siete cielos;
ahora sólo un país.
Servía al Dios eterno,
ahora a un Kadí.
Sed y hambres no sabía
su boca de jazmín;
ni sabía su muerte.
¡Ahora sí, ahora sí!
Lo busco caminando
del Cenit al Nadir,
y no duermo, y me pesa
la noche en que dormí.
Me dieron a los Gémines;
yo no los recibí.
Pregunto, y ando, y peno
por ver mi hijo venir.
¡Ay, vuelva, suba y llegue
derechamente aquí,
o me arrojo del cielo
y lo recobro al fin!
вернуться

[1] Aldea en la Cordillera, donde termina el valle de Elqui.

вернуться

[2] Dulce o confitura hecho con el hollejo de la uva.

1
{"b":"125375","o":1}